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—Vaya, al parecer hoy no follaremos —digo con un puchero falso, divertida.

Jayden nota que estoy bromeando y niega divertido estacionando el auto frente a el apartamento donde vivo.

—Muchas gracias —sonrío acercándome para dejar un beso en su mejilla, pero este mueve su rostro rápidamente haciendo que mis labios choquen con los suyos y sus manos sin perder el tiempo suben a mi nuca haciendo que no pueda separarme.

Tampoco es como si hubiera querido separarme la verdad.

Sus labios se mueven encima de los míos y poco a poco le sigo el ritmo mientras siento como me incita a sentarme en su regazo.

—No... —jadeo, separándome—, tienes cosas que hacer y yo igual así que nos vemos luego... —golpe su pecho riendo cuando intenta volver a besarme.

Abro la puerta del copiloto y bajo del auto.

—Nos vemos mañana castaña —dice mirándome con media sonrisa.

—Nos vemos mañana rubio —cierro la puerta arreglando mi cabello y entrando rápidamente al apartamento.

Agus me mira divertido, con una ceja enarcada.

—Cuéntame todo querida Heather.

—Solo follamos —me encojo de hombros dejándome caer a su lado en el sillón.

—Joder... ¿Sigues follando con tu jefe? Eso es muy cliché, no me digas que quieres recrear una escena de alguno de esos libros que lees.

—Sí, quiero vivir mi vida como un libro, por eso follo con mi jefe.

—No me extrañaría ¿Es exclusivo?

Frunzo el ceño.

—No lo creo, solo la pasamos bien de vez en cuando, que folle con quien quiera y listo.

—Mhm..., Solo ten cuidado...

—¿Cuidado?

—Ya sabes, si es sin compromiso encárgate de cuidarte, el corazón y cuerpo querida amiga ¿Llevas algún método anticonceptivo?

—Follamos con condón Agus, no soy tonta.

—¿Y quién te dijo que el condón es cien por ciento efectivo?

La pienso por un momento antes de poner cara de horror.

—Vale, mierda. Tienes razón y ya me dio miedo. Tengo que agendar una cita con la ginecóloga.

—Como soy un increíble amigo quiero que sepas que mi madre conoce a una muy buena, te pasaré su número.

—Bien, gracias.

—No hay de qué.

Mi amigo saca su móvil y el mío no tarda en sonar, lo reviso y asiento al ver que me ha enviado el número.

—¿Agendaras la cita ahora mismo?

—Es la idea.

Asiente mirando la televisión atentamente mientras yo me encargo de repasar lo que diré.

—Buenas noches ¿Con quién hablo? —una voz femenina responde la llamada y respiro antes de hablar.

—Buenas tardes, Heather Levine un gusto...

—Buenas tardes Heather, soy la doctora Mendez.

—Un gusto, bueno quería agendar una cita para ginecología, quería saber qué día podría asistir.

—Claro, dame un segundo.

—Está bien.

Comienza a sonar una canción relajante antes de que me vuelvan a la linea.

Quizás algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora