Día 33, Segundo día eligiendo a Mateo.
Barbara
Son las primeras horas de madrugada y nosotros estamos juntos bajando de la camioneta de Mateo, me siento feliz, lo miró a Mateo y no entiendo cómo he tardado tanto para darme cuenta lo mucho que lo amo.
Entramos a la cabaña de mis sueños, Mateo enciende la chimenea, hace mucho frío y de hecho nosotros nos habíamos empapado un montón, así que mientras él enciende el fuego yo voy a darme una ducha caliente.
Enciendo la grifería, me desvisto y entro en paz, sonriendo, porque aun no creo que este volviendo a construir una historia junto a Mateo.
Cierro mis ojos, mientras el agua cae y de pronto siento a Mateo abrazarme por detrás.
—Mateo —giró y acarició su barba.
—Me encanta ver tu silueta perfecta, blanca—besa mi mejilla— ¿Te toco ese idiota? —pregunta preocupado.
—No, me amenazó, me encerró, y fingió que éramos perfectos. Mateo, te amo y perdóname, siempre he sentido que eras tu el único hombre de mi vida, pero tuve que darme cuenta tarde cuando ese idiota comenzó a tener actitudes violentas —bajo la mirada— creeme que en estos ocho años te he tenido en mi corazón, nunca te haz ido.
Mateo sostiene mi mejilla y me besa.
Nos devoramos con besos y nos acurrucados en la ducha bañándonos, con el agua del uno al otro. Estuvimos diez minutos allí, y luego nos cambiamos, como en los viejos tiempos yo con una remera de Mateo y ropa interior por debajo mientras el solo lleva un boxer puesto.
Entramos a la cama y lo abracé.
—¿Crees que Fernando nos hará daño?
Suspira en silencio.
—Estamos juntos, lo demás no me importa Barbara.
Sonrió enternecida.
—Amo mucho a este Mateo —me acerco y lo beso.
—Mañana buscaré lo que falte por el pueblo, al menos vamos a tener que refugiarnos aquí unos días.
—Tendremos mucho sexo entonces.
—¿Cómo? —levanta una ceja.
Me río.
—Tenemos que recuperar ocho años separados, aparte ya sabes, el único hombre que ha estado conmigo este mes eres tú, así que si hay bebe es tuyo.
Me gira y se pone encima mio.
—No juegues con mis sentimientos, sabes perfectamente que ya si quieres nos ponemos en marcha.
Me río a carcajadas.
—Primero debemos pasar esto, después... —acarició su rostro— Te prometo que volveremos a intentarlo.
—Te amo Barbara —besa mis labios y se vuelve a acomodar a mi lado abrazándome.
Mateo se durmió y yo me quedé observándolo, abrazandolo, oliendo su cuerpo, tocando su suave piel, sus lunares en la espalda contemplando con ese amor tan fuerte que siempre he sentido por él, pero unos minutos después me quedé dormida a su lado, soñando que nada pasara entre nosotros.
Por la mañana el olor a tostadas y café me despertaron, así que abrí mis ojos y vi a Mateo sentado en la cama con el desayuno listo.
—Buenos días princesa.
Sonrió enternecida y me acerco dándole un beso.
—¿Cómo estás amor? —pregunto.
Mateo se sienta a mi lado y me entrega una taza de café con leche.
ESTÁS LEYENDO
Siempre he sido tuya.
عاطفيةBarbara Schulz una joven que decidió huir de su pueblo para dejar un pasado atrás. 8 años después volver a "Potrerillos" con su futuro marido de visitas por un mes era una buena opción, sin embargo su carrera política hace que ese viaje de a dos se...