Lin Yu no pensó que era sólo un suplente.
Cocinó una comida con sus propias manos, y con una llamada de Bai Yueguang, Fu Shiwen se levantó y se fue.
Fu Shiwen dijo: "An Cheng no está bien, voy a verlo, así que pórtate bien y no hagas un escándalo"...
Después de hacer todo esto, Lin Yu abrió WeChat y tocó el avatar familiar.
—Señor, ¿viene a cenar a casa esta noche?
—Señor, he comprado cerdo de cinco flores, ¿qué tal cerdo asado al horno esta noche?
Su tono era inusual, como si, lo que pasó ayer, no hubiera pasado.
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Fu Shiwen estaba inusualmente molesto hoy.
Incluso Li Wei, el secretario que había estado al lado del Sr. Fu durante más tiempo, había sido severamente reprendido por un pequeño error.
Toda la empresa estaba envuelta en una capa de oscuridad y todo el mundo estaba tenso, ya fuera la alta dirección de la empresa o los empleados de bajo nivel.
En el grupo de personal de la empresa, alguien @Li Wei.
—Hermano Li, ¿el Señor Fu parece estar de muy mal humor hoy?
—Hermano Li, cuando vaya a informar de mi trabajo más tarde, ¿me comerá el Señor Fu?
Li Wei acababa de salir de su despacho y sacó su teléfono cuando vio que mucha gente se dirigía a él.
Recordando que acababa de ser reprendido por el general Fu y que no podía levantar la cabeza, tecleó en silencio seis palabras.
—¡Alerta naranja por fuertes lluvias!
Los demás compañeros del grupo vieron estas palabras y sus corazones tartamudeaban.
Fu Shiwen cogió su teléfono y vio el WeChat no leído de Lin Yu, y ni siquiera se dio cuenta de que sus propias cejas fruncidas se calmaban lentamente.
Sin embargo, Fu Shiwen miró esos dos mensajes de WeChat y, tras un momento de silencio, cerró el cuadro de diálogo.
No respondió.
En ese momento, Shu Ming envió un mensaje.
An Cheng —Gracias por las flores que envió el Señor Fu. Ayer, ¿hice mi papel? No me he revelado, ¿verdad? La abuela realmente parecía pensar que yo era An Cheng.
Fu Shiwen sonrió.
—Era muy similar, no se reveló.
—Señor Fu, voy a estar en el grupo dentro de un rato, ¿por qué no cenamos juntos esta noche?
An Cheng envió una invitación.
Fu Shiwen dudó un momento —De acuerdo.
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Lin Yu puso la comida preparada en la mesa como todos los días.
Se sentó en el sofá desde las 7 de la tarde, mirando las agujas de la pared que señalaban las 11 de la noche poco a poco, la comida en la mesa ya estaba fría.
La puerta hizo clic.
La casa estaba a oscuras cuando Fu Shiwen empujó la puerta.
Encendió la luz y vio a Lin Yu durmiendo en el sofá.
El joven parecía haber soñado con algo y estaba inquieto, con el ceño fruncido y el cuerpo encorvado.
Murmuró una palabra.
Fu Shiwen se acercó y oyó claramente que el joven le llamaba.
—Señor... lo siento...
Fu Shiwen vio las lágrimas en el rabillo de los ojos del joven, y una parte de su corazón se ablandó.
—Sólo te perdono esta vez, no volverá a ocurrir.
Levantó al joven del sofá...
El joven se despertó sobresaltado y abrió los ojos para encontrarse tumbado en la cama, el Señor...
—Señor...
—No hables.
En Fu Shiwen había un ligero olor a perfume, limón mezclado con cardamomo, ligero y untuoso.
Este perfume olía bien, pero Lin Yu había olido este olor ayer, en An Cheng.
Entonces, ¿por qué el Señor no le dejó hablar, porque, no sonaba como An Cheng?
Los ojos de Lin Yu estaban rojos —Pero, Señor, me duele...
Fu Shiwen frunció el ceño y dejó de moverse.
—Lin Yu, ¿tienes una especie de rabieta?
Lin Yu se quedó boquiabierto...
Como sabía que el Señor le estaba utilizando como sustituto, el dolor que antes era capaz de tolerar ahora parecía duplicarse, doliendo tanto que apenas podía soportarlo.
Entonces, ¿tiene una rabieta...?
Fu Shiwen se levantó con la cara fría y fue al baño.
Poco después, Fu Shiwen salió del cuarto de baño, fue directamente al guardarropa, se cambió de ropa y salió dando un portazo.
