Besos & Abrazos

30. Favorite memory

¿Recuerdo favorito? ¿Cuál es el recuerdo favorito de la pareja?

Ash y Eiji no lo podían determinar ciertamente... porque aquello era sus propias vidas enteras.

Sin darse cuenta, las vivencias de su matrimonio y su familia se acumulan en no solo en las memorias sino en las fotografías que Eiji los abarrotaba, quien estaba empedernido en documentar.

Las ventajas y desventajas de tener un esposo fotógrafo. Eso le encantaba al alfa, aunque a veces olvidaba sus quehaceres con el objetivo de obtener el cuadro perfecto.

—¡Papi, Papi, papi! — los gemelos posaban con sus caritas sonrientes, luciendo sus nuevas ropas que le compró su padrino Yut Lung por su cumpleaños con orgullo.

El omega se jactaba de lo hermosos que se veían sus retoños de cinco años, al punto de tomarles fotografías a cada ángulo posible.

—Oh, sigan así — casi llora de la felicidad, y también del dolor de espalda, al seguirle el ritmo a sus hijos. —. Son tan fotogénicos... —chilló agudamente mientras que a Arlen Kyomi se le subían los sumos—. ¡Ay, los adoro!

Por la fiesta de cumpleaños de los niños, Ash y Eiji tuvieron que alquilar un salón para celebrarlo: la familia del omega y del alfa, sus amigos, compañeros y jefes del trabajo con sus hijos y los amiguitos de sus hijos abarcaban más de cincuenta personas.

Así de grande era la montaña de regalos como el tumulto de gente que asistió. Era como un evento social prácticamente, y los pobres padres primerizos estaban en todos lados.

Luego de la sesión, Eiji ayudó a Ash a recibir invitados, supo que quiso que estuviera a su lado tras jalar el hilo rojo insistentemente para que viniera lo más pronto posible. Fue así que, Michael se abrió paso hacia ellos, esperando ser recibido como el favorito y único primo.

—¡Arlen, Kyomi, hola! — el adolescente de catorce años sonrió cálidamente.

Los gemelos dejaron de hablar con los demás niños de la escuela que se formó de repente cuando el omega se fue y corrieron a saludar.

—¡Michael! — gritaron al unísono y se abalanzaron encima de él como si fuesen dos balas de cañón.

Por el impulso, los tres cayeron al suelo y sus risas resonaron fuertemente. De la nada, fueron abrazos por Max y Griffin, y les desearon feliz cumpleaños.

Al estar cerca de sus tíos, Ash no se preocupó mucho en vigilarlos, es más era un gran respiro para él no hacerse cargo por unos minutos. Su nacimiento fue inesperado, lindo pero demasiado cansado, todavía acarrea agotamiento de cinco años acumulados y, no importa cuánto tiempo duerman con Eiji, nunca es suficiente.

Aunque esa era la parte negativa de la paternidad, al tener un compañero como el maravilloso de su omega, todo sacrificio valía la pena.

Por lo mismo, al contemplar su genuina sonrisa al hablar con su jefe Ibe o como desenvolvió con naturalidad la conversación con sus compañeros de trabajo, padres y amigos, era reconfortante.

Cuando todas las personas se asentaron en el salón, Eiji suspiró profundamente y rápidamente sintió una mano traviesa deslizar sobre su cintura, provocando que se sonrojara ligeramente.

—Hay niños presentes. — murmuró melodioso.

Ash lo observó curioso pero con una sonrisa coqueta.

—¿Ya no puedo abrazar a mi onni-chan?

—Es porque eres un pervertido — entrecerró sus ojos con una expresión bonachona. —, mira, decirle a tu esposo "hermano" cuando tus intenciones son golosas... eso es incesto, cariño.

El alfa se ruborizó profusamente.

—¡Eiji! — lo pegó más a su cuerpo y le comenzó a hacerle cosquillas. —. ¡Yo nunca insinué nada! Nuestros hijos están aquí, por favor!

—¡Ash!

Las feromonas de ambos se dispararon, ocasionando un cúmulo de azúcar y miel alrededor del lugar. Quienes no estaban acostumbrados a ese tipo de melosidades, se sorprendieron grandemente al ver como eran de cariñosos y dulce entre la pareja, mas el resto, como lo eran sus propios hijos, Blanca, Sing, las señoras Owen y Coleman, Ibe, la familia Lobo y Okumura estaban tan acostumbrado en ser ignorados que continuaban con lo suyo.

—Asco.

El buen ambiente fue interrumpido por el esperado embarazo omega chino, levantando una ceja con desprecio. A su lado se hallaba a un sonriente Shorter y su pequeño hijo Xianshi de cuatro años, sosteniendo un regalo en sus manos.

—¡Hola, suegros! — comentó el menor con una sonrisa inocente. —. Estoy feliz de haber sido invitado por el cumpleaños de Kyomi, ¡ah!, y de Arlen también.

En ese momento, Eiji se aguantó de la risa por la tirria en el rostro de Ash. El primogénito de los Wong declaraba el amor que sentía por su pequeña hija desde la primera vez que la vio. Es decir, físicamente se parecía a su padre Yut Lung pero su personalidad era una vivo ejemplar de Shorter. Era raro verlo interactuar... ¡y se negaba rotundamente en dar a su amada Kyomi a esa copia barata de sus padres!

—Niño... escúchame... —el alfa rubio quiso sermonearlo. Sin embargo un grito agudo estalló en sus tímpanos y rápidamente se puso en alerta.

La niña se aproximó a Xianshi y lo abrazó con fuerza, para horror de Ash y Yut Lung.

—¡Viniste! — chilló de felicidad.

—¡Por supuesto que sí, te dije que te compraría un regalo! —Bueno, técnicamente sus padres lo hicieron pero él se lo estaba dando.

Así, apareció Arlen detrás de las piernas de Eiji, teniendo su carita de sospechoso.

—¿Y el mío? — musitó el pequeño con cierto resentimiento.

—También está adentro — sonrió con ternura, sin saber realmente el contenido del regalo. —. ¡Vamos a jugar!

Los niños corrieron hacia los juegos inflables sin ponerle atención a los adultos, dejando un ambiente un poco incómodo.

—¿Eso nos convierte en consuegros? — Shorter exhaló una carcajada. —. De tanto decirte mi bro que se hizo realidad, jajaja. Somos familia política y de sangre.

Ash quedó mudo.

—C-Cállate, Shorter, eso no tiene sentido. — dijo Yut Lung con resquemor. —, me niego a creer que se queden juntos, ¡son niños!

—¿Y si tiene un hilo rojo como nosotros y no lo sabemos? —Eiji echó sal a la herida.

Las risas del alfa resonaron nuevamente mientras que Yut Lung entró al salón, ofendido. El alfa rubio no dijo nada porque había una posibilidad de que fuera verdad.

Aún así, la fiesta de cumpleaños fue llevada con éxito. La parte favorita de la pareja fue al momento de cantar y cortar el pastel, al estar al lado de sus hijos, abrazándose y besando sus tersas mejillas.

Inesperadamente, Ibe les tomó una fotografía, mostrando sus sonrisas al cargar a sus cachorros en brazos mientras que ellos juntaban sus labios con amor.

Ash y Eiji estaban en el mejor momento de sus vidas... inició aquel día al encontrarse en la Biblioteca.

Aún en las dificultades, en la tranquilidad, armonía y felicidad, ellos podían hallarse, ya sea cerca o lejos... el camino era rojo en forma de hilo.

 FIN.

N/A: mañana habrá una sorpresa para esta historia, así que no le digan adiós todavía. 

¡Nos vemos! ❤️✨