-Dieciocho.

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Barbara

Continuación del día 17 en el pueblo (Jueves)

Parte del día jueves aún seguía transitando, y mientras comenzaba a oscurecer en el pueblo cerca de las 6 de la tarde Mateo fue a buscar más leña y yo me quedé en la cabaña ordenándola. Evité el celular durante todo el día, solo le envié un mensaje a mi hermana avisando que mañana volvería a casa. Terminé de ordenar y salí de la cabaña y caminé por el campo de la cabaña en silencio aun sin poder entender qué estaba haciendo aquí. Me senté en el puente al lago, y respire profundo disfrutando de la hermosa vista a la cordillera de los Andes nevada, así por varios minutos hasta que veo comenzar a caer granitos bien pequeños de nieve, comencé a sonreír, porque el invierno era mi estación favorita con el pueblo nevado.

—¿Disfrutando la nieve?— Dice Mateo sonriéndome.

Lo miro.

—Si.

Mateo se sienta a mi lado, sobre el borde del muelle.

—Llegó el momento que más te gusta del año.

Apoyo mi cabeza en su hombro.

—Barbara... —acaricia mi cabello— ¿Cómo es tu vida en Buenos Aires?

—Tranquila, bueno no tanto, trabajo para una compañía de asesores de boda.

—¿Tú misma haces tu boda?

—No, contrate a Rivera Eventos, es una agencia que se construyó hace varios años por Maria Emilia, una amiga, así que por ello, decidí que se haga cargo. No quiero hablar de eso —me levanto del piso.

—Barbara vas a tener que tomar una decisión.

—No hablemos de eso —caminó unos pasos hacia la cabaña.

Mateo se levanta y continúa a mi lado.

—Haré unas empanadas de jamón y queso, así vemos Titanic tranquilos ¿Está bien?

Sonrió un poco.

—Está bien.

Mateo

Me preparé para hacer unas empanadas mientras Barbara entra a bañarse, y mientras cocino no puedo creer que esto esté sucediendo. Ayer fue un dia lleno de sentimientos encontrados, y se que tengo todo el derecho de que ella me odie, pero también sé perfectamente que hay cosas que resolver, Barbara deberá tener alguna razón para quedarse conmigo.

Las empanadas estaban listas, abri un vino tinto para acompañar mejor a la comida y disfrutar junto a la par, así que preparé la mesita de living para tirarnos en el sofá y mirar la película tranquilos ambos. Barbara estaba hermosa, pero también sé que estaba desconcertada por lo que estaba viviendo y no quería presionar pero tampoco quiero que este viaje sea una despedida definitiva para ambos.

La película comenzó, Titanic su película favorita desde que la conocía ya que ya se sabía los diálogos, se emocionaba como si fuera la primera vez siempre. Mientras disfrutamos ambos comiendo y mirando la película me di cuenta el tiempo que llevaba sin mirarla, de hecho había diálogos que no recordaba y se enojaba por el tiempo que se había perdido de verla.

—Mateo ¿Hay helado? —pregunta dejando de mirar la pelicula.

—Si, ¿Quieres que te busque?

—No —sonríe— iré por él.

Continué mirando la película y Barbara regresó con un pote de helado y una cuchara en la mano.

—¿Y mi cuchara?

Siempre he sido tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora