Soberbia

Capítulo 7. El nuevo causa sensación

Pvo. Draco Malfoy


Al llegar la hora del castigo, me vestí y bajé sin dar explicaciones de ningún tipo a mis amigos. Estaba algo molesto con Theo. Cuando llegué a la clase, vi a la profesora Snape sola, sentada en su mesa y mirándome. Me fijé que en el piso había un cubo y dos esponjas en una mesa. ¿Limpiaríamos a mano?

-¿Y Granger?-pregunté.

-No ha llegado todavía.

-Que impuntual.

-¿Nott es tu amigo no?

-Si.-Asentí con la cabeza.

-Ah... me pareció.

-¿Qué cosa?

-Que... erais amigos pero que... estáis... enfadados el uno con el otro o tú con él.

-¿Cómo lo sabe?

-Esas cosas se notan.-Me dedicó una sonrisa con su rostro en forma de corazón. La verdad que era muy guapa pero esas fachas... un vestido de estampados marrón y negro con uan gabardina marrón pro encima y unos zapatos de vieja.... no la ayudaban demasiado.

-¿En qué?

-En la expresión de como lo miras.

-Ah...-¿era un poco... demasiado intuitiva o eran cosas mías?

-¿Puedo saber la razón de tu enfado?

-Em... son asuntos.... privados.

-Bueno...-se encogió de hombros-, solo te digo una cosa-se bajó de encima de la mesa, se arregló al ropa y me miró-, si necesitas a alguien con quien hablar o cualquier cosa, aquí estaré para ayudarte.

-Em... gracias-supuse que debía darle las gracias... ¿no?

Pero... ¿para qué querría yo comentar algún problema con una profesora que acababa de conocer? En fin.... hermana de Snape tenía que ser para ser tan excesivamente rara. La puerta se abrió y por allí entró... Granger. Tenía un pantalón de chándal gris y una camiseta negra. La ropa le sentaba bien, le marcaban las innumerables curvas peligrosas de su cuerpo. Y era perfecto, no tenía excesos. Un vientre plano, un trasero redondeado, unos pechos generosos y.... ¡Pero qué coño haces tú mirándola tanto!

-Bien, ya estáis los dos.-dijo la profesora-, yo saldré por unas horas, no podéis utilizar magia-¡Vaya asco!-, pero no me miréis así, es para que tengáis más cuidado la próxima vez. 

-Si, profesora.-Cogió su cama de viaje y asomó su cabeza por la puerta una última vez.

-Sed buenos.

Asentimos con la cabeza y cerró la puerta. Cuando se fue, Granger cogió una cosa rosa muy pequeña, de ella salían una especie de cables, dos cables para ser exactos. Se puso ambos extremos en los oídos, cogió la esponja y se puso a limpiar las mesas que había sucias a su alrededor mientras movía sus caderas. ¿Acaso no sabía lo provocadora que era? Su camiseta se subía, dejando ver sus tostadas caderas, estacadas por el color de sus prendas. Me dio curiosidad qué era esa cosa que tenía y que se había enganchado en el bordillo del pantalón, al lado de sus caderas.


-Granger-la llamé.

-¿Qué?-se quitó el auricular y me contestó, parecía molesta por haberla interrumpido.

-¿Qué es eso?-señalé el aparato.

-Caderas, ¿nunca has visto unas de verdad o qué?-no como las de ella, de eso estaba segurísimo. ¿Qué estás hablando?

-Que lista... me refería la cosa esa rosa que tienes enganchada al chándal.

-Es mi mp3.-Vale, me lo había dejado todo clarito.

-¿Un qué?

-Un mp3, sirve para escuchar música, es muggle, no me extraña que no lo conozcas.