Ser omega tiene sus ventajas como desventajas pero ser hijo del líder de la manada trae más desventajas.
Los alfas van tras tuya para tener un rango más alto, debes cumplir las normas y sobre todo seguir al pie de la letra la etiqueta.
¿Cómo cumplir...
Las fuertes corrientes del rio arrasaron con todo, desde la flor mas delicada hasta las ramas podridas de los arboles. De sus aguas salió un joven castaño quien nadaba con desesperación hacia la superficie recuperando el oxigeno.
Extendió sus brazos intentando agarrarse de lo primero que sea, diviso unas raíces de un árbol e instintivamente nado hacia esa dirección con las pocas fuerzas que le quedaba.
Agarro la mas gruesa comenzando a escalar, resbalando de vez en cuando por el lodo, pero eso no lo detendría. Con su parte superior fuera del agua se dejo caer cerrando sus parpados.
Un grupo de humanos cazadores se encontraba recolectando las ultimas trampas del día, algunos miraban a su alrededor con precaución después de haber visto a un numeroso grupo de lobos corriendo demasiado cerca de la tribu.
Para ellos no era tan normal verlos cerca sin ser atacados, debía ser una señal del bosque advirtiéndoles del peligro.
Los animales corrían asustados al escuchar los ruidos de fuertes pisadas, un grupo de diez lobos corría a toda velocidad siguiendo a su líder que iba mucho mas adelantado.
Corría, saltaba y esquivaba todo lo que se le atravesaba en el camino, aunque sus músculos le suplicaban que parase y que sus pulmones ardían costándole respirar continuaría su búsqueda.
Un lobo gris salió del bosque corriendo hacia su lado, al verlo se detuvo en seco arrastrando la tierra, los demás igual se detuvieron esperando alguna señal.
Beta: Mi señor, no lo encontramos en los baldíos - Jadeo intentando recuperar el aire - Tampoco en el territorio de los exiliados y los que fueron a la montaña colmillo dijeron que perdieron el rastro.
Gruño frustrado, caminando en circulo.
James: No se detengan y encuéntrenlo vivo - Asintió retirándose introduciéndose nuevamente en el bosque - ¡Divídanse en tres y encuentren a mi hijo!
Antes de que pudieran responder salió corriendo tomando nuevamente el camino hacia aquel sitio que tenia en mente.
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Nuevamente en las tierras del clan colmillo, el pueblo era todo un caos donde los alfas salían en manadas mientras que los betas y omegas se quedaban a la espera de una señal divina por parte de la diosa, los rumores comenzaban a volar de boca en boca de que una guerra se aproximaba si el omega no volvía a cumplir con el compromiso.
La líder trataba de calmarse por el bien de sus cachorros pero la ansiedad le ganaba por mucho, inconscientemente se frotaba las manos, su cola se sacudía de un lado a otro soltando pequeñas cantidades de pelo blanco que flotaban gracias al movimiento.
Raúl por otro lado se encontraba bastante ansioso, miraba por la ventana esperando alguna señal por parte su pareja. Su única misión era buscar a Ruben y entregarle una carta previamente escrita por Samuel.
