Ash Lynx, al estar frente al espejo luego de despertarse en una mañana, notó que había un hilo rojo atado en su dedo meñique de la mano derecha.
—¿Uh?
Aún amodorrado, buscó la otra punta sin éxito al salir del baño y asomó su cabeza en el pasillo del nivel. La hebra era tan larga que salía hasta las agitadas calles de Nueva York. Nadie parecía molestarse, enredarse, quejarse o incluso darse cuenta de esta; lo más extraño era verla pisteada y se traspasaba como un fantasma en los cuerpos de los transeúntes.
—¿Pero qué mierda?
Su hermano Griffin estaba lejos de él, precisamente en Cape Cod con Max y su sobrino Michael; el pequeño nunca pudo haber sido, no es un demonio como su padre.
La otra persona sospechosa era Shorter, así que él era el único a quien culpar. O quizá haya sido ese brownie que le regaló y se comió de cena la noche anterior. ¡Debió sospechar sobre ese ingrediente interestelar dentro de la masa!
—Maldita piña.
No tuvo la necesidad de llamarlo a su móvil a ese ratoso alfa con pelos parados y morados. Era su roomate de apartamento que compartían, así que en unos pasos ya se hallaba en su cuchitril, bamboleando agraciado el hilo rojo en el pasillo. Al momento de entrar a la habitación, Ash lo observó que aún estaba dormido, roncando como un motor viejo de automóvil.
Sin piedad, con la fuerza de alfa que le fue otorgada desde su nacimiento, levantó el viejo colchón y dejó caer a su amigo, ganándose un zozobro jadeo y posteriores gimoteos tras yacer en el frío suelo.
—¡Joder, Ash! — Shorter se sobó sus nalgas con sus manos al levantarse ofendido. —. ¡¿Qué te pasa?! ¡Hoy es mi día libre!
El rostro del rubio se arrugó en ira mientras alzaba su meñique al aire.
—¡Esto! ¡¿Qué me hiciste?!
Shorter parpadeó varias veces, incluso se frotó sus ojos llenos de lagañas.
—¿Uh?
—¡Esto, idiota! — agarró parte del hilo y se lo latigó en su rostro. El alfa chino ni se inmutó. —. ¡¿No lo ves?!
De repente, Shorter lo agarró de sus hombros.
—Te pegó fuerte la mota...
—¡Sabía que tenía algo raro! — gritó y empujó a su amigo lejos de él. —. ¿En serio no lo ves?
—¿Qué se supone que debo ver...?
—Un hilo rojo... muy largo que llega hasta la calle — lo meditó por un rato. —. Que parece invisible...nadie parece notarlo.
La expresión de Shorter cambió drásticamente, dando un poco de miedo al alfa rubio por su serenidad. Entonces, caminó hacia su montaña de chunches sobre su escritorio y se tomó un poco de tiempo en encontrar una tijera y entregarla a Ash.
—Créeme que no fui yo quien lo ató y tampoco lo veo... — sonrió con sospecha. —. ¿Por qué no lo cortas? Así ya no habrá problemas.
—Hmm.
Un aura de misterio se suscitó entre ellos. Ash suspiró profundamente tras ajustar con torpeza las tijeras en su mano izquierda al no ser la que usa usualmente. La mirada de Shorter junto con sus feromonas pesadas lo estaban poniendo un poco nervioso. ¡Qué tontería! ¡Este debe ser un bizarro sueño por culpa de la droga! Cuando despierte le propiciará una tunda a su mejor amigo por todo esto.
Sin embargo, el filo de la cuchilla entró en contacto con la hebra colorada. Hubo un tajo fino y un ruido ensordecedor y ambos muchachos cerraron sus ojos. Cuando levantaron de a poco sus párpados, el hilo seguía intacto y la tijera destruida.
Los alfas se vieron a los rostros.
—¡Lo sabía! — Shorter aplaudió y rio a carcajadas. —. ¡La leyenda es verdad!
—¿Qué? — seguía estupefacto.
En eso, aclaró su garganta y moduló su voz roncamente. Se imaginó que estaba en una fogata con gente extraña, contando historias desde el lejano oeste.
