-Veintiuno.

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Dia 21 en el pueblo. (Domingo)

Mateo

Me desperté tarde para descansar en paz un domingo, donde nadie trabaja, el viñedo está cerrado, no hay visitas guiadas, todo es paz y tranquilidad, sin ruidos de las máquinas, gritos de empleados, ingreso de camiones para llevar a la venta, sin embargo ha pesar que sea domingo y es dia de descanso hace unos días se me ocurrió una idea y no he dejad de pensar en ello, por eso me llamo Gustavo Medina diseñador gráfico, quien se hacia cargo de todas las publicidades del viñedo y el famoso vino "Barbara" y me dio una gran noticia —Mateo ya está todo listo, el lunes por la mañana se publicaran los nuevos carteles— me parecía perfecto, debía cambiar algunas publicidades.

Al mediodía hice un asado con mi familia, comí con mis padres, mi hermana y su novio, a pesar de lo bien que lo estaba pasando solo quería que Barbara este aquí conmigo compartiendo esto a mi lado.

Cerca de las 18:00hs me envía un mensaje Barbara que decía "Los espero en casa" asi que me prepare rápidamente, fui a darme una ducha y luego busqué un par de vinos para llevar ya que Barbara prepararía pizza en la casa de sus padres.

Barbara

Ya estoy lista, cocine temprano unas pre pizzas para cenar con los chicos y estoy emocionada porque es la primera vez que podemos compartir algo en paz los cuatro, ya que Mateo y Rita se llevaban como perros y gatos. También hice una chocotorta (torta tipica argentina) de postre y disfrutar en paz, y a pesar de que este feliz por este acontecimiento también estoy muerta de miedo, Fernando no da señales de vida al respecto, y aunque se que su trabaja es parte de su vida me aterra pensar que algo está sucediendo.

Decore la mesa, deje todo impecable de hecho mis padres no están se fueron a cenar con mis tios y mi hermana Macarena se fue a cenar con su novio, entonces tengo la casa para mi sola.

Todo listo son cerca de las 19:00hs, hace frío, la calefacción está encendida, de hecho está haciendo -1 grado, las cordilleras están hermosas, nevadas. Todo está listo, hasta las velas aromáticas encendidas, yo cambiada, tengo un vestido largo de invierno, medias finas negras, mi cabello suelto, y un maquillaje sutil.

Mateo es el primero en llegar.

Abro la puerta e ingresa.

—¿Siempre tan pero tan hermosa para mi? —Dice sonriéndome con botellas de vino en las manos.

Me río un poco y cierro la puerta.

—¿Mis suegros?

Vuelvo a reírme y caminó unos pasos hasta la cocina.

—Ex suegros, se fueron no están.

—¿Perdón? —ingresa conmigo a la cocina y deja las botellas de vino sobre la isla— ¿Cómo es eso? Ha solo te sirvo para tener sexo.

—No me vendría mal, de hecho ya van dos días.

Levanta una ceja.

—¿Tenemos 15 minutos? —se acerca a mí y me agarra de la cintura.

—Mateo... —puchereo.

Me roba un beso.

—Cada día siento que es una despedida.

Bajo mi mirada.

—No importa cuánto tiempo pase yo voy a seguir esperándote —acaricia mi rostro.

El timbre suena.

—Llegaron los chicos, voy a atender —camino unos pasos y siento a Mateo tocar mi cola, lo miró deteniéndome— La mano Mateo.

Siempre he sido tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora