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¿Lo tuvo hace dos meses? Sí, pero lo había suprimido pues estaba a la mitad de la resolución de un caso y no quería tomarse unos días para controlarse. Sin embargo, no recordaba haberlo tenido el mes pasado. Él nunca había sido regular, aunque en realidad ningún Alfa era cien por ciento regular. Sus celos diferían bastante con los celos Omegas que eran regulados y capaces de ser predichos. En cambio, los celos Alfa carecían de esto pues podían ser tan sutiles que la persona podía confundirlo con el mero hecho de sentirse caliente o incluso con fiebre. Los Alfas Dominantes, como Bakugou, eran aún más irregulares y cuando lo tenía debía ser suprimido o de lo contrario podía ser violento pues la concentración de sus feromonas era altísima y se liberaban como una explosión, sometiendo a los Omegas a su alrededor.

       Tanteó sus ropas en busca de algún supresor de emergencia pero sólo se encontró con la planilla de supresores vacía. Sus manos temblaron con ligereza, no por el celo todavía sino por el terror que le invadía perderse en un frenesí. El calor aún no le había inundado el cuerpo, así que podía mantenerse a raya hasta que volvieran a la comisaría donde guardaba supresores de emergencia dentro de su escritorio y casillero. Todo iba a estar bien, sólo debía usar toda su fuerza de voluntad... como había hecho Ochako Uraraka con Deku.

        Sintió un estremecimiento y el estómago le dio un vuelco. ¿Cómo podía estar comparándose con la Alfa que estuvo a punto de someter a su prometido?

        Apartó con un esfuerzo sobrenatural todo pensamiento ajeno a su trabajo en ese momento y tomó una gran bocanada de aire. Al llegar a la ubicación de la casa, Sero aparcó una calle antes, tratando que su camioneta pasara inadvertida entre otro par que se encontraban estacionadas junto a la acera. Sin apagar el motor y mientras Bakugou bajaba le advirtió que tuviera cuidado pues si pudo haberle hecho las atrocidades que le hizo a Kaminari y Kyoka podía ser alguien peligroso.

—Voy a estar bien— le dijo, aunque la frase era más para sí mismo que para su compañero —. Mientras sea un Alfa, voy a estar bien.

          Cruzó la calle, preparando en su mano su placa. La casa del sospechoso era de dos pisos, amplia y de un feo color azul deslavado al que le faltaba mucho mantenimiento. La zona no era a donde una familia acomodada como los Imasuji habitaran, se parecía más a una zona donde estarían los Omegas de clase media, donde no eran adinerados pero tampoco se vivía en la pobreza.

        Llamó a la puerta con dos toques al timbre. Dentro, del otro lado de la puerta, se escuchó como si algo azotara en el suelo seguido de un grito de dolor ahogado. Prontamente una voz advertía que le dieran un momento para abrir, sonaba joven pero algo temblorosa.

         Entonces la puerta se abrió a la mitad, donde un joven alto de pelo oscuro asomaba la mitad del cuerpo y el rostro. 

— ¿Sí? ¿Qué quiere?— murmuró con voz baja, grisácea y falta de entusiasmo.

      A pesar de ser casi tan alto como la puerta, desprendía una vibra poco hostil, nada comparado con la descripción que había dado Kyoka. El hombre miró a Bakugou de pies a cabeza, en busca de su respuesta.

—Buenas tardes, señor Gou Imasuji— saludó y maldijo en su mente por sonar como un novato —. Soy detective del Departamento de Homicidios, mi nombre es Katsuki Bakugou.

        Simultaneo con su presentación, mostró su placa. Analizó con cuidado el rostro del hombre y vio como toda la sangre abandonó su rostro, sus ojos se abrieron tanto que parecían salirse de las cuencas mientras las pupilas se contraían por la impresión.

— ¿Po-Po-Polícia?— taratamudeó.

—En efecto. ¿Usted conoce a Denki Kaminari y Kyoka Jirou?

ALPHA PRIDE || ♡KiriBaku♡ || ♂Omegaverse♂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora