Mis Alfas (YoonMin/HopeMin)

3.

-¿Jimin?

-¿Que pasó?-pregunto, sentándome en la cama con cuidado.

Mi respiración era agitada y mi corazón estaba igual, sudaba y veía borroso. Sentía miedo, pero no tenía idea de que.

-Gritaste y entre a ver que tenías. Estas llorando.. ¡Jimin, estas temblando!-dijo mi hermano muy preocupado, tomando mis manos y efectivamente, estaba temblando.

Suspire fuerte cerrando los ojos, tomando respiraciones para calmarme y me pase las manos por la cara, sintiéndola húmeda.

-Tuve una pesadilla...

-Una muy fea al parecer-me interrumpe serio y preocupado.

Asiento sin querer decir nada mas. La verdad, es que ni me acordaba del sueño, solamente tenía en mente un collar con un dije de Luna.

-¿Mamá y papá?-pregunto mas calmado, recostándome en la cama, mirándolo.

Jungkook se acostó a mi lado, boca abajo, mirándome con sus grandes ojos negros.

-Aun no llegan. Mamá me llamó, ya que tu no contestabas, para decirme que llegarían a la hora de la cena-responde con un puchero.

Y el silencio reina en la habitación. Tomo mi teléfono de la mesita a mi lado, lo enciendo.

5 llamadas perdidas de Omma.

1 mensaje de TATA.

2 llamadas perdidas de Lee Taemin.

Blanqueo los ojos con fastidio y abro el mensaje de Tae.

TATA
¡Jimin, voy a tu casa!

√√ 17:45

Salgo de la mensajería, mirando la hora, 17:55, y a Tae solo le lleva casi quince minutos en llegar a mi casa al sólo vivir a pocas cuadras. Me levanto bruscamente, asustando a Jungkook.

-Tae viene, arreglate-digo alto, dirigiendo mis pasos a la salida de mi cuarto, marcándole a mi madre.

-¡¿Porque me tendría que arreglar para ese ser?!-reclama con molestia, desde mi habitación.

-¿Mami?

-¡Hijo! ¿Que hacías que no me contestabas?-la voz de mi madre suena preocupada.

-Lo siento mami, estaba durmiendo...

-Bueno... Le hable a Jungkook igual...

-Si, él ya me dijo. La cena estará lista para cuando lleguen...-la interrumpo suave, y sonrío con encanto, aunque no me vea.

-Oh, gracias mi bebé-la siento sonreír.

-Oh, mamá, y Tae estará aquí también.

-Esta bien cariño. Cuidense por favor y no hagan desastre...

-Ok mami... Adiós.

-Adiós mi cielo-me lanza un beso a través del auricular.

Sonrío feliz y mamá cuelga la llamada en el instante que suena el timbre de la casa.

Abro la puerta, encontrando la sonrisa cuadrada de mi mejor amigo.

-¡Jiminie!-exclama contento, entrando en la casa como si fuera la suya-¿Están tus padres?-pregunta ante el silencio.

-Regresan a la noche. ¿Te quedas a cenar?-le pregunto, pasándole por el lado para ir a la cocina.

-Si claro ¿cocinaras tu?-inquiere entusiasta.