RARO CLICHÉ [+18] ©✔️

25. Su llegada, su tormento.

Laurie:

Estos días la he pasado de maravilla junto a Asher… de verdad que no puedo ser mas feliz cuando estoy a su lado, el tiempo pasa muy rápido cuando estamos juntos, a veces odio eso porque no quiero estar lejos de el.

Aún no saco de mi mente el momento en que el señor Asser le propone matrimonio a Sophia, la reacción de ella fue muy linda…. Su emoción, hasta a mí me ha dado nostalgia, ambos estaban tan emocionados y los nervios del señor Asser eran tan evidentes.

Asher ya sabe toda la verdad, pensé que estaría mal por saber que vivió toda su vida engañado, pero no fue así… el corazón de Asher no lo tiene ninguna otra persona, porque es tan inocente, tan amable, comprende todo y no cualquier chico es así como lo es el. Cuando me lo comentó había una emoción en sus ojos al decirme que su mamá era Sophia, aunque vi nostalgia también al decirme que escucho cada cosa que su abuelo y madre se habían dicho entre ellos.

No me arrepiento de nada, tenerlo como mi novio es algo de lo que jamás me arrepentiré, ya pasamos por mucho… ya era hora de que fuéramos felices, aunque aún nos queda mucha vida por vivir, pero lo único que se es que mi vida la quiero junto a el.

—¿Aún te falta mucho?—pregunta Asher desde la cama, me encuentro en el baño con la puerta abierta terminando de secarme para salir a vestirme, el ha venido muy temprano hoy para que así nos fuéramos juntos a la universidad, pero yo me quedé muy dormida y el que terminó despertándome fue el.

—Ya voy a vestirme.—sonrió ampliamente pasando por su frente, hasta llegar a mi armario.

El ya está listo, así que busco algo rápido que ponerme, un pantalón holgado junto a un top de tirantes y mis tenis blancas, dejo mi cabello suelto y me aplico un poco de maquillaje rápido, al estar lista busco mi mochila y guardo todo lo que necesitaré.

—¿Cómo te va en tu nueva casa?—pregunto, en cuanto salimos de la habitación.

—Me gusta vivir allí, siento que ellos si quieren pasar tiempo conmigo.—me hace feliz escucharlo decir eso, porque de verdad se que no se le hizo nada fácil vivir años en casa de sus abuelos pensando que eran sus padres y que no le dieran el amor que el merecía.

Al salir del departamento y estar en planta baja, vamos hacia donde el ha estacionado el auto.

—¿Sigues molesto?—pregunto, porque su ceño está fruncido desde que llegó y no lo saludé con un beso, me acerco hacia el colocando mis manos sobre sus hombros, el aún sigue serio.—Lo siento.—me disculpo, la verdad no le di importancia a no saludarlo con un beso.

—No estoy molesto.—dice, y está vez pasa sus manos por mi cintura y me pega mucho a el.—Solo que para la próxima vez, debes saludar a tu novio como debería.—sonrió y uno nuestros labios en un beso lento y romántico.

—¿Así?—asiente felizmente como un niño pequeño.—Tu solo haces berrinches para tener mi atención, ¿No?

—Tal vez…—sonríe.

Lo quiero tanto.

Es como un niño pequeño y eso me encanta demasiado.

Subimos al auto y salimos de allí encendió el estéreo para escuchar un poco de música, el pone su mano en mi muslo y maneja con una sola… me encanta cuando hace eso, se ve tan provocador cuando conduce así.