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-Oh, Isabela, que bonitas se ven esas jacarandas que pusiste -admiró una mujer, posando ambas manos en su pecho.

-Gracias, señora -sonrió Isabela haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.

-Ay Isa, ya sabes que ahora no tienes que actuar tan educada como antes -carcajeó ella.

-... Cierto -musitó la chica, marchandose.

Se encerró en su habitación -que ahora era muy diferente- y se acostó en su cama, suspirando.

-No sé cómo actuar ahora, he sido una "princesa" toda mi vida, ya es un hábito ser así, pero siempre que hago una de estas costumbres que son involuntarias me repiten que ahora no tengo que ser así. Pero no sé cómo más hablar o actuar -habló para si misma.

-Tampoco sé que me gusta, siempre me han implementado los colores azul, celeste, morado y rosa, pero nunca me he preguntado si me gustan de verdad, no sé que activades disfruto ni nada, pensé que una vez que me vuelva "imperfecta" todo sería feliz, ahora veo que no lo es.

"¿Cómo puedo saber quien soy después de años de una vida falsa?"

•••

-Mirabel, ¿le podrías decir a Dolores que venga acá abajo? Necesito que me ayude con algo -habló Julieta, dulce como siempre.

-¡Claro ma'! -sonrió y corrió hacia el cuarto de Dolores, tropezando a mitad del camino y luego incorporándose como si nada hubiese pasado.

Tocó la puerta anímicamente formando un tipo de canción con los sonidos de sus nudillos chocando con la madera, Dolores bajó y Julieta le dio el recado de ir a casa de los Guzmán y preguntar si la señora Guzmán tenía algún tipo de alergia, pues estaba preparando una sorpresa para esta y no quería un mal rato por una alergia que desconocía de ella. Se lo encargó a Dolores pues ella era la pareja de Mariano, así que no sería sospechoso que pregunte eso.

Dolores abrió la puerta para salir pero en eso escuchó como alguien bajaba por las escaleras con prisa, reconoció de inmediato los zapatos de Isabela.

-¡Te acompaño! -corrió la chica hacia su prima- Te acompaño a ir a casa de los Guzmán, no será sospechoso porque aún me llevo bien con la familia a pesar del incidente de la propuesta -señaló con una sonrisa, Dolores asintió y emprendieron su camino.

-Oye...lo que te quería decir desde un principio y la razón de porque te quise acompañar...-planteó Isabela mientras caminaban, llamando la atención de la de falda roja- no sé quién soy, no me malinterpretes, pero es que ya sabes, con eso del paso de perfecta a imperfecta después de tantos años...es difícil saber que te gusta en realidad, y te quería pedir ayuda para autodescubrirme.

Dolores permaneció callada unos segundos.

-Oh, lo entiendo, te puedo ayudar, Camilo pasa por lo mismo, ¡hm!

"Camilo pasa por lo mismo" ¿A qué se podría referir? ¿Acaso Camilo pasaba por lo mismo que ella? ¿Él no sabía su personalidad? Isa pensó eso por un largo rato, sin embargo no hizo preguntas acerca de eso, no quería entrometerse en algo de él, si él se lo había contado a su hermana era porque le tenía confianza, no para que esté intentando averiguar que le ocurría. Luego quizá le podría preguntar personalmente.

Hicieron lo solicitado por Julieta y se encaminaron a casa, hablaron de muchas cosas, pero no tocaron más el tema de la crisis de identidad de Isabela.

Al día siguiente, durante el desayuno, la chica notaba que todos actuaban de manera sospechosa, se lanzaban miradas cómplices entre si y algunos inclusive se susurraban cosas, ella no entendía que ocurría hasta que después de comer Mirabel la tomó de la mano y la llevó a su habitación.

-Dolores nos contó sobre que tenías problemas con encontrarte a ti misma, ¡así que decidimos que vamos a hacer un poco de todo! Cada uno te enseñará actividades diferentes, para que veas que es lo que realmente disfrutas -sonrió.

-Oh, son tan amables...

-Para eso está la familia -sonrió Mirabel, ambas se sentaron en la cama de esta- primera actividad; ¡Bordar!

Ambas tomaron unos vestidos viejos y sencillos, sin vida. Y la más joven le enseñó a hacer bonitos bordados en el, cada una lo personalizó de manera distinta, Mirabel añadió animales, mariposas y abejas hechas de lana de diferentes colores, mientras que Isabela agregó flores de todo tipo y varios cactuces.

-¿Y..? ¿Qué opinas? -cuestionó la de rizos.

-Este es definitivamente un vestido que usaría -respondió, tomando en sus manos su creación.

-¿Por qué no nos los ponemos?

Y así acabaron modelando sus prendas con orgullo y enseñándoselas a todos.

-¡Qué bonitas que se ven! Son tan talentosas... -Julieta besó la mejilla de ambas.

Antonio sacudió la mano de Isabela con emoción.

-Ahora, nosotros te queremos enseñar algo -sonrió mostrando sus dientes con dulzura, Bruno y Camilo asintieron con la cabeza.



Imperfect - Isabela Madrigal ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora