《Orgullo Alfa》.
Katsuki Bakugou, tras comprometerse con una persona a la que no ama pero siente que le debe mucho, cree que ha perdido el control de su vida.
Desesperado por encontrar un poco de control en sus acciones, termina en un bar, donde con...
No lo había visto entrar y tampoco con Todoroki (aunque seguramente estaba en el hospital por petición del Alfa bicolor). Sus pupilas se dilataron y el corazón le dio un vuelco. El hombre estaba recién bañado, con ropas un tanto ajustadas que dejaban la vista la forma de su tonificado cuerpo, de sus cabellos unas diminutas gotas de agua resbalaba y parecía agitado. Algo en él le parecía simplemente atractivo, como si fuera atraído en contra de su voluntad. Quizás sólo eran sus feromonas o su aroma natural, mera atracción sexual.
Lo miraba embelesado cuando su jefe tocó su hombro, sacándolo de su trance.
—Éste es el lobby, vamos.
Bakugou lo siguió, apartando con cuidado a la gente que estaba delante de ellos. Entonces, por mero impulso, volvió la mirada sobre su hombro y su ojos se encontraron con la escarlata mirada de Eijiro. Éste artículo unas palabras vagas que a pesar de estar un tanto lejos Bakugou pudo leer:《Cuídate 》, seguido de una sonrisa sincera. Luego las puertas del ascensor se cerraron.
Se estremeció al igual que su corazón. Le daba un espeluznante tranquilidad el sólo verlo sonreír que le hacía sentir culpable e iracundo. Se apretó el pecho y giró sobre sus talones para seguir rápidamente a Aizawa, quien al parecer no se había dado cuenta de su breve ausencia. Se detuvo al pie de las cortas escaleras, elevando la mirada al cielo despejado, Bakugou lo imitó.
—Es un día tan hermoso— murmuró su jefe —. Un clima lluvioso iría mejor para un funeral solemne.
—No, está bien— respondió Bakugou, atrayendo la mirada de su superior —. Éste día es justo como él: radiante, así que está bien.
—Me tengo que ir ya. He dado órdenes para agilizar la búsqueda, Sero y Awase encontraron algo que podría ser relevante, así que ve al complejo de departamentos donde Kaminari vivía para verificar las cámaras de seguridad.
—Nos habían dicho que habían estado dañadas el día del accidente...
Aizawa soltó un suspiro y enarcó una ceja.
—Sí, pues mágicamente decidieron funcionar. Tenemos al encargado de seguridad en custodia y a cambio de proporcionarnos información valiosa le prometimos reducirle el cargo a obstrucción judicial, le darán seis meses en condicional— introdujo su mano dentro de su bolsillo en el pantalón y sacó una cajetilla de cigarrillos. Colocó uno de ellos entre sus labios y lo encendió —. Tus compañeros no tardarán en verificar unas coartadas y revisar el lugar del tatuador de la sexta avenida, quiero que estés en la estación para reducir nuestro margen de error.
No era sorpresa la enorme confianza que le tenía. Bakugou era comprometido y justo, aunque estuviera pasando por una crisis no dejaría que eso interfiriera con su trabajo. Aunque no era algo de lo que el Alfa se sintiera orgulloso, pues gracias a eso la mayoría de personas a su alrededor creían que era un insensible.
—Comprendo. Por favor, vaya con cuidado.
El Capitán le dio una nueva calada a su cigarrillo, sonrió y se despidió.
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