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Los trillizos Madrigal; los primeros en ser bendecidos con un don mágico, y los hijos de la matriarca Alma Madrigal.

Tuvieron una infancia algo diferente a la de los demás, dado que tener un poder especial no es muy común que digamos, sumado a que no tuvieron la presencia de una figura paterna.

Además, la joven Alma, inexperta en cuidar niños, tuvo muchos errores, los cuales terminaron hiriendo a sus hijos. Eso no implica que haya sido una mala madre, al contrario, se preocupó por darles una vida "feliz" a sus pequeños.

Ella les cantaba "Dos Oruguitas" todas las noches antes de dormir, este hábito se fue eliminando con el paso del tiempo, ya que el recuerdo de su difunto esposo se le venía a la mente causándole una sorda y atroz tristeza a la mujer.

También le dio prioridad a su hija Julieta, pensando en las maravillas que ella podía hacer con su don, tratándola como la niña de oro.

Cuando Bruno creció, Alma ni siquiera lo podía mirar a los ojos sin recordar a Pedro
La matriarca, traumatizada por los eventos de cierta noche, les contó sin censura la historia de la muerte de su esposo a sus hijos de apenas seis años, causándoles miedo a ser encontrados por esos soldados.

El joven Bruno pasó por cosas que no le desearía a nadie, fue negado por su propia madre y por su pueblo, diciéndole que era un ser malvado sin piedad. Él intentó alejarse de su don y vivir sin usarlo, pero Alma se lo tomó a mal -como siempre-.

-No puedo creer lo egoísta que eres, yo no crié a un egoísta, ¡crié a alguien amable y piadoso! Piensa Bruno, piensa en el Encanto, no puedes simplemente negarte a usar tu poder - le regañó Alma a su hijo de 21 años.

-Mamá, yo no sirvo para esto, lo único que hago es amargar a la gente con mis profecías, el Encanto está mejor sin mí - murmuró, con la mirada perdida y su labio inferior temblando.

-Bruno Madrigal, vas a usar tu don y eso es definitivo, tu fuiste bendecido por la vela por una razón - escupió la mayor.

-¿Bendecido, o más bien, maldecido? Porque yo no le veo ninguna ventaja a esto - admitió, con rabia en su mirada - buenas noches, madre -. Concluyó para luego retirarse.

•••

Los pueblerinos eran unos aprovechados que se lucraban de los dones de los Madrigal y vivían a partir de ellos, de la lluvia de Pepa para sus cultivos, las arepas de Julieta para sus malestares, y las transformaciones de Camilo para cuidar a sus niños, ¿qué sería de ellos, sin aquella familia mágica ayudándolos en todo? Ni siquiera se preocupaban en lastimarse, porque Julieta los iba a curar. ¿Se han puesto a pensar en el estrés que esto le genera? Seguramente no, porque deben suponer que por ser los 'Sorprendentes Madrigal' deben ser los mejores.

Si los pueblerinos no se contentaban por algo, no dudarían en criticar; criticaron a Mirabel, por no ser "útil", a Bruno, por ser "malvado", a Dolores, por "chismosa". ¿Qué es lo que querían? ¿Hacerlos creer que son insuficientes? ¿Llenar de basura su puro corazón? Porque vaya que eso consiguieron.

Imperfect - Isabela Madrigal ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora