20. Exes

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Faltaba una semana para Navidad y todo era un caos para la mente meticulosa de Ash.

Dentro del apartamento de Eiji, había una montaña de regalos, sin contar con los ingredientes para las galletas de jengibre que su omega horneará y las tarjetitas hechas a mano para cada uno de sus amigos y familiares.

Con un listado en la mano, escaneaba, clasificaba y les daba un check de listo.

—A ver, aquí están las camisetas de Shorter y las cremas para la piel seca de la arpía —porque por supuesto, un reptiliano como él necesita hidratarse. —; los utensilios de cocina para las señoras Owen y Coleman —, señaló las cajas decoradas de listones dorados. —; proteínas bebibles para Sing y Blanca — esas bestias son tan simples que fue fácil escoger sus regalos. —; carritos para Michael, herramientas para el inútil de Max, y la Poesía completa de Alejandra Pizarnik para Griffin...

Eiji estaba viendo la nada.

—Hmmm, perfecto.

—Creo que tenemos el de todos —Ash sonrió con satisfacción. —. Aparte tenemos que enviar el paquete para tu familia en Japón... espero que llegue antes de año nuevo... —se puso nervioso por un instante. —. ¿Mi suegra no se va a enojar si no llega a la fecha?

—Ella y mi hermana te adoran — hizo una mueca. —, a mi papá le cuesta aceptar que su niño tiene novio... pero ellas abogarán por ti.

—Ay... — revolvió sus cabellos. —. Quizá voy a comprarle un ajedrez hecho de vidrio para ganarme más su cariño.

De repente, Eiji giró su rostro y lo observó con curiosidad.

—Ash...

El aludido sonrió, esparciendo floral olor en sus feromonas.

—Dime, onni-chan.

El japonés entrecerró sus ojos, haciendo una mueca incrédula.

—Yo no fui tu primera pareja, ¿cierto?

El estupor fue tallado en el rostro de Ash que lo dejó mudo por un instante y casi deja caer su listado.

—¿A qué v-viene eso? — su lengua se trabó en el cielo de la boca.

En eso, Eiji se pone de pie para estar frente a él y lo mira fijamente.

—Me puse a pensar sobre nuestras primeras veces... — frunció el ceño, sospechando. —. ¡Y eras un experto en todo!

Ash tembló ligeramente.

—P-Pero Eiji...

—Solo quiero saber... ¿estuviste con alguien antes? ¿O fue suerte de principiante?

En la expresión de Eiji no había rastro de malicia. No era considerado "sano" hablar de los exs... pero sentía la suficiente confianza y abrirse con él sobre su pasado amoroso.

—P-Pues no estás equivocado... — se rascó la nuca. —. A los catorce años tuve una relación con una chica omega... ¡¿por qué pones esa cara?!

El japonés se hallaba pálido y sentía su quijada hasta el suelo, inconsciente tembló del shock.

—¡Aún eras un bebé! ¡¿Y tenías novia?! — parpadeó para espabilarse. Sin embargo, su imaginación voló al extremo. —. ¡No me digas que tuviste relaciones con ella!

El alfa encogió sus hombros. No podía mentirle a Eiji de eso... ni siquiera Griffin o Max lo sabían.

—Veras... — exhaló profundamente. —. Sí... — se tapó su rostro con sus manos. —. Lo siento. — por alguna razón no se sentía fiel. Si hubiera tenido conocimiento de que conocería a su lindo omega, no hubiera andado como un gato puberto deseoso de sexo.

De inmediato, Eiji lo abrazó con fuerza, llenando su rostro con muchos besos.

—Está bien... —curvó una sonrisa culpable. —, no nos conocíamos...

—A-Ah... pero también has estado con alguien antes que yo, ¿verdad onni-chan? — el silencio mató la cordura de Ash. —. ¡¿Yo soy tu primer novio?!

El omega escondió su rostro en el pecho del alfa y asintió, apenado.

