¡GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS!
Pvo. Hermione Granger.
No me dijo nada, pero yo pude sentir entre mis muslos algo que crecía, y no era su ego. Sonreí y me aparté de él, para salir de al fiesta, estaba segura de que me seguiría, tenía ganas de jugar. Caminé silenciosa y descalza por los pasillos, asomé mi cabeza por una esquina, peor él no estaba allí, me pareció raro, me di al vuelta y me lo encontré de frente, y no precisamente a cuatro metros, sino a un escaso centímetro de mi. Extendió su mano hacia la parte baja de mi espalda, yo no me negaba, no me apartaba... ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué había hecho la estupidez de provocarle allí dentro?
Pero esas preguntas pasaron a un segundo plano cuando sentí algo contra mi espalda y me di cuenta de donde estaba: en mitad de un pasillo desierto, con los labios de Draco Malfoy entreabiertos y a escasos milímetros de los míos de igual manera. Mi mente gritaba "pégale una patada en sus partes bajas y lárgate, ¡que eres tonta!" y mi parte menos noble chillaba "Cómetelo, Hermione, lo tienes a punto". ¡Por las barbas de Merlín! ¿Qué hago?... ¡Al demonio! dije en mi fuero interno, cogí a Malfoy por la nuca y lo atraje a mi boca, saboreando esos labios que tanto había deseado probar. Él no dijo nada, no se negó, es más, me atrajo hacia él más todavía si era posible. Su lengua rozó mi labio, yo entre abrí mi boca para dejarle paso a que jugase con la mía de todas las maneras posibles. Ese beso era distinto a los que solían darme los chicos con los que me acostaba.
Este beso era... ¿tierno? Sus labios no se movían de forma lujuriosa ni mucho menos, eran lentos, cariñosos. Algo en mi interior encajó, como haciendo un click. Antes de separarse de mi, me volvió a dar un pequeño beso, sin abrir la boca, lento, suave, posando solo sus labios con los míos. Mi respiración era lenta, no tenía intención de separarme de él, ni él estaba por la labor.
Apoyé mi cabeza en su hombro, era un gesto que me dejaba aspirar su aroma varonil, activando may sentidos. Sentí su cabeza apoyarse en la mía. Allí nos quedamos por largo rato, sintiendo la esencia el uno del otro. No sabía qué era lo que pasaba por la mente de Draco... ¡Quieto parao! ¿Le llamé Draco? ¿Yo llamé a Draco, Draco? Ok... ¿Qué diablos me estaba pasando? Vale, la noche no era eterna, y alguien tenía que hablar... ¡Pero no le llames por su nombre, inepta! me gritaba mi mente.
-Malfoy.
-Granger-dijimos a la vez.
-No, habla tú primero-dijo él.
-No es que me arrepienta-comencé-pero... no sé por qué te... he besado.
-No eres la única.
-Oye...-me separé de él, me negué mirarle a los ojos, donde sabía que perdería el sentido, por lo que centré mi vista en su cuello.- ¿Iba en serio lo de que nunca querrías nada con migo?-él sabía a lo que me refería, pero yo no sabía por qué se lo preguntaba.
-Mentiría si te dijese que si.-contestó sorprendiéndome cuando yo pensaba escuchar "¡Pues claro que es cierto, Granger! ¿Qué te hace pensar que me gustaría tener algo con tigo, serpiente de poca clase?". Pero esa respuesta no llegó, la suya procesó pro mis oídos a mi mente "mentiría si te dijese que sí". Eso significaba que lo que había dicho era mentira.
Después de eso, yo, sin decir una palabra me volví a mi habitación. Las chicas llegaron cuando yo ya me había dejado llevar por los brazos de Morfeo, me lo dijeron ala mañana siguiente que era un sábado. No teníamos clase y podíamos pasar el día relajadas pro completo, en cambio, yo no me relajé.
Me quedé pensando en ese momento nocturno... ¿Por qué lo besé? Estaba segura de que si yo no lo hacía él tomaría la iniciativa pero, me quedaba una pregunta.... ¿Yo me negaría a ese beso? Era algo que sabía la respuesta, pero no la contestaba pro miedo. Esa noche, cuando las chicas volvieron de su paseo después de preparar las maletas, me abordaron.
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Soberbia
FanfictionHermione Granger es muy distinta a como estamos acostumbrados a verla. Draco Malfoy es el rey de sus más horrorosas pesadillas alguien a quien odia profundamente... ¿La razón? la descubriréis leyendo. Nada es para siempre en este séptimo curso. Dos...