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Imperfecta, su nueva vida, su nuevo yo.

Una vez que su propuesta con el guapo Mariano Guzmán había sido arruinada y las cosas con Mirabel se habían arreglado, todo parecía de color de rosas. Estaba sintiendo emociones que no había sentido antes -o, al menos, en mucho tiempo-. Isabela ahora se recostaba con Mirabel entre risas en los suelos de casita, que ahora junto con el pueblo estaba tupida de flores y plantas tropicales de distintos colores, no había un orden ni reglas que seguir, simplemente era feliz.

-Eres una mala influencia -comentó Isabela con sarcasmo, causando la risa de ambas chicas.

-¡Qué está pasando! -exclamó Alma con enfado.

-¡Abuela! -intento explicarse Mirabel, Alma observaba con incredulidad los alrededores del lugar- Tranquila, todo está...vamos a salvar el milagro. La magia-

-¿Pero de qué estás hablando? ¡Mira nuestro hogar, mira a tu hermana!

Isabela hizo lo de siempre. Permaneció callada, inmóvil, todos estos años no había tenido voz ni elección.

-Pero es que Isabela no se sentía feliz-

-¡Claro que no está feliz, arruinaste su propuesta!

"Y yo creo que... tú arruinaste mi vida" pensó la morena.

-No no, ¡Es que yo debía arruinar su propuesta y luego hicimos todo esto! -sonrió la de lentes señalando con sus brazos las exóticas plantas que colgaban de los techos- Y la vela brilló más fuerte y las grietas- ¡Y por eso me ví en la visión, debo salvar el milagro...!

-¡Tienes que parar ya, Mirabel! -sentenció, borrando la sonrisa del rostro de la joven.

-Las grietas iniciaron contigo, Bruno se fue por culpa tuya -cada palabra era una punzada en el pecho cuyo ardor incrementaba e incrementaba- Luisa se queda sin poderes, Isabela está fuera de control, ¡por culpa tuya! ¡No sé porque tú no recibiste un don, pero esa no es una excusa para que sigas dañando a esta familia!

Las grietas se formaron en los suelos y un silencio profundo y doloroso llenó el ambiente, las entrecortadas respiraciones eran lo único audible en ese triste lugar.

-Nunca voy a ser...suficientemente buena para ti -murmuró, Julieta y Agustín se acercaron a ver qué ocurría- ¿verdad? No importa que tanto intente serlo...No importa que tanto lo intente cualquiera de nosotros, Luisa nunca será tan fuerte como deseas, Isabela no será tan perfecta como deseas, Bruno dejó está familia porque tú solo veías lo peor en él.

-¡A Bruno nunca le importó esta familia!

-¡Él ama a esta familia, yo amo a esta familia! ¡Todos amamos a la familia, tú eres a la que no le importa! -las grietas se expandieron hasta el pueblo mientras la matriarca y la adolescente discutían, nadie interrumpía ni intervenía solo por el miedo al rechazo- ¡Tú eres la que derrumba nuestro hogar!

-¡Nunca te atrevas...!

-¡El milagro agoniza por culpa tuya!

Una gran hendidura separó a las dos y se propagó por toda la casa llegando hasta la vela, Camilo e Isabela intentaron llegar hasta ella pero no lo lograron pues sus dones dejaron de funcionar. Pero Mirabel también iba tras la vela, a pesar de todos los llamados ella no se dió por vencida.

La casa se derrumbaba mientras ella intentaba dar con aquella mágica candela que le proporcionaba los dones a la familia, finalmente la tomó entre sus manos pero parte de la casa parecía caer sobre ella, sin embargo casita la protegió de forma que no sufrió daños mayores.

Pero la última llama que emanaba una tenue luz se apagó, al igual que las esperanzas de una joven de veintiun años de finalmente ser feliz.

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Hey hey! Aquí Christine, siento haberme desaparecido por aquí durante tanto tiempo pero estoy de vuelta ;)





Imperfect - Isabela Madrigal ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora