Capitulo 1

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             ~La mañana después~

Amanecía y los rastros de el día anterior y la noche se disiparon como la niebla. El niño había sido devuelto a su familia sano y salvo y la memoria de todos cuantos conocian a Sarah Williams fue borrada.
Incluso la de sus padres quienes olvidaron cada recuerdo de que una hija adolecente caprichosa y problemática había existido.
No iban a extrañarla y aquello era un alivio.
Ellos no la apreciaban ni la valoraban.
No la merecían y no iban a tenerla de vuelta...al único al que lamentaba hacer olvidar era al pequeño Toby...
Había deseado con tantas ansias que fuera su heredero...tal vez...tal vez el no tenía que olvidarse de su hermana ahora, el tiempo se encargaría de sacarla de su memoria y quedaría solamente el fantasma, y el vago atisbo de un tal vez.

No sé atrevía a arrebatarle eso a su pequeño Jareth

Una vez que la memoria de la joven fue borrada de todos cuántos la conocían solo tuvo que desaserse de las pruebas de su existencia.
Adiós a su habitación, sus libros, peluches y posters.
Su ropa masculina y burda, no apta para la reina que ahora sería.
Su nombre fue borrado de cada lugar, meticulosamente, cada registro de su existencia...

Como un asesino serial que limpia la ecena de su crimen y desaparece la evidencia.

Nada quedó de ella en el Aboveground...ni un pensamiento.

Sarah Williams jamás existió.

Respiro profundamente, la brisa fresca de la mañana inundó sus pulmones, mientras se acomodaba en el balcón principal de su palacio mirando su reino en el que apenas empezaba a salir el sol.

No había descanzado ni un poco desde que ella llegó y su cuerpo protestaba ante el uso de toda la magia que constituia haber borrado la existencia de un humano y su memoria, más toda la que utilizo durante la carrera de la joven por su laberinto.

No importaba en lo absoluto el cansancio si ella por fin descansaba en una de sus habitaciones, hermosa y fragante como un lirio.
Tan indefensa, preciosa en su vulnerabilidad.

Extendió la mano y conjuro un cristal entre sus dedos.

La joven se reflejo en su interior dormida como un bendito entre suaves sábanas blancas y mullidos almohadones de plumas.
Su cabello negro contrastando maravillosamente con la ropa de cama como tinta azabache derramada.

Un poema, ambrosía...solo suya...

Cerro los ojos otra vez extasiado con el corazón latiendo a todo galope en su pecho inflamado de dicha.

Echo la cabeza hacia atrás carcajeandose, borracho de felicidad.

¿Que podía ser mejor, más perfecto que esto?

Los duendes estaban felices y todo el underground parecía brillar intensamente.Los colores, las hadas, el cielo, las nubes.
Cada planta y cada flor absorbía el estado de ánimo de su rey compartiendo su rabiosa alegría.
El canto de fiesta de las hadas de las flores llegó hasta sus oídos.
Su reino nunca estuvo más deslumbrante, el tampoco.

               ~Lienzo en blanco~

La joven que descansaba entre suaves sábanas blancas abrió lentamente sus verdes ojos a la luz del sol de el nuevo día que la aguardaba y se descubrió en una habitación que jamás en su vida había visto nisiquiera en sueños.
Se incorporo lentamente en la cómoda cama e inspeccionó cada rincón con la mirada.
Era completamente blanca como el mármol, salvo algunos pequeños detalles como una mesa y dos sillas de rica madera labrada, un florero con rosas blancas justo en enmedio, un armario gigantesco, un tocador con toda suerte de cosméticos y frascos de perfume sobre el y una enorme estanteria blanca repleta de libros con cubiertas de el mismo color inmaculado y justo frente a su cama,en la pared, una chimenea que parecía haber sido labrada por un artesano a mano con un cincel con brasas ardiendo en su interior.

El dice que mi nombre es anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora