♡ 36 ♡

57 14 0
                                    

Esa noche, se fue a la cama con una ligera punzada en las sienes. Ochako se habia retirado primero con una expresión apesadumbrada y deseándole una buena noche. Buscó respuestas y las encontró. Estaba claro que Kirishima había escondido algunos detalles personales como en dónde y en qué condiciones fue encontrada y el escándalo que su familia hizo les llegó la noticia, y otras cosas que contribuyeron a la profunda depresión en la que Kirishima se ahogó durante tanto tiempo. Ella no necesitaba saberlo, quizás dentro de unos años pero en ese momento no.

         Mentiría si aceptara que no sintió culpa cuando se lo contó. Ni todos los años en terapia pudieron prepararlo para ver el semblante horrorizado de su hija, aunque en realidad no fue por mucho. Si bien podía parecer devastada en primera instancia, en sus ojos se reflejaba una prominente determinación. Era una chica fuerte y su padre la ayudaría en todo lo que necesitara.

          Con esos pensamientos positivos, su corazón se sintió un poco más en paz y pudo relajarse, tendido en su cama con el ligero frío otoñal colándose por las rendijas de su ventana. Su móvil vibró una vez sobre su mesita de noche, indicando que le habia llegado un mensaje. Todavía no era muy noche, quizás alguien de la empresa había olvidado mandarle algunos documentos o puede que haya surgido un problema. Cuando revisó la bandeja de entrada, su corazón dio un brinco. Se levantó cual elástico resorte de la cama, sentándose torpemente en el borde, conteniendo la respiración mientras la piel se le erizaba.

        ¡Era Bakugou! Y su mensaje era corto y conciso:

 "¿Puedo llamarte?"

          Sostuvo el móvil con manos temblorosas mientras un tenue sonrojo le cubría las mejillas. Se preguntaba si estaba bien que hablaran justo después que habia tenido aquella conversación con su hija. No es como si estuviera traicionando a nadie, también quería distraerse un poco; suficiente para no sentirse agobiado por problemas que ya no eran problemas. Le emebelesaba creer que era el destino pues el mensaje había llegado en un momento apropiado, dándole una total libertad acerca e su decisión. Poco a poco, se sumergía más en sus pensamiento, concluyendo que quizás era la señal que necesitaba para saber que todo iba a marchar bien. Un suave sentimiento de alivio le recorrió el pecho, al mismo tiempo que el timbre de notificación le avisaba que tenía un nuevo mensaje.

"Debes estar ocupado, llamaré en otro momento"

              Palideció. 

            ¿De verdad le había tomado tanto tiempo responder? No. Si acaso fueron cinco minutos... no, menos, fueron como tres... Pero a Bakugou, seguramente, le marcaría como leído... O sea, lo había dejado en visto... 

             No se dio tiempo para sumergirse de nueva cuenta en sus cuestionamientos, marcó el número del Alfa rubio y esperó, expectante y nervioso, una respuesta. No pudo calmar el temblor de sus dedos y su pierna. Se le estrangulada el corazón dentro del pecho. Tres tonos y alguien contestó.

—Creí que estabas ocupado... o dormido— dijo Bakugou, al otro lado de la línea.

— ¡No! ¡Para nada!— exclamó, intentando sonar lo más despierto y dispuesto posible —. ¡Gracias por llamar! ¡¿Cómo estás?!

        《Demasiado enérgico, tonto, tonto, tonto》, se regañó a sí mismo en un grito interno y llorando invisibles lágrimas de sangre. Tantas emociones lo abrumaban en ese momento que no controlaba por completo la euforia que brotaba desde su corazón y la boca del estómago, simplemente no podía actuar con naturalidad. 

—Cansado— murmuró, seguido de un suspiro —.  Acabo de cenar, aunque no sé si se clasifique como cena o bocadillo de medianoche. Tenías razón, las bolas de arroz estaban deliciosas.

ALPHA PRIDE || ♡KiriBaku♡ || ♂Omegaverse♂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora