-Quince.

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Día 15 en el pueblo (Martes)

Barbara

¿Qué está pasando? Abro mis ojos y veo a Mateo despierto, mirándome, acariciando mi rostro ¿Que voy a hacer de mi vida? me está mirando con esos ojos celestes que me vuelven loca, y con un amor que no hace falta expresar con palabras. Su olor corporal me invade en todo mi cuerpo y de pronto tengo una angustia existencial ¿Y ahora? cierro mis ojos abrazandolo mas fuerte, mientras lloro por dentro, porque no sabía cuando lo extrañaba hasta que volví a verlo. Todo es silencioso, aun es muy temprano, pero siento que Mateo no durmió nada, solo me observó durante las horas de la madrugada, y es posible, porque así es el Mateo que aun tengo en el fondo de mi corazón.

Son las 8 AM , nos hemos dormido nuevamente después de mirarnos en la madrugada, pero siento a Mateo besar mi cabeza, abro mis ojos.

—¿Ya te vas? —pregunto mirándolo.

Acaricia mi rostro sentado en la cama.

—Si, de hecho es tarde pero no podía dejar de mirarte.

Sonrió un poco enternecida.

Mateo se acerca más a mi.

—¿Puedo besarte?

Asiento con la cabeza.

Me mira a los ojos tiernamente y besa mis labios.

Besarte sabe a felicidad.

Acaricia mi rostro, de hecho escucho como nuestras bocas se comen, con desesperación, pero otra parte de mi siente que cada uno de sus besos es una despedida, me suelta y me mira a los ojos.

Estoy perdiendo esta batalla.

Sonrío como una loca.

—Barbara, mi corazón es más tuyo que mio.

Suspiró tristemente.

—Mateo... —acaricio su rostro— La vieja Barbara te amo como a nadie en el mundo, y no se que me pasa, ni siquiera entiendo que haces aqui, pero tambien se que —dejó de tocarle el rostro— que debo regresar a Buenos Aires y tomar una decisión, solo te pido que no me presiones.

—Regresaras a mi, te lo juro.

Bajo mi mirada.

—Así sea que deba caminar por fuego o cruzar el océano, lo haré por ti —besa mi frente.

Ya está cambiado, busca sus cosas y sale por la ventana, mientras yo me tiro a la cama nuevamente tapando el rostro con la almohada, ¿Que me esta pasando? mi corazón se siente extraño porque amo a Fernando pero siento que lo que creí haber eliminado acaba de volver del almacenamiento de mi corazón.

Salgo de mi habitación, y veo a mi hermana, está tomando su desayuno.

—¿Estoy loca o Mateo estuvo aquí?

Me niego con la cabeza angustiada.

—¡Ay hermana! —se levanta de la silla, se acerca a mi y me abraza— tranquila.

Se me caen algunas lágrimas y las limpió rápidamente.

—No se que me pasa, Mateo durmió conmigo.

—Ok... vamos a sentarnos y me cuentas bien.

Voy junto a ella y me siento a su lado.

—Apareció anoche, como en los viejos tiempo, solo dormimos, sin embargo estoy confundida, me he olvidado lo dulce que siempre fue conmigo, ¿Lo entiendes? es como si fuera que de pronto una parte de mi recuerda lo mucho que lo amaba.

Siempre he sido tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora