Capitulo 12

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~Camille~

El parto había sido duro para una madre joven y primeriza que además estaba deprimida y apenas nutrida debido a su tristeza pero lo había conseguido, había dado a luz luego de diez horas de sufrimiento a una hermosa bebé mitad Fae mitad humana la cuál ahora se encontraba entre sus brazos siendo amamantada.

Su cabello y ojos eran los mismos que los de su madre, el color de su boca ahora pálida era igual al de la de ella antes de su palidez.
Labios rojos y llenos, ojos verdes y cabello negro como la noche en contraste con una piel tan blanca que la hacía lucir como una muñeca, era su hija, su sangre y carne con solamente un pequeño rasgo de su padre; una de las pupilas de sus ojos demasiado dilatada, un detalle insignificante comparado con todo lo demás.

La niña era toda suya.

Anhelo miraba a la recién nacida entre sus brazos con profunda ternura y adoración al igual que lacerantes sentimientos de culpa por haber deseado el mal a su propio bebé.
Por haber golpeado su vientre y haber querido a su hija muerta.
Esa criatura indefensa no tenía culpa de nada, era una víctima más, igual que ella, quien a veces dejaba de sentirse víctima y se sentía su propio verdugo; en cualquier caso, la bebé era una inocente.
Su marido había tenido razón aunque odiara admitirlo, una vez entre sus brazos había adorado a la criaturita y había jurado a todo lo sagrado que existiese protegerla de lo que fuera, aún a costa de su propia vida.

Ese pequeño pedacito de carne sería ahora su motivación para seguir respirando, su vida entera, ya no importaría más el dolor diario del vacío, los deseos de escapar que jalaban a su corazón en dos direcciones contrarias, esa pequeña le daría piso y la alejaría de la locura.

Aunque sonara egoísta planeaba tomar a su hija como tabla de náufrago.

Cuando Jareth entro en la habitación interrumpiendo el sagrado momento entre la niña y la madre, la segunda respingo sin poder evitarlo y la primera quiso llorar, pero en cuanto estuvo en los amorosos brazos de papá se quedó callada y quieta enfocando la mirada verde en sus extraños ojos azules y apoyo su pequeña manita en su mejilla, cosa que difícilmente podría hacer un recién nacido humano.

Parecía estarlo...¿Saludando?

-Hola...hola pequeña "Anhelo"...me presento, soy tu papá...

Le dijo con la mirada rebosante de amor y dándole un pequeño beso en la manita que lo había tocado.

-Camille, Jareth; su nombre es Camille

El Fae miro a la pálida madre con ojos igual o más devotos que a la hija y le sonrió.

-Princesa Camille.

Saludo mirando de nuevo hacia la niña entre sus brazos y se sentó junto a la madre para recargarse contra ella dulcemente.

-¿Cómo te sientes?

-Cansada, pero feliz por que ella ya está aquí, conmigo.

-Con nosotros, querida.

Le corrigió el sonriendo como niño en la mañana de navidad.

-¿La amas verdad?

Le pregunto el a su mujer mientras aún le hacía cariñitos a la infante.

-Mas que a nada en este ni en ningún otro mundo.

Contestó la madre de inmediato y sus brazos recogieron con ambición a su hija, volviendo a pegarla a su ceno.

El sonrió aún más ampliamente, satisfecho, complacido.
Rodeó con ambos brazos a su esposa por la espalda abrazándolas así a ambas para después depositar un suave beso en su cabello.

El dice que mi nombre es anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora