7. Hugs

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La cabeza del alfa estaba a punto de estallar en ese momento.

—Ash, revisa el informe de control de calidad de la cetirizina.

—Ash, ¿cómo están los resultados de la lansoprazole comprimidas?

—Ash, necesito que le hables a Robert sobre el estudio de los fármacos de la fexofenadina clorhidrato.

—Ash, ¿todo listo para la auditoría externa?

—Ash, ¿dónde está, Ash? Lo necesitamos para que arregle la impresora.

Él nació con un don, un IQ superior al promedio, un multiusos perfecto, pero en ocasiones se podía fundir y ser como un alfa terminator si no dejaran de gritar su nombre.

Tanto estrés acumulado en el día era ridículo. El tic incesante en el ojo empeoró la situación, incluso no ha tenido tiempo de chequear sus mensajes o mandarle uno a su lindo omega.

Eiji... solo en tener presente su nombre, quería suspirar enamorado y emanar feromonas empalagosas. Su relación escaló pasos agigantados y todo era miel sobre hojuelas ante el punto de vista de sus amigos y conocidos. No podía esperar volverlo a ver nuevamente, le urgía saborear esos besos y ese ameno aroma que picaba sus fosas nasales.

Por lo mismo, con el dolor de su corazón, dejó de pensar en él para concentrarse en su trabajo. Mientras más rápido terminaría su chance, podrá reunirse con Eiji y olvidar esa pesadilla. No obstante, era una misión casi imposible de efectuar por culpa de ese hilo rojo que siempre le recordaba al omega al instante.

¡Maldita sea!

Aún así, Ash pudo lograr la meta, siendo ya muy tarde en la noche. Generalmente a esa hora ya estaba con Eiji, en el apartamento con Shorter o incluso al gimnasio (porque el hábito de ir se lo contagió su precioso destinado).

Al revisar su móvil, su cuerpo se acalambró. Tenía varios mensajes de mucha gente, a excepción de Eiji.

El pánico se apoderó de Ash. ¿Por qué Eiji no le habló durante todo el día? ¿Estará bien? ¿Está enfadado por qué se olvidó de él para concentrarse en sus quehaceres?

De todos modos, la respuesta la podía averiguar rápidamente. No serviría enviarle algo puesto que asumía que Eiji se hallaba molesto. Como bien su omega dijo, están conectados con el hilo rojo en forma de su GPS personal. Solamente tenía que aproximarse hacia el otro extremo donde se hallaba.

Sin perder más el tiempo, aceleró el paso, empujando gente, pisoteando algunos cuantos y recibiendo amenazadas por no tener cuidado. El alfa estaba ofuscado en encontrarse con su omega y enmendar la situación que no le importó nada ni nadie.

En su mente se reflejaba, gritaba y anhelaba a Eiji.

No obstante, al ubicar la calle en donde corría, notó que no era la dirección de la residencia de su omega, lo cual lo angustió más y se apresuró lo más que pudo.

Estuvo a punto de llamar a sus amigos sobre el paradero de Eiji hasta que se detuvo en el edificio donde laboraba. Su garganta se quemaba y entre jadeos observó de nuevo la pantalla de su celular: era media noche.

Entonces, Ash le extrañó mucho y le marcó a Eiji, sintiendo sus latidos bombear zozobra.

Pero en un instante, el omega contestó, exaltado.

"¡Ah, Ash, disculpa por no mensajearte! Estaba ocupado en un proyecto pero ya me falta poco... no te preocupes, estoy solo, nadie me molestará."

El aludido sonrió de lado y aliviado.

—¿Ya viste la hora?

"¿Eh?" — hubo una pausa breve. —. "¡¿Eh?! ¡¿Tan tarde es ya?!"

—Baja, estoy afuera. —emitió una carcajada suave.

"¡¿QUÉ?!"

Eiji cortó la llamada de inmediato. Ash quedó pasmado por un rato y guardó su teléfono al sentir que su hilo rojo se hacía cada vez menos largo y apareció su omega luchando contra el cansancio.

En simples términos, Eiji se veía terrible luciendo esas ojeras, palidez y ojos hundidos, pero para la perspectiva del alfa se aproximaba el ser más bello del todo universo.

—Eiji...

Al estar frente a frente, las manos temblorosas y el rostro compungido del omega brindaba un sentido cómico a esta situación.

—¿A-Ash? ¡¿Qué haces aquí?! ¡Es media noche! — tragó saliva, ansioso. —. Lo lamento, perdí la noción del tiempo, ¡te preocupé mucho! ¡Debes estar helado!

—En realidad yo también acabo de salir.

La expresión de Eiji era de pura estupefacción.

—¿Ah...?

—Fue un día de mierda...para ambos. —sus dientes se juntaron bruscamente y sonrió un poco afligido.

Entonces, contemplaron sus agotados semblantes y paulatinamente relajaron sus músculos, proyectando esa paz invadir entre sus adentros. Al estar cerca tenía ese efecto mágico, como si su mera presencia era lo suficientemente fuerte para ser su espacio seguro.

Así, Eiji acortó aún más la distancia, se paró de puntillas para alcanzar la mejilla gélida del alfa y palparla con cariño inmensurable, su mirada reflejaba las mismas intenciones que él. Atraídos como dos imanes, ambos se dieron varios besos suaves en sus labios y luego se abrazaron con fuerza, escondiendo sus rostros en la nuca del otro y respirando las feromonas embriagadoras que les permitió relajarse un poco mejor.

El día fue tan infernal, pero mantenerse en sus brazos se sintió como una ternura eterna y celestial.

Estuvieron de esa manera hasta que el propio calor de sus cuerpos juntos no fue suficiente para hacerle frente al frío. De lo contrario a la contingencia, ellos siguieron abrazados rumbo al departamento de Eiji, donde caerían rendidos en la cama, todavía rodeados debajo de las sábanas, hasta una nueva jornada laboral. 

N/A:  yo vivo para plasmar en mis escritos relaciones sanas sin importar las circunstancias, soy débil ante ellas.  Todo esto es gracias al poder del amor ♥ 

Aunque el próximo capítulo será un poco... intenso. 🔥

El trabajo de Eiji se tocará más adelante, por el momento disfruten xD

Muchas gracias a todos por llegar hasta aquí ♥ 

¡Nos vemos mañana! 

Besos & AbrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora