~Toby Williams~
El pequeño rubio del mameluco de rayas rojas y blancas estaba empezando a caminar y traía a su niñera vuelta loca mientras Robert y su esposa Karen habían salido a cenar como casi todos los fines de semana.
El niño corría de un lado a otro en eterno juego y la jovencita de dieciséis años ya empezaba a pensar en aumentar el costo por hora por cuidar del muchachito endemoniado.
Rara vez lo dejaban estar a sus anchas y por esa razón el niño cuando podía se las arreglaba para dar guerra hasta donde pudiera.
Pero ahí estaba ella Charlotte McDougan, la niñera más económica mente accesible para andar detrás de él pequeñito, que, aún con todas las medidas de seguridad y pese a sus endebles y principiantes piernitas era bastante rápido.
—¡Toby! ¡Espera¡ ¡es hora de ponerte el pijama! ¡Toby!
Gritó la chica mientras el salía corriendo en fuga de la habitación con la jovencita pegada tras el pisándole los talones.
-¡Toby a dormir! ¡Ahora!
Gritó señalando el dormitorio desde el pasillo.
El niño volteo con una sonrisa traviesa.
-¡No! ¡No! ¡Quiewo osito marrón pada domi!
-¡Toby pero si tienes ositos de todos los colores en tu cuarto!
-¡No! ¡Quiewo osito de hemana Sawah!
Se enfurruño el chiquillo corriendo hasta una puerta blanca la cuál comenzó a tocar con insistencia antes de perder resistencia en una de sus piernitas y caer sentado.
-Sawa hable puerta, Sawa, dame osito pofavo.
Pidió el con su dulce vocecita balbuceante pero nadie salió a abrirle.
Los ojitos se le llenaban de lágrimas en cada ocasión al ver qué no salía nadie a abrirle y entonces ella tenía que entrar en accion y terminar de romperle el corazón, cargarlo, abrirle la puerta y mostrarle que ese lugar no era el cuarto de ninguna persona si no solo una gran bodega llena de muebles viejos y cacharros antiguos.Era el tercer fin de semana que Tobías Williams hacia la misma cosa antes de dormir, correr por un osito inexistente de una hermana inexistente.
Ya había hablado con los señores de esto y ellos aseguraban no tener ninguna hija y menos algún pariente o amigo que el niño conociera con ese nombre, aquello la asustaba debido a todas las películas de fantasmas que había visto, pero nada que no pudiera superar.
A esa edad los niños solían tener amigos imaginarios y hasta incluso más grandes... ¿no?, probablemente era una etapa, ya crecería.
Tomo en sus brazos al abatido bodoque rubio y rosita y una vez más abrió la puerta.
Un cuarto vacío y oscuro lleno de antigüedades sin dueño tal vez desde hacía siglos.
- ¿Ves pequeño? No hay nadie aquí más que tú y yo...
-Sawa...hemana...
Susurro el con voz triste estirando una manita hacia la oscuridad.
La niñera cerró la puerta y arrullo al niño con suave voz hasta que se durmió y lo puso en su cuna.
Lo cubrió con las mantas y le dio un suave beso en la frente.
-Descanza pequeño, que sueñes con...
La joven sonrió deteniendo sus pensamientos a media oración.
-Que sueñes con tu hermanita Sarah pequeñín...con que juegas con ella y son felices juntos.
El balbuceo en sueños en respuesta a su deseo y ella cerró la puerta de su habitación suavemente.
Definitivamente pediría un aumento.
~~~~
Toby dormía placidamente como solo las criaturas puras y sin mancha podían hacerlo.
Un Angelito.
Con sus azules ojitos cerrados moviéndose de un lado a otro mientras soñaba que estaba en una enorme sala, con pequeñas criaturas tan bajas de estatura como el.
De pieles oscuras y caras arrugadas y verrugosas pero juguetonas y divertidas.Un hombre rubio de apariencia extravagante lo cargaba, bailando con el y riendo, cantándole una canción hasta el infinito.
Dance, mágic dance...
Dance mágic dance...
Dance mágic dance...
El pequeño río en sueños estirando las manitas en pos de el en la vida real.
Y una atenta mirada dispareja le sonrió también, desde un mundo distante.
-Duerme bien pequeño Jareth y porfavor, no tardes demasiado en olvidarnos.
Continuará...?
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El dice que mi nombre es anhelo
FanfictionElla le derrotó en su propio juego, el no estaba dispuesto a aceptar su derrota pues perder ante ella también significaba perderla para siempre. Sería un mal perdedor entonces, pero el no permitiría que ella se alejara de su lado jamás... El sería s...