Sonreí de lado mientras cruzaba junto a uno de aquellos chicos, mayores que yo, con la pelota en mano e hice una bandeja perfecta anotando el último punto del partido.
-Y eso es todo.
Los tres chicos caen al suelo derrotados y agotados, las cuatro chicas menores que habían estado viendo y animándome en el partido, ahora saltaban y me vitoreaban.
-¡_______! ¡_______! ¡_______! ¡Whoo!
Sonreí con satisfacción y superioridad, pero mi expresión cambia completamente al mirar a esos chicos, ahora era más seria y frívola.
-Espero que cumplan con su parte del trato, y no sean unos malos perdedores... - me acerqué a ellos quienes se levantaron -. No quiero volver a verlos por aquí.
-¡Maldita mocosa, tú... !
-¿Eh... ? - enarqué una ceja y con un solo paso al frente ellos retrocedieron.
-N..Nos vamos. No vale la pena. - dice finalmente uno de ellos.
-¡Tsk! ¡Esto aún no termina!
Ellos se van casi corriendo, noté en ese momento cuando estuvieron por chocar a alguien en su huida. ¿Huh? Trae el uniforme del Seirin, sí que es alto. Lo miré un segundo, él voltea la vista de los que huían hasta mí, parecía tener un brillo de curiosidad en sus ojos. Nuestro contacto visual se ve interrumpido por las chicas a las que había ayudado con esos matones.
-¡_______-San! ¡Eres genial!
-¡Mega genial!
-¡Increíble!
Sonreí y olvidé por completo la presencia de aquel chico pelirrojo. Me devolví hacia las chicas y les sonreí.
-Gracias chicas, no fue nada. Me encanta aplastar a tipos como esos y más cuando es en mi terreno - estire mis brazos -. Solo avisenme si los vuelven a molestar.
-¡Entendido!
Ellas se jalan entre sí para correr a agarrar su pelota de basket y comenzar a hacer unos cuantos tiros. Yo fui a por mis cosas, miré la hora y abrí los ojos de par en par. ¡Mierda!
-¡_______-San!
-¡Nos vemos chicas!
Salí corriendo mientras aún colgaba mi bolso en mi hombro, ahora fui yo la que casi choca con ese chico que seguía allí. No me detuve a preguntar si estaba bien, solo seguí corriendo mientras gritaba un "lo siento" en alto. Corrí lo más rápido que pude hasta mi escuela, por suerte me dejaron pasar y abrí la puerta de golpe cuando llegué a la clase.
-¡Presente!
-De nuevo tarde... - dice la maestra acomodando sus lentes -. Tome asiento en silencio.
-¡Sí!
Suspiré profundo, cerré la puerta tras de mi y fui hasta mi asiento que era junto a la ventana. Sabía que la mayoría me miraba, algunos reían aunque sin burlarse, solo les parecía gracioso como siempre llegaba tarde y entrando de una manera alocada. Otros solo me ignoraban.
Realmente, yo era la chica que no era ni popular pero tampoco una invisible, era conocida pero prefería no formar parte de grandes grupos ya que... es agotador tener que prestarles atención a todos. Quiero concentrarme solo en mí y en lo que más me gusta: el basket. Podría sonar egoísta, pero la verdad es que me importa poco.
Bostecé y me estiré en mi silla sintiendo como el agotamiento que ese partido mañanero y la corrida hasta aquí comenzaban a pasar factura. Sin poder evitarlo, me acosté sobre mi escritorio para estar cómoda, pero estuve tan así que terminé por quedarme dormida mientras la maestra explicaba algo que no llegué a escuchar ni un poco; igual le pediría los apuntes a algún compañero...
¡Es verdad, la práctica!
Me levanté de golpe llamando la atención de nuevo, la profesora suspira al saber que ocurría ya que no era ni la tercera vez que lo hacía. Salí corriendo disculpándome con ella y fui hasta el gimnasio donde, desde lo lejos, ya podía escuchar el sonido de los zapatos chillando, las pelotas rebotando y los chicos gritando. Esto era lo que quería y me gustaba.
