Capítulo 17. ¡No me jodas!

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Pvo. Hermione Granger

Sentí calor en mi cara, abrí los ojos lentamente para encontrarme con que los rayos del sol se filtraban por la ventana. Pero... yo estaba atenta a otra cosa mejor y nunca antes pensada por mi. Me encontraba con Draco Malfoy, ambos desnudos y acostados en un sillón. Yo estaba encima suyo, mi cabeza estaba apoyada en su pecho, y él tenía la respiración calmada por que seguía durmiendo. Su cabello estaba alborotado, como tnía que estar el mío. Parecía un angelito, sonreí por mi ocurrencia. No podía creerlo. Ahora sabía por qué lo llamaban el rey del sexo. Me había llevado a los cielos en una noche, cosa que nunca nadie había conseguido. Su cuerpo musculoso era un paraíso y un mar de sensaciones. La sonrisa no se apartaba de mi rostro. Tenía la boca entre abierta tentaba. No me aguanté y llegué a sus labios. Los rocé levemente, pero los suyos comenzaron a moverse, y yo seguí el beso. Cuando se separó de mi, junté mi frente co la suya y una sonrisa salió de mi boca sin comerlo ni beberlo. Él también hizo el mismo gesto, haciendo que me derritiese.

-Buenos días-susurró.


-Buenos días-contesté.


-¿Cómo has dormido?


-Aquí arriba-dije haciendo referencia a que estaba encima de él-de lujo.-se eschó a reir contagiándome.

Volvió a besarme lentamente, luego yo me quité y él se levantó a bsucar la ropa. Me quedé a medias agachada viendole el cuerpazo que tenía. Me mordí el labio inferior. 

-Me vas a comer con la mirada-me había pillado, dejé de mirarle-pero no he dicho que me moleste.-Sonreí mientras me ponía el sujetador y el culotte negros. 

Cuando acabé de vestirme, él ya lo estaba, se encontraba mirando por la ventana de cristal viejo. 

-¿Crees que vengan a buscarnos?-pregunté acercándome por detrás.


-La verdad no tengo ni idea.-me contestó encoiéndose de hombros.


-Pues a mi no me importaría quedarme aquí...-dije por lo bajo.


-A mi tampoco-contestó con una sonrisa.-Pero moriríamso de hambre, dudo que halla algo comestible por aquí.


-Ya... ¿No crees que tendríamos que salir e intentar encontrar el camino de vuelta?


-¿Cómo?


-Alguna forma tiene que haber, somos magos digo yo.


-¿Nos desaparecemos?-mi licencia había salido ese verano, podía desaparecerme sin problemas.


-¿Y si nos ven los muggles?-pregunté preocupada.


-Nos apareceremos en tu habitación, ¿sabes hacer desaparición conjunta?-asentí con la cabeza.-Pues ya está.


-¿Y si está al señora de la limpieza? A mi si está Gaia me da igual, pero... ¿Qué haremos si va una señora Hawaiiana gritando algo que no entendamso y quiera decir "¡Hay brujos en el edificio!"?


-Pues... la tomarán por loca-rió.


-No lo pongo en duda. Bueno, vale, desaparezcámonos.-le contesté.-Por cierto... ¿De dónde sacáste la guitarra?-pregunté curiosa.

-Siempre la llevo encima... así-apuntó el instrumento con la varita-Reducto.-Y la guitarra se minimizó, hasta que se la metió en el bolsillo del pantalón.


-Dame la mano.-le dije pero no me obedeció. Se puso tras de mi y me abrazó por la cintura desde atrás.-¿Sabes que así me va a ser más difícil concentrarme?


-Si, pero podrás-me contestó en el oído.


-Maldito seductor...-le dije a broma y riendo. 


-Por eso te gusto-me recordó.


-Cierto-admití.

Cerré los ojos y me concentré en visualizar mi habitación. Pocos segundos después, ya estábamos cayendo desde el techo, pero nos dimos con algo duro, era el suelo. 

-¡Por la gloria de Merlín!-dijo uan voz que conocí-¡¡Qué coño hacéis aquí!!-dijo una escandalizada Gaia. Nos levantamos del suelo

SoberbiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora