Min Yoongi, es un chico de baja estatura, cabello blanco, piel pálida, ojos achinados y negros.
Pero con una personalidad posesiva.
Jung Hoseok, un chico alto, cabello castaño y ojos claros.
Pero con una personalidad algo destructiva.
Y Park Jimin...
-Quiero que supervises el cargamento de víveres que llegarán hoy, Zico ¿entendido?-ordeno al tatuado, que caminaba conmigo a la salida-También, por favor, hazme una reunión con Seo Changbin, dile que quiero hablar con él para alguna alianza...
-¿No es ese el Alfa de la provincia de Gyeonggi-do?-pregunta el chico.
-Si, así es. Quiero ampliar la manada, llegar más lejos.
-Esta bien, señor.
Salimos de mi cabaña, la más grande de todas las cabañas en mi manada para caminar hasta una 4runner negra.
-Te dejo a cargo de todo Jiho y cualquier cosa me llamas ¿Ok?
-Si, señor-hace un leve reverencia.
Me detengo frente a la puerta trasera de la camioneta y miro a Minho, que estaba mirando y escribiendo en su teléfono, muy sonriente.
Arqueo las cejas en descontento. Carraspeo.
-Lo siento mucho señor.
Reacciona y apenado abre la puerta. Entro y dando las últimas indicaciones, partimos.
-La hora estimada a llegar serian a las 10:10 am, señor-dice Minho desde el copiloto.
-Bien. Y ¿Minho?
-¿Si señor?
-Más pendiente del trabajo, por favor-digo serio, mirándolo por el retrovisor.
-Claro señor. Disculpe.
Asiento sin decir más y observo el paisaje.
(*)
Llegamos al fin, después de casi una hora sentado puedo estirar mis piernas. Minho abre la puerta de la camioneta y bajo, arreglando el saco del traje informal que traía.
‐¡Yoongi!
Desvié mi mirada al llamado. Jennie venía a pasos largos hasta donde yo estaba, con una gran sonrisa, y siendo sincero se veía hermosa enfundada en un vestido negro casi transparente con una camisa manga larga por debajo del vestido.
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Pero por muy hermosa y encantadora que se viera, no causaba nada en mi que no sea ganas de cuidarla, como si fuera una hermana.
‐¡Amor, que bueno que llegas!-me abraza por el cuello y trata de darme un beso en la boca pero giro el cuello y sus labios tocan es mi mejilla, tomo su cintura separandola.
-Eh, si. ¿Cómo has estado?-pregunto educado.
Jennie me mira con pucheros y con sus ojitos tristes.
-Bien, un poco cansada. He estado acompañando a mis padres a reuniones y esas cosas para aprender un poco más del liderazgo en un manada, ya sabes, para cuando tu y yo nos casemos...