-¡Estoy aquí! ¡Lamento la tardanza!
-Bueno... al menos llegaste a tiempo - habla el entrenador -. _______, hoy nos acompañan...
-¡Oye! ¡Cuidado!
Escuché de alguien que no reconocía la voz, pero al instante vi la pelota ir directo a mi rostro, levanté mi mano sujetando la pelota y dejando sorprendidos a los visitantes. Sonreí, hice rebotar la pelota mientras corría hasta un aro y salté de espaldas encestando de igual forma.
-Les dono ese punto, de nada.
Los chicos del equipo al que ayudé sonríen divertidos, los otros se quejan un poco en broma.
-¡Ay no chillen, niñitas! Igual están ganando. Mejor sigan jugando, ¿Ya?
Ellos ruedan los ojos pero me hacen caso y continúan con el partido de práctica, yo suspiré riendo levemente, olvidando por completo a los que estaban aquí.
-¡Whoa! ¡¿Cómo alguien puede tener tal estado físico?!
-¿Eh?
Cuando me di cuenta una chica de cabello corto y castaño estaba a mi alrededor como analizándome por completo, con la mirada. Se giraba a mi alrededor entusiasmada y murmurando cosas como tratando de descifrar que hice para estar en forma.
-Riko, creo que deberíamos concentrarnos...
-¡Cierto!
Ella mira al chico de lentes que había hablado, me mira sonriendo levemente y algo apenada.
-Lo siento, soy Aisa Riko. Un placer.
Me tiende la mano. La miré de manera seria por un momento, noté a sus compañeros murmurando y creyendo que por la actitud de ella ya me había caído mal, pero tomé la mano de Riko y sonreí ampliamente.
-¡Es un placer! Soy _______ _______.
Ella asiente sonriendo, soltamos nuestras manos y yo miré a todos lados, ahora sí, prestando atención a los visitantes. Aunque mi vista se quedó en uno de ellos.
-¡Oh! ¡Tú eres el de esta mañana!
-¿Ah?
Todos miran al chico alto y pelirrojo confundidos y sorprendidos por lo que había dicho.
-Kagami-Kun... ¿La conoces? - pregunta un peliceleste.
-Solo la vi jugar contra unos tipos en una plaza...
-Querrás decir: "destrozar", a esos idiotas - sonreí con altanería -. Te quedaste un buen rato, ¿te interesó lo que viste?
-¡¿E..Eh?! Yo, bueno...
-_______ - Kasamatsu se acerca -. Jugaremos contra el Seirin, así que puedes entrenar con los otros o regresar a clase.
-¿Eh? - me quejé -. Ni hablar, prefiero ver este partido en lugar que mi libro de inglés.
Me crucé de brazos e hice una mueca de asco ante la mención de esa materia.
-Está bien, puedes quedarte - habla el entrenador -. De igual forma no durará mucho, y tú tienes que entrenar con ellos.
Noté la tensión que se formaba en Riko y los del Seirin por como el entrenador hablaba y subestiman a su equipo, sinceramente... eso me molestaba.
-Sensei... no hay necesidad de decir eso... estoy segura que los del Seirin jugarán muy bien.
Sonreí con falsedad, el entrenador no me agradaba pero sí su entrenamiento efectivo. Aunque me había costado demasiado que me aceptara y entrenara de igual forma que a los chicos... tuve que demostrarle que no era solo una chica linda.
-Como sea, es hora de comenzar a prepararnos.
Los del Seirin van a los vestuarios a cambiarse mientras que mis compañeros ya estaban listos para jugar, solo necesitaban calentar.
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LA ESTRELLA || Kise Ryota x Tú ||
FanfictionTodo lo que tenía en mi vida ha sido el basket, no creía que eso me llevaría a tanto. Gracias al basket he conocido a personas maravillosas que desearía se quedaran conmigo siempre... más un rubio modelo y estrella de equipo del que siempre estuve e...