-Veinte.

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Día 20 en el pueblo (Sábado)

Mateo

Me despierto y tengo al amor de mi vida abrazándome, ¿Qué más puedo pedirle a la vida? Se ve tan hermosa durmiendo, no puedo dejar de observarla, la acarició y la abrazó más. Miro la fotografía nuevamente de la mesa de luz, la agarro, y la miro varios minutos, se que ayer ha sido un día extraño para ella aunque me lo niegue, porque esta fotografía significaba muchísimo en nuestras vidas. Nos veíamos tan felices, Barbara viviendo conmigo, mis padres y mi hermana dándole todo el amor del mundo mientras ella transitaba el embarazo normal, hasta que sucedió lo peor. Ese dolor fue duro, casi eterno, ¿Saben, por qué? porque Barbara siempre fue fría con sus sentimientos, siempre trato de evitarlos y no llorar, pero era peor, porque cuando realmente caía de lo que sucedía, no había retorno, se escapaba, huía a caballo llorando desconsoladamente perdiéndose durante varias horas. Ese embarazo de 15 semanas fue increíble, de hecho nos había dicho que probablemente era un niño, y nos lleno de ilusión, habíamos buscando posibles nombres esa semana, y a pesar de que siempre soñé con tener una niña, Barbara estaba feliz porque íbamos a tener un "posible príncipe en la casa" compramos varias cosas, mientras construía la cabaña actual donde vivo, pero un dia todo acabo, se sentia mal, asi que salimos corriendo hacia la ciudad de Mendoza Capital y nos dijeron "El bebe dejo de latir" fue urgente, porque llevaba muchas horas con nuestro hijo muerto en su panza, y ella podria seguir detras de él, asi que fue rapido, le inducierona un aborto, y fue unas de las primeras veces que note a Barbara destrozada, no queria llorar, solo abrazaba a su panza y le pedia perdon, fue horrible, espantoso, mi ultimo recuerdo fue haber besado a su pequeña pancita y le dije —Te amo— a las horas Barbara salio, y enseguida me dijo —Firma el alta, quiero regresar a casa— a pesar que ponia en riesgo su vida, acepte hacerlo, y alli estuvo callada, por varios dias, sus amigos la visitaban, su familia, pero ella se quedaba quieta y practicamente consolaba a los demas, pero lo peor llego, se dio cuenta a casi diez dias cuando cumplia los 4 meses de embarazo, y se derrumbo, la busque, igual que aquel dia que todo lo nuestro termino, y la encontre destrozada, solo me decia —Mateo, quiero morir, quiero morir— y yo hice todo mi esfuerzo para levantarla y seguir adelante.

Bese su cabeza, la deje durmiendo, escuche que todos se habían ido de la casa de los Schulz, asi que prepare unas tostadas, con esos té de frutilla que le encatan a Barbara y a los minutos se despertó, arrastrando sus pies.

—Buenos días —bosteza y se acerca a mi.

—Buenos dias Barbara ¿Como estas?

—Bien, muerta de hambre —mira el desayuno—Mmm... ¿Todo para mi?

—Si —le sonrió.

Se acerca y me da un beso en la mejilla.

—¿No debes ir al viñedo?

—Debería, pero tengo que viajar a Mendoza capital a hacer unas compras, así que me tomé la mañana libre.

—Me parece perfecto —se sienta a mi lado— Gracias por quedarte anoche conmigo.

—¿Por qué estaba esa fotografía allí? —insinuando la foto de ambos con el tes de embarazo.

—Solo apareció nada más.

—Dime, te escucho —insistiendo para que hable.

—¿Piensas que nuestra vida hubiera sido diferente si nacía?

—Siempre.

—Theo —responde.

—¿Theo? —levanto una ceja—No te entiendo.

Siempre he sido tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora