Las hermanas llegaron a la casa de Amanda, justamente en el medio de una pelea entre los padres de esta, Mirabel se encargó de calmar a la chica mientras Isabela se encaminó a enfrentar a los padres de la morena.
Ya llevaba un rato intentando hacerlos razonar, pero estos se negaban a cualquier cosa. Nunca había hablado con personas tan hartantes.
Amanda cubría sus ojos, no quería ver a su amiga peleando con alguien tan amenazante cómo su padre, estaba aterrada de lo que él le podría hacer, solo quería que todo acabe.
-¡Ya lárgate, niña, lo que pasa en esta casa no es tu maldito asunto! -gritó el mayor.
-¡Solo pido que la dejes ir! ¡Cretino estúpido!
Una discusión que había empezado calmada ahora era una competencia de quién gritaba más fuerte, todos los pueblerinos vecinos de la chica miraban aquella escena, por más que habían ignorado la situación antes, ahora la mayoría empezaba a comprender que no era un tema que debía ser pasado por alto.
Mientras más aumentaba la pelea, más personas comenzaban a pedirle disculpas a Amanda por no hacer nada, empezaban a abrir los ojos, como debieron hacer hace mucho tiempo.
Después de murmurar entre si, todos los presentes llegaron a una conclusión; si no aprendían por las buenas, sería a las malas.
-¡Hey! ¡Dejen a Amanda ir o se las verán conmigo y todos los del Encanto! -amenazó un dueño de una tienda, recibiendo un “¡Sí!” de parte de muchos.
-¡Este tema no es de su incumbencia! ¡Larguense! -exclamó la progenitora de la chica.
-¡Entonces será por las malas! -una vendedora de verduras tomó un tomate entre su mano derecha, acercándose a los señores Vásquez.
La misma acción repitieron todos, con frutas, verduras, e incluso palas y rastrillos.
-¡Acá es dónde se acaba todo, idiota!
°•°•°•°
No hay mucho que narrar sobre lo que pasó aquel día.
Por obligación, tuvieron que correr del lugar mientras miles de objetos y verduras les caían en sus rostros.
Los abuelos de Amanda la recibieron con los brazos abiertos y los pueblerinos aportaron brindándoles ayuda en el hogar a los ancianos. Cómo una manera de disculpa por haber sido tan ignorantes ante la situación.
Alma, sin embargo, nunca se mostró culpable por la situación, al menos no tan culpable como aquel arrepentimiento genuino que sintió luego de la destrucción de casita.
Volviendo al presente; ese día todos en el Encanto caminaban con velas en sus manos, dejando todas en un gran altar. Había pasado un año desde que la matriarca, Alma Madrigal, había fallecido.
Todos aún se encontraban en un gran luto, no fue la mejor persona en ningún momento, pero fue una mujer valiente que les brindó seguridad a todos.
La puerta de la mujer se había desvanecido, pero había aparecido una nueva; una con el retrato de Mirabel Madrigal.
Su don era ser la nueva matriarca de los Madrigal. Una que se encargaría de brindar paz a todo el pueblo.
Dando paso a una nueva generación, una generación en la que no importaba tu perfección o tu fuerza; importaba quien eras.
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Imperfect - Isabela Madrigal ✓
FanfictionDesde que Isabela Madrigal obtuvo su don fue forzada a ser perfecta, a ser la ideal niña de las flores de mayo, a comportarse como una princesa, pero ¿realmente pensaron si a ella le agradaba actuar de esa forma? Ella era como un pájaro encerrado en...