POV: Renata.
Me encuentro en mi habitación sentada sobre la silla mecedora frente a la gran ventana observando la noche estrellada. Las copas de los árboles meciéndose de un lado a otro cómo si de una danza en conjunto se tratase, mi bebé está acurrucado sobre mi regazo mientras lo mezo lentamente, beso su cabecita y me pierdo en mis pensamientos aún recordando el día que llegó al mundo. Ese día en el cuál cambio mi vida, el día en que lo catalogo el más feliz de mi vida.
Mi pequeño Emilio nació el día 2 de noviembre, pesando tres kilos ochocientos gramos y midiendo cincuenta y tres centímetros, de cabello negro azabache y unos hermosos ojos de color negros la viva imagen de su padre, de mi sólo sacó las pestañas kilométricas.
Se preguntarán por que lo he llamado cómo a su padre y la respuesta es sencilla, en México es tradición que data de toda la vida que el primogénito de un hombre se llame igual a él, así que yo decidida a continuar con esa tradición lo nombré igual a su padre.
Flashback...
—¡¡NANA TERESA ME DUELE MUCHO!! —grito con todas mis fuerzas ya que los dolores comenzaron en la madrugada después de llorar varías horas cómo lo venía haciendo durante el año y medio que tenía viviendo en la hacienda.
—Voy mi pequeña no desesperes José prepara la tina para que des a luz. —nana va y viene por la habitación de un lado a otro preparando todo lo necesario desde toallas, pañales, ropita para mi bebé, etc. Ella junto a la doctora van asistir mi parto cómo lo veníamos planeando meses después que llegué aquí..
Entra Don José y un joven que recientemente he contratado para que labore aquí y le ayude con el que hacer a José y no tenga mucha carga laboral. Traen una pequeña alberca de plástico y la acomodan al centro de la habitación el joven va hasta el cuarto de baño y conecta una manguera que lentamente va llenando de agua tibia, presa de los nervios camino de un lado a otro de pronto siento una fuerte contracción que hace que sienta un pequeño crujido en mi vientre y eso provoque que agua comience a caer por entre mis piernas.
—Nana creo que he roto fuente. —pronuncio y los presentes me miran todos en conjunto aterrorizados y nana viene hasta mi.
—Vamos mi niña no hay tiempo que perder, me toma de la mano y me ayuda a ingresar a la alberca para que mi parto sea en agua. La doctora entra apresurada a la habitación y es cuando el proceso inicia, mi pequeño nace ocho horas después.
Fin del Flashback...
Mi pequeño se ha quedado dormido y lentamente me pongo de pie para llevarlo a su habitación, desde que cumplió dos años poco a poco lo fui apartando de mi para que pudiese dormir solito en su recámara, que aunque confieso que a veces voy por él y lo llevo a dormir conmigo. Emilio es lo más que amo en esta vida fue lo mejor que me pudo pasar después de tanto sufrimiento. Mi pequeño no tenía que ser muy dependiente a mi ya que tenía que presentarme a la universidad y nana Teresa batallaría cuando lo cuidara por mi, porque sí; continúe mis estudios y el mes pasado me he graduado y obtenido la licenciatura en Médica veterinaria y Zootecnista. Mi consultorio lo he puesto en un local al centro de Morelos, trabajo de lunes a sábado ya que los domingos lo dedico a mi pequeño todo el día, vamos juntos al parque y compartimos grandes momentos de felicidad, a veces montamos a Luna y paseamos hasta caer la tarde, mi pequeño ama a mi yegua.
Pero este día es la excepción ya que es día sábado por la tarde y Nana Teresa se encargará de traerme a mi pequeño al consultorio, me apetece llevarlo a la feria del pueblo. Ya casi se llega la hora en que llegue Nana termino de arreglar algunas medicinas en los estantes cuando entra Nana por la puerta sosteniendo a mi pequeño Emilio en los brazos, mis ojos se agrandan al mirar a mi bebé, no espero más y corro hasta él lo agarro y envuelvo en mis brazos para darle muchos besitos que él me corresponde de inmediato.
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Mi Imposible Amor
RomansaDos familias, una vieja disputa, dos jóvenes entre la espada y la pared.