-Treinta y Siete.

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3 Meses junto a Mateo.

Octubre llegó, la primavera también, el paisaje en el viñedo comienza a cambiar, el viñedo tiene un paisaje increíble, porque próximamente las uvas están por llegar y desde que vivo con Mateo estoy comenzando a prestar mucha más atención a todo esto. El trabajo en el Hotel "Potrerillos" de mis padres sigue en pie, sigo allí trabajando en la parte administrativa, organizando las cuentas y los ingresos de grupos de turismo.

Mi relación con Mateo crece a pasos agigantados, estamos muy bien, no solemos discutir, bueno a veces, él es demasiado sobreprotector, a pesar de que mi vida siempre fue bastante independiente el no deja de escribirme algún mensaje como "¿Como estas amo" "¿A que hora venis hoy?" "Avísame cuando llegues" aunque me suele molestar un poco voy aprendiendo a sobrellevarlo. Nuestra casa ahora es diferente, he metido mi mano modificando algunas cosas a mi gusto, aunque Mateo es lo que menos le importa.

Hace 3 meses he dejado que mi vida haga cambios progresivos, sorpresivos, diferentes, pero lo sobrellevo, a veces con angustia, otras con sonrisas, pero se que soy feliz de esta manera, y que la decisión que tomé fue la correcta.

Hoy mi día comenzó como cada mañana, desayunando junto a Mateo y yendo a trabajar al hotel como de costumbre.

Ingresé al hotel, entré a mi oficina de trabajo y al segundo llegó mi hermana Macarena con una taza de café para mi.

—¿Cómo estás Barbara?

La miro y sonrio.

—Con mucho sueño —apoyo mis manos sobre la mesa de escritorio— así que necesito ese café con urgencia.

Macarena se rie y me lo entrega. Se sienta delante mío.

—Mañana son las elecciones ¿Estas mal por eso?

Respiro hondo.

—No, trato de no pensar en ello, no hablamos sobre el tema con Mateo, pero es inevitable, se que es un día importante en la carrera política de Fernando, no puedo no pensar en eso, pero tengo fe que todo saldrá bien.

—Si, lo se Bárbara, ayer lo he visto en los medios televisivos antes de cerrar la campaña de la veda electoral, y la verdad que no puedo creer que hayas salido con ese hombre, que hayas vivido, no lo entiendo.

—Yo tampoco —tomo un trago de café— pero bueno ya pasó —apoyo mi cabeza sobre la mesa un instante— ¿Podre dormir aquí?

Macarena comienza a reírse.

—Barbara hace una semana que estas muerta de sueño, podes dejar de tener sexo con Mateo hasta tarde.

Levanto mi cabeza y comienzo a reirme.

—Luego vienes a trabajar acostada, voy a llamar a mi cuñado para que te deje descansar un poco —se levanta de la silla.

—Perdimos ocho años, eso pasa —tomo otro trago de café— es un chiste, es hasta que me acostumbre.

—Si, hace dos meses que comenzaste Barbara. Bueno te abandono, tengo que atender pasajeros.

—Vaya nomas.

Hasta las 15:00hs me quede trabajando y luego regrese a mi casa.

Entré a casa y Mateo estaba esperándome con la comida lista para los dos.

—Mi amor, hubieses comido, es tarde ya.

Mateo se acerca y me abraza.

—No, no me gusta dejarte sola —deja de abrazarme y besa mis labios— ¿Por que estás más hermosa hoy?

Siempre he sido tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora