Capitulo 22

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          ~Sospechas~

-¿Hermana? Hermana...¿puedes escucharme?...¿Sarah? ¿Me escuchas?

Si, por supuesto que lo escuchaba y aquella voz infantil se entremezclaba con el llanto incesante de un bebé como si fuesen de un mismo ser de forma totalmente ilogica. No sabía de dónde provenía. Parecía provenir de todos lados y a la vez de su mismo interior.
Veía correr a una joven de cabellos largos y negros ataviada con unos jeans de mezclilla una blusa blanca de largas mangas y un chalequillo dorado, justamente en el lugar que más desasosiego le causaba de todo el Underground. La joven corría dentro del laberinto que amurallaba la ciudad Goblin; con desesperación y angustia en su pecho y la culpa lacerando su semblante, pero también moviendola e incitandola a continuar.
A no claudicar en su objetivo.

Era como estar viendo, lo que en el Aboveground se le denominaba como "películas" más sin embargo esto era distinto y por demás inquietante.

La joven tenía su rostro. El rostro que ella recordaba haber tenido hace años, cuando conoció a Jareth, cuando despertó aquella mañana sin memoria de su pasado. ¿Entonces esa era ella?
No podía ser, esto era un sueño, tenía que serlo.
Ella ya no era esa chiquilla. Era mayor.
No demasiado en su aspecto físico, pero si en años, en recuerdos, en experiencia...

Tenía que estar soñando.

Si, solo otro sueño extraño mas...

Tenía que serlo.

Pero si era así, si esa chica con su misma cara no era ella...¿por qué sabía con exactitud lo que estaba sintiendo?

Ella se sentía culpable, muy culpable, malvada y egoísta. También estaba desesperada y muy, muy asustada por algo...por alguien.

El interior del largo pasillo en el que estaba internada echo por lobregas rocas avejentadas en color sepia parecía interminable. Y el tiempo apremiaba. Corrió durante lo que le pareció una eternidad y rato después encontró a un gusano bribón...de aspecto extraño, tan diferente a los de su mundo... ¡podía hablar!, le pidio indicaciones, el se las dio muy a su manera y ella continuo con su carrera.

Una carrera contra el tiempo, pero también una contienda contra alguien.

¿Contra quién?

Un rey...sabía que un rey... ¿Pero como era? ¿Cómo lucía físicamente?

Sabía que tenía que ser un rey cruel para hacer tal cosa. Robarse a un pequeño aprovechándose de la inmadurez de su cuidadora, que se sirvió de un momento de berrinche de parte suya para obtener lo que quería.

Robarle al niño.

El niño...

Eso era.

La joven que corría y su adversario competían por un pequeño niño rubio.

El niño rubio de la habitación con aquellas escaleras que no iban a ninguna parte... con el que ya había soñado noches atrás...

Ese niño era el trofeo.

Y cada uno haría lo necesario para ganarlo...

¿Los sueños se conectaban acaso?

La chica tenía miedo.

Este definitivamente no era su mundo, era...como otra dimensión.
Una extraña y retorcida pesadilla, pero real.

El dice que mi nombre es anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora