Capitulo 3

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         ~Apodyopsis~

El término 'apodyopsis' se refiere al hecho de ver a alguien que nos atrae física y sexualmente e imaginárnosla en ropa interior o completamente desnuda. Este último fenómeno se encuentra catalogado dentro de las conocidas como 'fantasías sexuales'.

La hora que el le había dado pasaba lentamente mientras, "Anhelo" se daba un tibio baño en una tina con sales y ecensias de lavanda en el baño personal de su hermosa habitación de ensueño.
Fue tal y como el le había dicho.
Solo tuvo que ordenarle a la tina llenarse y el baño hizo el resto por si solo...¿Cómo funcionaban las cosas en este lugar? ¿Acaso había leyes físicas o lógicas que obedeciera?

Sonrío.

¿Pero que demonios podía importar?

No tenía nada, ni a nadie y aquí lo tenía todo tan fácil como pedirlo, como respirar.

Sería la reina de un hombre...tan...guapo e irresistible.

Al que no conocía un carajo.

Cerro los ojos exasperada mientras tallaba su cabello con un shampoo que olía increíblemente a flores, como estar oliendo directo de un ramo fresco.

El decía que si se conocían, que se amaban...bueno, pues si el la amaba tenían que conocerse de antes...el amor a primera vista era una noción demasiado infantil.

¿O tal vez no?

Respiro profundo tratando de calmarse por centésima vez desde que abrió los ojos.

Una jaula de oro.

No dejaba de ser una prisión.

Pero una prisión no podía serlo si no querías salir de ella...¿O si?

Quería decidirse pero no podía dejar de sentir que tiraban de ella en dos direcciónes.

Quería confiar en él, con todas sus fuerzas...pero algo intangible e inquietante no se lo permitía.

Termino de limpiar su cuerpo y salio de la enorme tina se seco y coloco nuevamente la bata que se había puesto sobre el camisón y camino directamente hasta el enorme armario que había visto cuando despertó.

En efecto aquel armario era tan grande por fuera como lo era por dentro y en su interior había una cantidad obscena de vestidos colgando.
Toda la gama de colores del arcoiris dividida por diversas tonalidades, pero los tonos pastel eran los más abundantes.
Azules, rosas,blancos, verde menta...
Desde los más extravagantes y lujosos que parecían ser como para un baile hasta unos sensillos y ligeros para caminar, como para simplemente salir a dar un paseo.

¿Ella siempre había usado vestidos?

No podía recordarlo, pero persiguiendo la comodidad tomo uno verde menta, de mangas largas que cubrían sus brazos pero dejaban al descubierto sus hombros y cuello con un escote rematado en uve.
La falda era holgada pero manejable y por la parte frontal se abría en dos cortinajes iridecentes que cubrían una tela blanco marfil absolutamente suave y sedosa.No adivinaba de que material estaría echo, pero no le causaba absolutamente ninguna incomodidad a la piel,la tela era demasiado fina.

El dice que mi nombre es anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora