27. Wedding day

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El día de la mágica boda llegó finalmente. Los invitados sentados ansiosos, las damas y los caballeros de honor en sus puestos y alfa esperando en el altar mientras música de cuento de hadas sonaba melodiosamente.

Solo faltaba algo importante: el otro novio.

Ash comenzó a sudar vigorosamente, no era posible que lo hubiera dejado plantado (o sea, ya vivía una vida juntos como esposos), hubiera sentido su hilo rojo estirarse si ese fuese el caso. Eiji tenía cuarenta minutos de retraso y los omegas Sayuri, Yut Lung y su hermano Griffin fueron a ver qué sucedía.

La cotilla en murmullos se hacía cada vez más fuerte. Ahora estaba entrando en pánico.

—Bro... ¿Quieres que vaya a ver que pasa? — Shorter le susurró al oído, comenzando a preocuparse.

Ash no sabía qué responder, confiaba en que su hermano o la hermana de Eiji resolvieran lo que mierda sucedía. No te tenía mucha fe en Yut Lung.

—Hay que darles cinco minutos más...

En la habitación del omega japonés, fue un caos.

Al principio fue porque no le cerraba el pantalón del traje, lo cual hizo explotar en llanto.

—¡Me cuidé! ¡Hice mi ejercicio! — gritó a viva voz, restregándose sus rostro con sus manos. —. ¡¿Cómo pude haber ganado tanto peso?! ¡¡Este es el traje de mis sueños!!

Griffin y Sayuri encogieron sus hombros en señal de congoja mientras que Yut Lung cruzó sus brazos.

—Pues sí lo creo. — añadió el chino, pensando en todas las veces que lo vio hartarse como cerdo.

En eso, Sayuri vio fulminante a Yut Lung.

No te preocupes, onni-chan. Podemos buscarte otro pantalón. — dijo en japonés en tono suave.

¡¡Nada está saliendo bien!! — Eiji perdió los estribos, haciendo sobresaltar a todos por los gritos y la explosión de feromonas alteradas.

Entonces, Griffin masajeó los estresados hombros del chico, con la esperanza que hicieran alguna diferencia.

—Ya, Eiji, solo son los nervios, pueden ser muy traicioneros — sonrió para calmarlo. —. Yo estuve así cuando me casé con Max. Casi le digo que no...

—Pero... — una lágrima rebelde se deslizó en su mejilla. —. ¿También sentiste náuseas y unas ganas horribles de ir al baño siempre...?

El omega castaño se quedó callado e iba a hablar. Eso generalmente lo hacen unos simples nervios.

De repente, Yut Lung aclaró su garganta para obtener la atención de todos y rodó sus ojos.

—Me temía que esto pasaría — sacó de su bolsillo una caja y se la dio a Eiji. —. Hazlo rápido que te esperan.

—¿Qué...? — el japonés entrecerró sus ojos para ver que era y luego los abrió grandemente al percatarse. —. ¡¿Qué?!

Sayuri y Griffin quedaron en shock al ver el contenido: un test de embarazo.

—O-Oye... no crees que te precipitas... usamos protección y...

—¡No, no te hagas el inocente! — el chino bramó con furia. —. Ya me estoy cansando de tus cambios hormonales, quítanos la duda mientras yo te consigo otro pantalón. — sacó su celular para llamar a Shorter.

Aún perplejo, Eiji obedeció. La espera en el baño fue demasiado agobiante para los omegas hasta que salió pálido, en cualquier momento podía desmayarse.

Besos & AbrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora