《Orgullo Alfa》.
Katsuki Bakugou, tras comprometerse con una persona a la que no ama pero siente que le debe mucho, cree que ha perdido el control de su vida.
Desesperado por encontrar un poco de control en sus acciones, termina en un bar, donde con...
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KATSUKI BAKUGOU.
Una pista.
¡Habían encontrado una pista!
Cerca de los límites de la ciudad, la tarjeta de Genzo Imasuji había sido utilizada en un banco fronterizo que emitió una alarma tan pronto como una cifra de cinco dígitos fue retirada. El banco les mandó imágenes y vídeos que abarcaban gran parte del establecimientos y las calles en donde se encontraba. Bakugou no pudo contener la euforia cuando recibió toda la información, se apresuró a pasársela a su Capitán, quien de inmediato mandó a Sero y Awase para investigar; el camino quedaba a aproximadamente hora y media en auto así que se habían ido lo más rápido que pudieron, pasando el medio día.
—Debe estar viviendo al límite para retirar tal cantidad— propuso Shouto.
Bakugou armó un diagrama en una gran pizarra de vidrio que tenían cerca de los escritorios en donde se detallaban sus avances del caso, personas implicas y posibles destinos de su paradero; todo tenía un minucioso orden. Colocó con cuidado la foto de Genzo en el banco; vestía ligero, con una camisa sin mangas blanca y pantaloncillos de mezclilla cortos así como una gorra oscura y gafas de sol. No lo hubieran reconocido por una simple imagen pero llevaba al descubierto su tatuaje.
—Puede ser una trampa también— constestó el rubio, pensativo —. Él y sus hermanos son similares en complexión y altura. Y con ésta calidad de imagen podrían simular bien un tatuaje.
—Dudo que sean tan inteligentes.
Bakugou soltó una ligera risa.
—Aunque cabe la posibilidad que vayan a huir del país— se inmiscuyó Kaibara, acercándose a ellos con su propio papeleo y señaló en la pizarra la cantidad retirada —. Retiró en dólares, diez mil. Son casi millón y medio de yenes, con eso podría comprarse un vuelo de avión...
—Imposible, tenemos todos los aeropuertos, muelles e incluso centrales de autobuses alertas— interrumpió Bakugou, airado.
—O podría pegarle a alguien para que lo sacara de contrabando del país— concluyó Kaibara.
No era una mala suposición. El Beta pelinegro les sonrió satisfecho y volvió a su escritorio con el montón de papeleo en sus manos.
Bakugou lo pensó cuidadosamente, tocando con suavidad su mentón. Forzó a su cerebro a recordar detalles insignificantes sobre las entrevistas pasadas, quiso conectar algo que pudiera proveerle una pista más.
—Tiene que haber algo más— murmuró y Shouto asintió en afirmación —. Algo que...
Pero no terminó la frase. Todo quedó ahí, flotando en toda la estación como ideas sin pruebas que las solidificaran. Shouto parecía compartir su forma de pensar pero se le notaba un poco ausente, como cuando Kyoka se encontraba en el hospital. Era guapo, como Enji Todoroki y cualquiera de sus hermanos. E imponente como todo Alfa. Sin embargo, Bakugou no se sentía particularmente atraído hacia él, sus reacciones no le resultaban lindas o fuera de lo normal y sus feromonas... estaban bien pero no eran atractivas.
