25. Making up

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El olor a huevos fritos y tocino hizo despertar a Eiji. Aún se sentía un poco mareado por el desvelo y las emociones fuertes de hace unas horas atrás. Apenas pudo descansar al estar pensando en la discusión. Aunque quería mediarlo más, el trabajo lo esperaba.

Al sentarse en la cama, notó que no había indicios del alfa en haberse acostado a su lado pero él estaba en su pijama y dentro de las sábanas, y si no mal recuerda, anoche simplemente se echó encima del colchón con las ropas y zapatos de todo el día.

Aún por el resquemor, su dulce prometido pensó en él. 

Oh Ash...

Con el corazón en la mano, se dirigió hacia la cocina y fue ahí donde encontró a su destinado, sirviendo el desayuno en cada plato.

Por sus feromonas, fue inútil quedarse oculto detrás de la pared, por lo que Ash giró su rostro y sonrió débilmente.

—Hey... te iba a despertar después de terminar...

El omega arrugó su rostro en congoja y se aproximó a él a paso vacilante.

—Gracias... —susurró de manera sincera.

La incomodidad entre ellos era evidente por la latente pelea de anoche, en especial cuando Eiji vislumbró un bulto de chamarras en el sofá, indicando que Ash pasó la noche ahí.

Ese silencio los estaba ahogando al comer. Generalmente ellos no son así, el trato en las mañanas es empalagoso a comparación con lo turbio que se comportaban.

No pudieron aguantar mucho tiempo, por lo que ambos tuvieron la idea de hacer las pases.

—Eiji.

—Ash.

Llamaron sus nombres al unísono, observándose sorprendidos mutuamente.

—T-Tú primero... — incitó el alfa con un poco de nervios.

La primera respuesta de Eiji fue estar cabizbajo y emanar feromonas flageladas.

—Lo analicé lo que dijiste y... —exhaló con fuerza. —. Creo que tienes razón... no es un chiste por todo lo que he pasado... en especial cuando me hospitalizaron... 

En eso, Ash se levantó de su asiento.

—Eiji...

Sin embargo, el aludido continuaba hablando sin verlo.

—Mi terquedad me hizo ciego... —confesó con más firmeza. —, pero tampoco quiero renunciar sin haber luchado al menos un poco.

El alfa parpadeó, procesando sus palabras.

—¿Quieres decir...?

El omega alzó su mirada tenaz y con ojos resplandecientes en paciencia.

—Voy a reportar a mi jefa por todos sus abusos... aún si ya lo hice antes, quiero intentarlo — su voz se quebró ligeramente. —, si soy ignorado nuevamente, entonces me iré. Quiero estar en paz conmigo mismo y con ustedes... — curvó sus labios en una sonrisa.

De inmediato, Ash lo rodeó con fuerza y esparció sus hormonas agridulces en el ambiente. De por sí extrañaba mucho a Eiji, tenerlo cerca después de mucho tiempo se convirtió en un plácido deseo, hundió su rostro cerca de la mordida e inspiró profundamente.

—Pase lo que pase.... Saldremos de esta. —dijo con un hilo de voz.

Eiji asintió, rodeando sus brazos en el cuello de Ash. ¿Por qué se habían complicado las cosas?

—Te amo... —besó los cabellos revueltos cerca de su rostro. —, perdona por lo de anoche...

Ash negó sin despegarse de él.

—Ya no estoy enojado... lo lamento yo también... —, acarició el arco de su cuello con la puntilla de la nariz. —, no quiero verte renunciar tus sueños así... Estoy impotente por no poder hacer nada...

La amalgama de endorfinas sacudió sus cuerpos. El hilo rojo cada vez se hizo más corto al estar ellos más cerca, consecuentemente por los tiernos besos que el omega depositó en los labios del alfa.

—Está bien... no soy unidimensional... no tengo solo un sueño... —palpó su mejilla con mucho amor. —, me tengo que cuidar para estar contigo por siempre.

—Eiji... — los ojos de Ash brillaron de un hermoso fulgor. —, Dios... te amo...

Otra vez bamboleaban sus labios que paulatinamente se convirtió a un ritmo intenso hasta proceder a ir a la cama y hacer un rápido y delicioso concúbito de reconciliación antes de irse a trabajar.

Al momento de llegar al edificio, Eiji en vez de ir a la oficina, se dirigió a la de sus superiores, jerarquía más alta que la de su jefa. Las feromonas de ansiedad le recorrió por todo su cuerpo y se tomó un tiempo en admirar el hilo rojo de su meñique para entender que Ash estaba con él aún estando lejos.

Grande fue su estupor al encontrarse con Ibe, quien también se hallaba de la misma manera al verlo también.

—Vaya, Okumura-san, lo esperaba verlo en el departamento a la hora de inicio de la jornada.

Eiji se sonrojó un poco de la pena ante la sonrisa cortés del otro japonés.

Ibe-san, tengo entendido que usted es el nuevo supervisor de Rita... y necesito hablarle de algo. — lo soltó de golpe sin darse cuenta.

Entonces, el hombre parpadeó, confundido.

Era el supervisor de Rita... la corrieron hoy.

Hubo un momento de estupefacción enorme en el pobre omega, incluso sus feromonas estallaron en un sin fin de emociones.

¡¿Qué?! — golpeó el escritorio sin querer.

Ibe casi se ríe a carcajadas.

Observe varias falencias en el modo de trabajar, quejas de sus compañeros y el de las tuyas — lo vio reluciente. —, las confirme todo aquello ayer...

Los ojos de Eiji reflejaron un armónico sosiego que no sentía hace mucho en su lugar de trabajo.

—¿En serio...? —aún se hallaba incrédulo.

Sí, nadie de la oficina sabe todavía — tomó a Eiji del hombro y comenzaron a caminar. —. ¿Por qué no vamos para allá? Solo hazte el sorprendido cuando diga que soy su nuevo jefe ahora.

Eiji sonrió ampliamente, incluso no se aguantó las ganas de avisarle a su alfa lo sucedido.

Cuando Ash supo de la noticia, en su hora de almuerzo puso una orden de restricción contra Rita hacia ellos. No iba a permitir que siguiera jodiendo en sus vidas. 

N/A: tremendo guionazo pero Eiji siempre gana ajsjdjf 😂❤️✨🤧

Lo feo ya pasó, ahora a disfrutar del fluff que nos falta, ya queda muy poquito 🥺✨

¡Les agradezco mucho por llegar hasta acá! Los quiero ❤️✨

Nos vemos mañana. ❤️

Besos & AbrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora