26. Fantasy

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Los días pasaron como agua fluyendo de un río. El nuevo jefe de Eiji era un amor de persona que reconoce el esfuerzo y apoya considerablemente a sus trabajadores; a Ash le dieron un ascenso y la vida continuaba siendo perfecta para las almas gemelas.

O al menos en la mayor parte del tiempo.

—¿Qué tal este, Eiji?

—Hmm, no, no, se le verá horrible en el corpiño.

—¡Yut Lung! Me estaban preguntando a mí.

—Y yo contesté en tu nombre.

Ya tenían fecha para la boda; el estrés de planificarla era un dolor de cabeza para la pareja. Aunque gran parte de la misma ya estaba contemplada: el hospedaje de la familia de Eiji; el alquiler de la recepción del hotel (no querían nada extravagante); la lista de invitados y su respectiva invitación; la comida y el pastel; ahora restaba los trajes para los novios.

Al omega lo acompañaban sus damas y caballero de honor: las señoras Owen, Coleman y Yut Lung para respetar lo mejor posible el encanto de verse vestidos de novios al momento de la ceremonia. Su familia aún trabajaba en horario de Japón, así que lastimosamente no podían acompañarlo eb videollamada para verlo. Cuando eligiera uno, le tomaría muchas fotografías para ellos.

Sin embargo, Eiji se ha medido tantos sacos, pantalones y camisas que ya estaba teniendo un dolor de cabeza. Según las palabras del otro omega, tenía que sentir que ese era indicado a través de sus lágrimas.

Al principio pensó que era un exagerado, pero al ponerse un traje de color crema, con detalles brillantes y corbatín negro, se quedó sin aliento al verse en el espejo. Por alguna razón, no hubiese escogido ese por la talla, que sorprendentemente le ajustó, y por el diseño en sí.

Fue buena idea invitar a Yut Lung a la cita.

—Me encanta... — murmuró casi con un hilo de voz y sus ojos se iluminaron.

—¡Ya le dijo que sí! — la señora Owen gritó.

Los empleados y las señoras betas celebraron al unísono. Sin previo aviso, la señora Coleman sacó champagne de la nada y comenzó a servirse en copas, llenándose más su propio vaso y la de su otra amiga anciana. Yut Lung quedó un poco perturbado pero mejor no se metió en la pequeña borrachera de las mujeres, cuando las conoció ya sabía que eran capaces para divertirse, por lo que se acercó a Eiji y le dio unas palmadas en la espalda.

Al terminar, se encontraron a Ash con sus caballeros de honor a mitad de camino, quienes eran los puro alfa: Shorter, Sing y Blanca. Según la tradición, sólo los no casados podían serlo, así que Max y Griffin quedaban fuera del cuadro.

—Oh, parece que compraste algo, onni-chan. — en su rostro se dibujó una sonrisa de gato.

—¡Ash! — su omega se ruborizó de golpe, odiaba ese apodo enfrente de sus amigos, y el rubio lo sabía.

Aún si vivían juntos por más de un año, estaban enlazados por el marcaje y han pasado su celo, ellos emanaba feromonas empalagosas y corazones en el aire, no importando si estaban en compañía o no. Ese romántico ambiente fue aprovechado en complicidad por las señoras Owen y Coleman al estar al lado de sus amores imposibles y coquetearles a la vieja escuela: con ojos coquetos y palabras agradables como miel entre hojuelas.

Blanca y Sing solo les seguían la corriente.

—Como que aquí está apestando. — Yut Lung cruzó sus brazos, frustrado.

En eso, Shorter rodeó a su pareja por sus caderas, insinuando un deseo carrascoso.

—Amorcito, ¿estás seguro? — levantó una ceja. —. Porque nosotros podríamos ponernos así o incluso peor...

—Cállate. — le ordenó. No tenía ganas de jugar frente a todos.

Así, decidieron ir a cenar un poco para despejar la mente. Fueron a un restaurante healthy a petición de los omegas y de Blanca y Sing para que no desajusten mucho su peso y para cuidar la salud de las señoras. Al principio, Shorter y Ash protestaron al querer una sobredosis de calorías en una pizza al estilo Nueva York, pero la mayoría ganó.

Cuando la comida llegó, comieron en silencio sin llegar a ser incómodo. Nada más tenían mucha hambre.

—Quiero mantenerme... de lo contrario no quiero que ya no me quede mi traje — pronunció el japonés al terminar su plato en un parpadeo. Entonces observó a su prometido aún degustando de su carbonara. —. Se ve rico, ¿me das un poquito?

Ash quedó a medias al querer llevarse el montículo de pasta a la boca por la mirada tierna en Eiji.

—Ya, te dije que pidieras esto en vez de la ensalada. — besó su frente con suavidad.

—No seas así y aliméntame, Ash. — desplegó ligeramente sus labios.

El alfa se contuvo ante cualquier pensamiento sexual que pasó por su mente al verlo así. Con un gran suspiro, le dio parte del mismo en un tenedor, se lo quiso dar a la boca pero se quedó estupefacto al ver que su omega se lo tragó en un solo bocado.

—¡Está rico! — masticó rápidamente y siguió viendo al alfa. —. Dame más, Ash... — negó con la cabeza. —. Mejor pídeme uno, si gano peso, iré al gimnasio para hacer doble rutina.

—P-Pero... — Ash se asustó de a deveras. —. Si yo con un plato ya me estoy llenando...

—¡Ay, lo pediremos para llevar! — sonrió de oreja a oreja. —. Será nuestro almuerzo de mañana.

Los demás tampoco fueron ajenos a la escena, y se vieron a los rostros un tanto traviesos. Al final el omega se terminó el platillo sin ningún problema.

Oh... ¿Qué sorpresas trae Eiji? 

N/A: ¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá?  Puede ser mi gran noche 🎶 👀 (Inserte Raphael referencia 😂:)

Muchas gracias por leer ❤️❤️❤️✨

Nos vemos mañana ❤️✨

Besos & AbrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora