Barbara
Dia 4 en el pueblo. (viernes)
Ha sido una noche bastante extraña, porque a pesar de que el tiempo "curo todo" estar a su lado era extraño, porque ambos sabemos el caos que generamos cuando estamos juntos.
Mateo fue el amor de mi vida, lo conocí en la gran fiesta del viñedo, y a pesar de que el pueblo es bastante pequeño y "nos conocemos todos" nunca nos habíamos cruzado, porque la diferencia de 10 años en ese momento era notable.
Fue un flechazo automático, tanto que nos hemos quedado hablando toda la noche, de libros, de películas y de trabajo, yo claramente era una joven de 18 recién cumplidos y él era casi un adulto de 28 años, con otros tipos de responsabilidades. Estar juntos no fue fácil, de hecho fue algo que el pueblo hablaba, era complicado, ahora claramente sería algo muy normalizado, pero en ese momento trataban casi de abusador a Mateo por salir con una joven de 18 años.
Mateo fue mi protector, el que realmente me acompañó durante siete años, nuestra relación era tan pegajosa que éramos incapaz de despegarse, nos mirábamos y ya sabíamos lo que cada uno pensaba del otro, todas mis experiencias la hice con él, él fue el que me hizo crecer, soñar, reirme en mis peores días, él era mágico, lo que la vida me había regalado, sin embargo terminó horrible, y todo ese futuro que tenía a su lado se había derrumbado rápidamente. Si tuviera que hablar de él tendría que estar horas caracterizandolo, lo conocía demasiado, de hecho nuestra relación era casi un matrimonio, por eso, estar aquí es raro, complicado y se hace un nudo de preguntas.
Fernando me llamo, hicimos una videollamada por zoom, estaba en nuestro departamento lo cual todavía me contaba aceptar y decir "nuestro" nos mudamos hace menos de un mes juntos, porque Fernando y su trabajo hace que cada dia lo vea menos, sin embargo yo acepte este tipo de relación junto a él, y por eso lo respeto. La llamada duró alrededor de 1 hora, hablamos de todo un poco, menos de mi reencuentro con mi ex, por supuesto, él sabía de mi antigua relación, pero jamás le aclaré lo fuerte y entregada que era.
Por la mañana hice una caminata por el pueblo, pero a los minutos me llegó un mensaje, era Luna, la hermana de Mateo.
Mensaje:"Esta noche mamá hará pastas, estás invitada, te esperamos, te quiero"
¿Voy o no? me quede parapléjica leyendo el mensaje, sin dudas respondí con un "Allí estaré" Sabía que era locura, pero también que solo sería un cena con una familia a cual ame y respeto, tenía algo en claro, solo será una cena.
Almorcé con mis padres y le di la noticia, claramente ni se opusieron al contrario su relación entre ambas familia seguía intacta, por ello no podía hacer nada.
Fernando no me escribió en todo el día, yo tampoco lo molesté porque estaba en plena campaña política y sabía lo mucho que ocupaba de su tiempo el trabajo.
Me bañe, me puse un jean negro, una camisa de flores, deje mi cabello suelto, largo y bien negro, apenas me maquille y le pedi a mi padre que me lleve.
A los minutos llegue, Simon Montecinos fue quien me recibió con besos abrazos y mucho amor, era un hombre quien me había escuchado más que mi propio padre, a los minutos llegó Lunita, y finalmente Ofelia pero cuando nos sentamos a comer Mateo, llegó.
—¿Se puede saber qué hace esta señorita aquí?—Dice en voz alta con una botella de vino en sus manos.
Me río un poco.
—¿Te trajiste un Barbara? —Digo mirándolo.
Todos se rieron.
—Si, de no verte por ocho años, a verte dos días seguidos, ¡Que locura!
Comimos "en familia" , me hablaron de todos los nuevos proyectos y hasta me quedé a tomar un café con Simon hablando de todo un poco, pero se hizo tarde, y aún era día de semana, así que debían levantarse temprano e ir a trabajar.
Mateo me indico que le gustaría hablar un ratito mas, y yo accedi quedandome. nos sentamos en la galería, tomando otra taza de café, mirando la noche llena de estrellas.
—¿Sos feliz? —Pregunta Mateo.
—¿Otra vez lo preguntas?
—Me gusta que lo afirmes varias veces.
Me río un poco.
—¿Cómo es él?
Tomó un trago de café y miró hacia un costado.
—Trabajador, responsable, apasionante por su trabajo —lo miro— No creo que deba contarte.
—Barbara,aparte de ser mi novia, tenemos confianza, amistad, cuentame.
Respiro hondo.
—Nos conocimos hace dos años, de hecho ya me comprometi, tenemos una buena relación, pero cada uno se dedica al trabajo correspondiente.
Suspira y toma un sorbo de café.
—¿Qué raro no? Hace años atrás, nos propusimos que primero nosotros y luego el trabajo y acá escuchándote.
—Bueno eran otros tiempos, tenía otra edad, no lo sé, he cambiado Mateo.
—¿Vas a estar para la fiesta del viñedo?
—Si, una lastima que ya no me pueda postular.
Se ríe.
—Sos tan hermosa que seguro que si tuvieras un lugar, volverías a ganar.
Bajo mi mirada sonrojandome
—Barbara Schulz acaba de ponerse colorada.
Me rio
—Eres un idiota ¿Algun dia vas a cambiar?
—Creo que no, ya no hay remedio.
—El viernes y sábado haremos la fiesta, estas invitada a estar en nuestro stand como en los viejos tiempos.
—¿Puedes llevarme a mi casa?
—Claro que si ¿Tienes frío?—Mirándome, se saca su chaqueta— Toma —Entregandomela.
—No hace falta Mateo.
—Por favor —insiste.
La agarro y me la pongo.
—Es tuya, no permitiría que te enfermaras jamás, vamos que te llevo.
Me dirigí hasta su camioneta y subimos. Me llevó hasta la casa de mis padres, fue un camino silencioso, pero al llegar y a punto de bajar me miró fijamente y preguntó.
—¿Me perdonas?
Quedó en silencio y lo miró fijamente.
—Te he perdonado hace mucho tiempo.
Sonríe un poco.
—Gracias.
—Fuiste una de las personas mas importantes de mi vida Mateo, claro que te perdonaría, estuvimos juntos siete años.
—Ocho —Corrige.
Me río.
—¿Ocho?
—Si, llegamos a nuestro último aniversario, 16 de Junio.
—Bueno, eso no importa ahora —intentando evitar el tema— gracias Mateo por todo.
—Te esperaré en el stand el siguiente fin de semana —agarra mi mano y la besa.
—Ok, ya tienes mi numero, puedo inscribirme allí —me acerco a él y le doy un beso en la mejilla— Adios.
Bajo del auto y lo saludo desde la galería de mi casa. Eran alrededor de la 1 Am, ya todos dormían, pero mientras caminaba hasta mi habitación tenía mi corazón triste, mire mi celular y ningún "hasta mañana de Fernando" estar aquí podría ser la peor decisión de mi vida, Mateo iba a debilitarme.
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Siempre he sido tuya.
RomanceBarbara Schulz una joven que decidió huir de su pueblo para dejar un pasado atrás. 8 años después volver a "Potrerillos" con su futuro marido de visitas por un mes era una buena opción, sin embargo su carrera política hace que ese viaje de a dos se...