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Ni siquiera quiero salir de mi apartamento, ha pasado tan solo un día desde que Jayden se enteró que mis hijos están vivos y maldita sea, el terror cubre todo mi ser.

Mi móvil no ha dejado de sonar con un número desconocido y estoy segura que es él. No entiendo como llego hasta donde vivo, pero lo tengo que averiguar, de la manera que sea.

—Sabes que pueden quedarse en la guardería que se instaló en la empresa, no hay problema, al menos hasta que consigas vacantes en otra escuela.

Asiento distraídamente escuchando a Agus hablar mientras yo miro la naricita de mi pequeño que tiene unas pequeñas marcas moradas rojizas decorando bajo sus ojos.

—Ay mi niño —murmuro pasando mi dedo suavemente por la zona.

—No duele —dice sonriendo mientras Hayley mira su tableta ignorándonos a todos.

—Hayley, ya deja eso. Es tarde.

—Uno ma.

—Bien, que sea el último. No tardes.

Asiente y cambia de video.

En algún momento Hunter se queda dormido acurrucado contra mi cuerpo y Hayley deja la tableta a un lado para correr hacia mí y hacer lo mismo que su hermano.

Agus mira a mis pequeños con dulzura y no tardo en quedarme dormida también. Agradezco que los sillones sean lo suficiente grandes para entrar mis hijos y yo.

• • • • • •

—Heather —siento que me remueven mi hombro suavemente, emito un sonido de queja y me quiero voltear, pero recuerdo que tengo a mis hijos a mis lados, así que solo los envuelvo con mis brazos— Heather...

—¿Qué? —pregunto con voz adormilada.

—Despierta, venga. Te buscan.

—Sea quien sea que se joda, tengo sueño.

—Heather...

—Venga Agus, porfiii... déjame dormir un ratito más.

—Insisto en que no pareces la madre y adulta responsable.

Bufo abriendo mis ojos y dirigiendo mi mirada a la entrada de la casa, doy un respingo a ver la cabellera rubia del hombre que me rompió tanto. Me levanto del sillón acomodando mi cabello involuntariamente y cubriendo a mis hijos con una manta para que no pasen frio.

—¿Qué haces aquí? —mascullo envolviendo mi cabello en una coleta mal arreglada.

—Vine a hablar contigo.

—No será posible.

—Heather...

—¿Qué quieres?

—En serio es importante.

—¿A caso te morirás en un mes? —pregunto entornando los ojos, él me mira sin expresión alguna en su rostro y el pánico, sin saber por qué, crece en mi— ¡¿Te vas a morir en un mes?!

—¿Te preocupa? —me ofrece una sonrisa de lado mientras yo muerdo mi lengua para no insultarlo en todos los idiomas posibles.

—¿Sobre qué quieres hablar? —pregunto refunfuñando.

—Sobre mis hijos ¿Puedo pasar?

—No, ellos están durmiendo.

—¿Podemos ir a cenar y ahí conversar?

—Tampoco creo que sea lo mejor —murmuro mirando hacia el sillón donde veo como Hayley se revuelve incomoda cuando Hunter se envuelve en toda la manta y la deja sin cubrirse.

—Pero... —Jayden intenta hablar, pero se ve interrumpido cuando el grito chillón de mi pequeña resuena en todo el lugar.

—¡JAED! —grita y mi hijo la ignora entornando los ojos.

¿En qué momento se despertaron?

No moestes Juiet —bufa el rubiecito cuando Hayley intenta halar su cabello.

—¡Mami! —Hayley comienza a llorar llamándome.

—Ya, ya... Po dio —Hunter se baja del sillón y le lanza la manta a la cabeza mientras camina hacia su habitación. Bueno, al menos lo intenta porque Hayley ya está encima suyo gritando muchas cosas balbuceadas.

—Por dios ¡Jared, Juliette! ¿Qué pasa? —pregunto acercándome a ellos y levantándoles del piso— ¿Desde cuándo se les da por pelear así?

—Dede siempe.

—No me respondas señorita.

—Tu peguntate, mami.

—A su habitación, los dos y nada de pelear.

Hayley me saca la lengua y Hunter solo se encoge de hombros, supongo que aburrido por la situación.

Volteo nuevamente hacia la puerta, Jayden tiene una sonrisa en sus labios mientras yo recojo las cosas del piso.

—¿Son muy inquietos?

—A veces —respondo cómo puedo.

—Heather, de verdad quiero hablar contigo. Permíteme hacerlo.

—No lo sé...

—Por favor. Vayamos a cenar y déjame explicarte todo.

—¿Qué me tienes que explicar Jayden? No sé si existan explicaciones para todo lo que ha pasado.

—Te lo aseguro que sí.

Dudo, pero sin saber por qué, termino asintiendo lentamente.

—Me voy a cambiar, no tardo.

—Genial ¿Te espero dentro? —pregunta mirando el sillón.

—Supongo.

Lo dejo pasar mientras toma asiento y Agus llega nuevamente al salón, mirando a Jayden con cara de pocos amigos.

—Hablaré con él —murmuro acercándome a mi amigo.

—¿Estás segura? —asiento y el suspira— Bien, los casi copias ya están dormidos de nuevo.

—¿Los puedes cuidar mientras voy a...? bueno, ya sabes.

—Vale.

Entro a mi habitación y tomo unos jeans y una camiseta junto a un abrigo, me pongo unas zapatillas y maquillo mis ojos con un poco de rímel y algo de color en ellos para no verme tan cansada. No tardo ni diez minutos así que salgo nuevamente al salón donde el silencio es tan tenso que incómoda.

—Vayámonos —su voz hace que mi cabeza se mueva en forma de afirmación y me despida de mi amigo, vaya a la habitación de mis pequeños y deje un beso en sus frentes antes de irme con el rubio. Su auto está estacionado en los estacionamientos privados y eso hace que frunza el ceño.

—Pero...

—Si bueno, es algo que también te tengo que explicar. Dame unos minutos que lleguemos al restaurante.

—Bien.

—Háblame de ellos Heather, quiero conocerlos.

—Jayden... Desde ya te diré algo, después de lo que me hiciste para muchos mi decisión puede ser una mierda, pero si tú quieres ser parte de su vida, no te lo prohibiré, no te puedo privar de eso, pero solo te pido tiempo... ellos nunca supieron de ti, nunca les hablé de ti y sé que quizás puede ser complicado acostumbrarse a ti o tú a ellos, pero... es cuestión de tiempo y de como quieras manejarlo. Sé que tienes tu familia y... bueno —paso saliva con fuerza—, será difícil hacerlos parte de eso, pero si es que lo harás y te esforzarás para que eso funcioné, te pido que sea algo constante y que no lo dejes cuando te aburras así como fue conmigo... solo... ámalos de verdad.

Para cuando termino de hablar mi pecho está presionado y muchas lágrimas caen por mis mejillas, ni siquiera volteo a verlo, no quiero enfrentarme a su mirada ahora, no quiero sentimiento que dejé atrás hace mucho.

—Definitivamente necesito explicarte muchas cosas cariño.

Mi cuerpo tiembla y el terror no deja de crecer. 

Quizás algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora