Ash relamió sus labios y frotó sus manos antes de abrir el refrigerador a las tres de la mañana para su aperitivo de la madrugada. Tras vislumbrar un poco de sushi envuelto en papel aluminio, jadeó suavemente y lo sacó con emoción.
Sin darse cuenta, estaba aplicando las costumbres que veía en Max cuando era niño y vivía con ellos, la diferencia era que al menos él no comía chatarra. Hasta este punto supo que la ansiedad podía dar hambre... en especial ante la espera de su bebé.
El tiempo pasó volando y Eiji podía dar a luz en cualquier momento. Fue una travesía complicada para ambos pero al final pudieron manejar lo mejor posible el embarazo.
Ahora viene la prueba de fuego: paternidad.
La familia de Eiji llegarán en unas horas a Estados Unidos y prácticamente ya estaba todo preparado para el nacimiento de su hijo e hija; sí... al sexto mes de gestación determinaron que eran. Durante varias semanas discutieron sobre los nombres y sus amigos recomendaron algunos. Al final decidieron llamarlo Arlen, que significa en irlandés "promesa eterna" y Kyomi en japonés "eterna paz", tal y como es su amor.
—¿Ash, qué haces?
El alfa giró su rostro anonadado, teniendo aún la comida en sus manos. La luz del refrigerador iluminaba la silueta encantadora de Eiji, luciendo su enorme vientre y sus cabellos un poco largos hasta el cuello. Aún sin la iluminación, podía dar fe que era su omega frente a él por solo oler sus dulces feromonas.
Lo ha atrapado con las manos en la masa.
—Eiji... — tragó saliva y sintió una gotita de sudor deslizar en su sien. —. Tengo hambre — confesó con una sonrisa, esperanzado que no le pidiera un poquito. —, ¿Por qué no duermes un poco más? Hoy será un día agotador.
El omega bajó la mirada, deslizando un mechón rebelde detrás de su oreja y sus mejillas ruborizándose levemente.
—Lo sé pero... — curvó una sonrisa penosa. —, no puedo dormir si no te siento a mi lado.
El corazón de Ash se enterneció de inmediato. Las feromonas se inflaron y estallaron en miles de partículas dulces.
—Ay, Eiji.
En un solo bocado nada sexy se llevó a la boca todo el rollo de sushi y se lo tragó en cinco segundos. Luego fue hacia su omega, dejando abierta la puerta del refrigerador y lo abrazó con ternura. De inmediato, el otro chico lo rodeó por la cintura, comenzando a menearse para distribuir un poco el peso en Eiji.
Sin embargo, su pareja pensó que estaba haciendo otra cosa.
—¿Mhhh? ¿Quieres bailar, señor Callenreese? — dijo en tono coqueto y somnoliento. El olor de su alfa era tan agradable.
—En realidad no lo hacemos desde la boda — sonrió de oreja a oreja. —. ¿Vas a sacar tus pasos prohibidos otra vez?
Sus cuerpos continuaban moviéndose y se pegaron aún más, haciendo que Ash ajustara su agarre tras deslizar un brazo por los hombros y otra por la cintura del moreno mientras besaba con delicadeza sus labios en un lento vaivén.
La luz del refrigerador daba un toque romántico a la balada imaginaria, esa que fue puesta en su casamiento.
—¡Ash! — escondió su rostro en su hombro y exhaló una carcajada. —. No fue mi intención pisarte los pies durante nuestro dueto.
—¿Cómo es posible que un gym lover no pueda bailar? — sumó otro beso en la selva azabache. —. Mi torpe japonés.
—¿Y cómo es posible que un escuincle sepa bailar...? — pronunció con malicia. —. Mi idiota americano.
—¡Hey! — buscó su mirada e hizo un puchero. —. Mucho juntarte con Yut Lung...
—Creo que él estaría orgulloso en la manera en cómo te trato...
Ambos rieron al son de la melodía en sus voces, uniendo sus frentes al cerrar sus ojos y percibir el calor de sus feromonas armonizar. Sobre todas las circunstancias buenas y malas que han vivido y las que vivirán en un futuro, están felices con lo que tienen ahora. Son dichosos en encontrarse y amarse.
—Te amo... — el alfa susurró con la mirada embriagada de cariño inmensurable, se balanceó con Eiji mucho más lento y capturó sus labios para encontrarse en un lento baile con sus lenguas también.
El omega rodeó sus brazos en el cuello de su alfa, sintiendo una oleada cálida en su interior.
—Te... amo... —confesó entre jadeos, siguiendo la intensidad del ósculo. —. Ash... te... amo.
Aún con la condición de Eiji, el rubio sentía una fuerte atracción por él. Como pudieron ubicaron su habitación luego de haber, por fin, cerrado la puerta del refrigerador. Quizá no podrían tener coito, pero continuaron deleitándose y sintiendo placer de las maneras más creativas posibles.
Aunque no todo fue color de rosas para la pareja. Al cabo de unas horas después del manoseo y queriendo dormir unas horas, Eiji tuvo contracciones.
Ash intentó no ponerse más ansioso de lo normal cuando llamó a la ambulancia. No pudieron recoger a la familia del omega, por lo que Blanca y Sing tuvieron que hacer el favor de hacerlo y llamar a los demás por el inesperado parto de Eiji. Era como si los bebés, al sentir que sus papis se divertían y querían salir para hacerlo también.
Menudo niños... parece que será traviesos cuando crezcan.
Fue trabajoso en la sala de operaciones, incluso la mano de Ash quedó destrozada y la enyesaron al tomar la de Eiji cuando pujaba con todas sus fuerzas. Los lloriqueos de los nuevos padres se hicieron llegar al apreciar a los recién nacidos: el nene con facciones delicadas, rubio y ojos un poco rasgados y posiblemente verdes de tonalidades más oscuras; y la nena con rasgos finos, pelo negro y quizá con ojos verdes.
El veintinueve de junio a las cinco de la mañana nacieron Arlen y Kyomi Callenreese, hijos de Aslan Jade Callenreese y Eiji Okumura.
N/A: imaginarlos así como una familia me da muchísimo confort 🥺🥺🥺💖💖💖✨✨✨
Mañana es el último capítulo 💖 espero que me puedan acompañar ❤️❤️❤️✨ de cualquier forma, tarde o temprano, serán siempre bienvenidos 💖💖💖🥺
¡Nos vemos mañana!
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Besos & Abrazos
Fanfiction¡CONCLUIDA! Ash, al despertar una mañana, se percató de un largo hilo rojo atado en su dedo meñique. Solo él y la otra persona ligada del otro extremo podían verlo. Así comienza sus vidas juntos. [SOULMATES X OMEGAVERSE AU] 30 DAYS CHALLENGE OF DR...