POV: Emilio.
Me encuentro llegando a la casa de playa donde me enamoré y donde comenzó una historia que para mi fue lo más maravilloso que me pudo pasar, de sólo recordar me entra la nostalgia esa fue la vez única que fui feliz, al lugar donde entable una segunda conversación con aquella chica que trastocó mi alma y me volvió loco de amor por ella en aquel estacionamiento del colegio.
Bajo de mi coche observando aquella hermosa casa de playa que sigue igual cómo cuando estuvimos aquí, aquel verano que para mi fue inolvidable, es como si no hubiesen pasado los años por este lugar.
Este lugar me trae muchos recuerdos hermosos, aquí es donde la miré por segunda vez, ya que la primera fue en el estacionamiento del colegio, recuerdo haberle pegado a un coche por ir discutiendo con Mia, no se hizo esperar el momento cuando alguien aporreo el cristal tintado con furia. Despreocupado volví la mirada ya que Mia comenzó a burlarse de la persona que estaba parada a un lado de mi coche, tal vez para hacerme enfurecer más de la cuenta pero ya la conocía y no caía en sus provocaciones. Por inercia sonreí con burla y no por la chica sino; por que ya me importaba poco lo que Mia pensara. Después centré toda mi atención en ese cuerpo esbelto pero bien formado con curvas y una cintura pequeña, me quedé boquiabierto al instante me volvió loco sólo quería mirarla completa para comprobar que era un ángel caído del cielo.
Al bajar la ventanilla de mi AUDI con prisa pero sin borrar la estúpida sonrisa de mis labios. Miré sus hermosos ojos echando chispas por que había chocado su coche, sentí un extraño cosquilleo recorrerme el cuerpo, apreté el volante con ambas manos pero sin quitar mi mirada de ella, estaba seguro de algo y es que esa chica bonita al instante me cautivó. Esa muchacha causó un revuelo en mi estómago sensación que no me había pasado con ninguna chica con anterioridad. Desde ese día mis prioridades cambiaron la quise para mi, solo para mi durante toda esa semana no me la pude quitar de la mente, gracias a que me aceptó aquella cena en el parque pude saber un poquito más de ella pero no era suficiente para mi. El detalle es que no le pregunté donde vivía y no pedí ni su número telefónico.
***
Esa mañana me levante con pereza realmente no tenía ánimos de ir a ese lugar ya que Mia no era de agradarle la playa y, mucho menos pasar el tiempo con mis amigos que a leguas se notaba que no era de su agrado. Al llegar a esta playa a regañadientes y con la cara larga de Mia, para pasar un fin de semana con mis amigos no esperaba volver a verla, pero mi sorpresa fue grande al encontrarla ahí en la sala de estar hablando con tanta naturalidad con mi amigo Rodrigo. Ella fue cómo un sol que iluminó mi vida en ese instante, ahora ya tendría un motivo para disfrutar ese fin de semana en este lugar.
En este lugar fue donde le di su primer beso a Renata y me sentí feliz y a la misma vez afortunado de ser su primero en todo los sentidos.
Ha pasado un año desde que la miré por última vez, las incontables veces que he ido por mi hijo a la hacienda, Karen es la que me lo entrega como acordé con ella a Renata ya no la volví a ver y por más que me carcomiera la curiosidad de saber todo de ella cumplí con mi palabra de no volver a molestarla de nuevo, en todo caso sería para cuestiones de nuestro pequeño. A pesar de todo sé que siempre estaba ella ahí mirando a la distancia por entre la ventana de su habitación y yo con las malditas ganas de subir hasta ese lugar y hacerla mía una vez más.
Me enfoque más en mi trabajo para no pensar en ella, he viajado tantas veces que ya perdí la cuenta. Pero volver a este lugar nuevamente me ha revivido viejos recuerdos cómo si le hubiese echado alcohol a una herida que jamás ha sanado, Renata ciertamente siempre será la mujer de mi vida, la chica que puso mi mundo de cabeza y me dio un hijo.
—Has llegado bro, me alegro que pudieras venir. —Esteban me abraza y palmea mi espalda le respondo el gesto y nos separamos, Helena de igual manera me da un abrazo que correspondo con mucho gusto.
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Mi Imposible Amor
عاطفيةDos familias, una vieja disputa, dos jóvenes entre la espada y la pared.