《Orgullo Alfa》.
Katsuki Bakugou, tras comprometerse con una persona a la que no ama pero siente que le debe mucho, cree que ha perdido el control de su vida.
Desesperado por encontrar un poco de control en sus acciones, termina en un bar, donde con...
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OCHAKO URARAKA.
A pesar de que su padre le había dicho que pasaría la noche fuera, estaba sentado en el sofá de su sala con la mirada perdida en el techo; parecía reflexionar profundamente acerca de algo al punto de parecer catatónico. Su departamento era amplio, lo justo para que dos personas (o una pareja con un hijo) vivieran cómodamente, los colores suaves eran su fuerte pero lugares como la cocina y el baño tenían tonos un poco más intensos; rojo y negro para la cocina y azul intenso para el baño, algo que delataba su falta de sensibilidad decorativa. Aún así ella se sentía cómoda con él, en esa casa sólo para los dos; le daba un sentido de libertad. Se repartían la labores domésticas por días, la comida, en cambio, era preparada exclusivamente por Ochako pues su padre carecía de habilidades culinaria y ella no quería terminar en el hospital por comer algo que el preparara.
Sonrió al recordar los primeros días de su convivencia; su padre había intentado cocinar algo que al final resultó incomible. Le daba gusto saber que él seguía siendo la persona amable y paciente que siempre había sido. Sin embargo, mantenía en secreto algo que le perturbaba desde hace unos pocos días. Algo que la atormentaba y no se atrevía a encarar. Se acercó a la sala de estar con un vaso de té que colocó con cuidado en la mesa de centro. Lo miró por un momento, antes de hablar.
Se veía lamentable.
— ¿Quieres que te prepare algo de cenar antes de irme?— le preguntó ella, colocándose en cuclillas junto a él que yacía acostado con la cabeza apoyada en un cojín —. Podría preparar un katsudon o tonkatsu.
—Es muy pesado para la noche— le respondió él, completamente ido —. No te preocupes, vete con cuida...— hizo una pausa y sus ojos parecieron recuperar el brillo, se levantó súbitamente girando su mirada hacia su hija —. Espera, ¡¿a dónde vas?! No recuerdo que me pidieras permiso para salir.
Ochako no pudo evitar sonreír y desviar la mirada, culpable... la habían atrapado...
De hecho, cuando su padre le dijo que pasaría la noche fuera, planeó salir unas horas. Pensó que era una buena oportunidad para poder entablar una verdadera conversación con Izuku, incluso había pensado en un restaurante cercano al departamento y comprado una bomba de supresores para evitar que el celo se interpusiera en su plática.
Mientras Kirishima la miraba en busca de respuesta, su rostro denotó que ya no la necesitaba, la había adivinado
— ¡¿Pensabas salir por la noche sin avisarme?!— ahora su voz se elevó, estridente, haciéndole incapaz a la chica de volverle la mirada —. ¡Ochako!
—No he descuidado mis estudios— respondió, incorporándose —, soy buena en los deportes y trabajo los fines de semana a tiempo parcial...
—No empieces por ese lado— intervino su padre —. Eres una estudiante diligente e hija responsable, te lo reconozco pero no puedes salir a estas horas de la noche y mucho menos si no me dices a dónde y con quién vas.
