LA ESTRELLA || Kise Ryota x Tú ||

Capítulo 6

-¿Ese es Aomine? - pregunté.

-Así es. Es sorprendente, ¿verdad?

-Pues... sí, lo es.

-Pero yo soy más sorprendente, ¿No? ¿_______cchi?

-Hm... - me hice la pensativa y eso "molestó" a Kise.

-¡_______cchi!

Me reí levemente y lo miré, sonreí un poco y volví la vista al partido, Kise me miraba pero yo sonreía.

-Sí, eres más sorprendente...

****

Suspiré mientras hacia rebotar el balón y pensaba en el juego de ayer. Debía admitir que sí comencé a creer que los del Seirin ganaría pero... no me sorprendió cuando sucedió lo contrario. Agarré el balón y lo lancé desde el centro de la cancha y anoté en la canasta.

-¡_______cchi!

-¿Huh?

Miré atrás pero Kise se me abalanza encima antes de terminar de girarme.

-¡Oye, pesas!

-¡Que mala! No peso tanto.

Sí... no es como si tuvieras kilos de músculo encima que no pesan nada... claro...

-¡Idiota! - Kasamatau me salva al quitarlo de encima.

-Fu... gracias.

Noté que todo el equipo estaba presente, los miré, luego a Kise, y al instante recordé la propuesta que me hizo ayer. ¿Se los había dicho?

-_______, eres una jugadora increíble, no cabe duda de que contigo en nuestro equipo seremos mejores. - dice uno de ellos.

-¿Seguros?

-¡Totalmente! - responden todos. Yo resoplé y los miré sonriendo.

-Bueno... si insisten...

-¡Eso es!

-¡Ay, Kise! - chillé de la sorpresa cuando me abrazó por la cintura y me elevó. Los demás también se emocionan y Kasamatsu sonríe.

-¿Qué les parece un partido de celebración y prueba?

-¡Suena bien!

Kise me baja y mira a los demás emocionados. Todos se separan en dos grupos y yo me puse un silbato, agarré el balón y los miré.

-Jueguen como en un partido real, o los obligaré a correr alrededor de toda la institución.

Ellos tragan grueso pero asienten afirmativamente. Yo asentí sonriendo e hice que el partido comenzara, los miré más atenta que antes, ahora con intenciones de ayudarlos a mejorar. Les fui diciendo que hacer en algunos casos y ellos no se quejaban en hacerme caso. El entrenador llegó en algún punto del partido, se sorprendió por la decisión de los chicos al hacerme su mánager pero no se puso en contra, sabía lo que le convenía.

-Luego del partido quédate un rato más, te daré los detalles para partidos futuros.

-Entendido.

El entrenador asiente y les grita a los chicos algo para que se muevan mejor, yo miré mi reloj y esperé un poco hasta que hice sonar el silbato para detener el partido al haber llegado la hora.

-Es todo.

Los ganadores festejan mientras que los otros se molestaban pero no de verdad. El entrenador los hizo hacer un par de vueltas como castigo por perder y ellos se quejaron.

-Vamos chicos, para la próxima solo esfuércence más.

Ellos aún así se quejan pero se van a hacer aquellas vueltas. Me acerqué al entrenador, quien me mencionó lo que tenía que hacer a continuación como mánager del equipo, mientras los demás hacían algunos pocos ejercicios. Al finalizar, yo agarré mis cosas, me despedí de todos y salí del gimnasio y luego de la escuela.

Fui a casa estando de buen humor, saludé a mis padres al llegar y me metí en mi habitación a darme una ducha y luego cambiarme. Miré el balón de basket junto a mi cama y lo agarré, me acosté mientras lanzaba el balón al aro en mi puerta y encesté. Sonreí ampliamente.

Entonces, mi celular vibró a mi lado, lo agarré y sentí el corazón acelerado al ver que se trataba de un mensaje de Kise. No era nada emocionante lo que decía, pero para mí ya era como si me dijera que me quería. Le respondí para luego dejar de lado mi celular y miré al techo, pensé en todo, pero mi mente divaga hasta lo que Midorima había dicho.

-Ya quisiera yo ser la novia de Kise... ni siquiera me importaría pelearme contra todas sus fans por eso... - resoplé -. Pero... eso no pasará.

Me levanté de mi cama y fui abajo junto a mis padres que me llamaban para comer. Les mencioné que ahora era la mánager del equipo, se pusieron felices y emocionados. Aunque, de igual forma mi mente estaba en otro lado mientras hablaba con ellos, no sabía como podía estar pensando en otra cosa diferente a lo que conversaba con ellos, sin equivocarme.