—"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer, enredar, pero nunca romper."
Silencio.
—Metete tus palabras por el culo.
—¡No miento! — la señaló y rápidamente le tomó una fotografía a la mano derecha de Ash. —. ¡Solo es visible para ti!
Ash palideció al contemplar la pantalla y percatarse que la extremidad se hallaba limpia. ¡Significaba que no era una pesadilla!
—¡Pero si eso nunca ha estado ahí! — jaló sus cabellos dorados. —. ¡¿Por qué la veo hoy?!
—Buena pregunta.
—¡Shorter!
—¡No me juzgues! ¡Yo solo repito lo que mis abuelos decían! — frunció su rostro y comenzó a pensar muy temprano en la mañana para su propio gusto. Su amigo tenía un punto, ¿Cuál era la razón por la que el hilo rojo se manifestó de repente? A menos que... —. ¡Tu destinado está cerca! — se le iluminó una bombilla imaginaria arriba de sus pelo pincho.
—¡¿Mi qué...?! — se puso rojo como un tomate.
—¡No perdamos tiempo antes de que desaparezca!
Así, el alfa chino cogió de la mano de Ash y salieron disparados fuera del apartamento tal y como estaban vestidos: en pijama, Shorter solo portaba una pantaloneta corta y él un pantalón largo negro y una camiseta blanca que la usaba también durante el día. La vergüenza de Ash era inmensa, evitó las miradas raras de las personas pasar, la intención de zafarse del agarre de su amigo era una tarea imposible debido a que el hilo rojo palpitó de tenue a fuerte cada vez que avanzaban y guiaba a su amigo hacia dónde ir.
Podía ser un sueño, pronto esto acabaría pero, muy en el fondo en su corazón, tenía deseos de que fuese real.
Nueva York es una ciudad que nunca duerme, plagada de gente de todos los sexos, colores y feromonas. Una misión imposible en hallar a alguien que ni siquiera sabe si existe o cómo es físicamente.
Esos absurdos pensamientos quedaron concentrados por varios minutos hasta que, por fin, lo supo al tenerlo al frente, cuando llegaron al otro extremo del hilo.
Era un hombre, un omega, un japonés, su destinado... su alma gemela.
Lo encontró a las afueras de su lugar favorito: la Biblioteca Pública.
El universo se redujo en ellos dos. El otro chico se veía aturdido también cuando conectaron miradas. Parecía que él también lo estaba buscando.
—Hey... — exhaló, esbozando la sonrisa más bonita de todas. —. Soy Ash...
El omega se sonrojó muchísimo.
—H-Hey... — musitó, jugando con el hilo rojo. —. Soy Eiji...
—Y yo Shorter.
El alfa chino fue ignorado.
N/A: este fanfic no estaba en mis planes, xD aunque sí puedo decir por qué lo saqué: últimamente mi cerebro no colabora conmigo, está perezoso, ahorita no quiere escribir tramas serias como Confía, ama y crece o capítulos largos como Brotherhood. Siento que me estoy drenando, y bueno, si no puedo contra él, me le uno alkdakds. Desde hace un tiempo quería escribir un challenge, estuve hurgando entre mis archivos y hallé esta trama a medias. Entonces, junté todas esas necesidades y así nació este fanfic. Encontré en internet un 30 DAY OTP CHALLENGE y decidí hacerlo con puros drabbles, es decir, capítulos de menos de 1,000 palabras. (MI IDEA ES QUE SEA MUCHO FLUFF, OREN POR MÍ PARA QUE ASÍ SEA)
Espero no sucumbir en el intento.
Muchas gracias por leer ♥ ♥ ♥ si todo sale bien, nos vemos mañana. ♥
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Besos & Abrazos
Fiksi Penggemar¡CONCLUIDA! Ash, al despertar una mañana, se percató de un largo hilo rojo atado en su dedo meñique. Solo él y la otra persona ligada del otro extremo podían verlo. Así comienza sus vidas juntos. [SOULMATES X OMEGAVERSE AU] 30 DAYS CHALLENGE OF DR...