—Todas mis experiencias han sido gracias a ti... — musitó suavemente.

Ash sintió que su corazón se aceleró a mil por segundo. ¡Esto hacía peor su imagen, literalmente Eiji es un santo!

—¡¿Te quité la virginidad?! — quería arrancarse sus cabellos. Luego forzó a Eiji verlo a la cara al tomar sus hombros. —. ¡¿No te lastimé?!

El omega se aguantó a salir corriendo por su cámara para captar por la eternidad la expresión de su precioso alfa. Su amor incondicional hace enternecer su alma.

—Fuiste atento y amable conmigo... —sobó su mejilla con estima y le transmitió paz. —. Fue... maravilloso...

—Ay, Eiji — suspiró aliviado y lo abrazó con furor.

—Ash...

Se abrazaron con cariños, meneándose ligeramente para difundir sus encantadoras aromas, conquistando sus mentes y corazones.

Así, Ash apoyó su rostro en la selva azabache.

—Siento que confesé mis pecados — carcajeó dulcemente. —. Aunque no me la creo que no has tenido una pareja — lo contempló, agraciadamente. —, ¿pero si algún enamorado? Hasta me ofende que nadie ha querido apreciar tu belleza, onni-chan.

Ahora el incómodo en la conversación era Eiji. La historia de Ash pasó casi diez años; no obstante, con él apenas sucedió relativamente recién.

Ya no había vuelta atrás, su alfa cachó de inmediato su actitud vacilante.

—E-En realidad sí hubo una persona... — tragó saliva, sudando un poco de sus manos. —. Se confesó... pero yo no sentía lo mismo... y creo que se lo tomó mal.

—Pero... — buscó su mirada. —, ¿ya no están en contacto?

Eiji frunció su rostro en molestia.

—Es mi jefa.

Bastó tres segundos para que Ash lo procesara.

—¡¿Qué?! — se quedó boquiabierto. —. ¿Qué...?

—Por eso intenta hacer mi vida imposible — dijo serenamente, sintiendo ardor en su pecho. —. No se lo permitiré, yo no hice nada malo... — juntó su entrecejo. —, les demostraré que soy competente para el trabajo y ella abusa de su poder...

—Eiji... — ahora todo cobraba sentido. —. ¿Te has quejado de ella a sus superiores...?

—Quise pero no hacen nada... — suspiró profundamente. —. Parece que mis únicas opciones por el momento son: aguantarme o irme.

Si a Ash no le caía bien Rita desde la primera vez que la vio, ahora la aborrece. Todas las veces en que Eiji ha estado al punto del colapso, salidas tarde del trabajo o soportar las llamadas insistentes por teléfono eran injustas. Quisiera proteger a Eiji y mantenerlo a salvo en su burbuja de amor, mas la determinación en los ojos de su omega irradia hasta sus entrañas.

Él tampoco puede marcar una diferencia en el establecimiento para mejorar las condiciones laborales de Eiji. Solo podía hacer una cosa: permanecer a su lado en las buenas y en las malas.

Ash envolvió a su japonés en un abrazo sobreprotector, murmurándole en su odio lo siguiente:

—Te admiro, eres muy fuerte — su voz sonó melodiosa —. Está bien querer rendirse, eso no te hace un perdedor... — besó su oreja con suavidad. —, sino un movimiento valiente para salvaguardar lo más importante: tu integridad y salud mental...

Eiji no respondió con palabras, solo liberando feromonas apacibles y abrazar a Ash con mucho amor. 

N/A: aquí Ash ya está intentando tomar cartas en el asunto con respecto a la jefa de Eiji, pero esto no para aquí 🤧

De momento, en los siguientes capítulos serán los más tiernos de la historia, entonces mejor concentrémonos en eso antes del caos xD.

¡Muchas gracias a todos por el cariño al fic!

Nos vemos mañana 💖

Besos & AbrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora