I : Presiento

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- Triana, vamos a llegar tarde - me avisa mi mejor amiga Alma y yo suspiro. - venga vamos, que todos nos estarán esperando.

- no se porque salimos tan temprano - me quejo y ella niega con la cabeza mientras me mira. - que os guste levantaros temprano y eso que estamos en verano.

- Triana sabes perfectamente que como salgamos más tarde, la calor de Sevilla es insoportable. - dice mi amiga abriendo la puerta de mi casa para salir.

- y lo sé, llevo viviendo aquí toda mi vida.

- pues venga quejica deja de quejarte ya, y vámonos.

-hay veces que eres insoportable que lo sepas.

Ella se ríe y yo niego con la cabeza.

- ¿ ves? Por algo somos mejores amigas - dice ella riendo.

- porque nadie nos soporta.

- ¿ y donde se supone que nos esperan Daniela y Lola? - pregunto.

- en la torre del oro.

- menos mal que está cerca, porque ya empieza a hacer calor.

Tardamos poco en llegar, donde vivo que es en Triana esta muy cerca de la torre del oro, así que no tardamos mucho, además de que Alma y yo andamos muy rápido, algo que llevamos haciendo desde que eramos pequeñas.

Alma y yo nos conocemos desde los tres años, fuimos compañeras en infantil, luego en primaria, en la eso también caímos juntas, en el bachillerato también y ahora que iremos a la universidad también estaremos juntas, ya que las dos vamos a estudiar lo mismo y entraremos en la misma universidad. Se podía decir que somos ese dúo inseparable, aunque hay veces que no nos soportamos.

Desde pequeña me ha interesado el mundo de la política, las leyes y demás y es por eso que siempre he tenido muy claro lo que quería estudiar, derecho.

- allí están - me dice Alma señalando a dos chicas a lo lejos.

Las mellizas nos esperan sentadas en un rebate mientras ambas miran sus respectivos móviles.

- ya estamos aquí - anunció y ellas levantan la mirada con una sonrisa.

- pues vamos a dar una vuelta - dice Lola.

Lola y Daniela son un año más grande que Alma y yo, a ellas las conocimos en una discoteca de Sevilla, fue por casualidad, yo entre en el baño y me encontré a Lola llorando porque el novio le habia dejado. Y a partir de ahí, pues hemos creado una amistad bastante bonita.

- ¿ a donde os apetece ir? - pregunta Daniela mirandonos.

- ¿ nervion? - pregunta Alma y las tres asentimos.

Mientras llegamos al centro comercial, vamos hablando de las vacaciones. Queremos irnos a algún lugar juntas, pero aún no nos hemos decidido.

- Málaga - dice Lola.

- no Málaga no, ¿ y si nos vamos a Valencia? - pregunta Daniela.

- nos pilla algo lejos - digo y asienten.

- Matalascañas. - dice Alma y todas reímos.

- Rota - digo y las tres se miran con una sonrisa.

- decidido, nos vamos a rota - gritan las tres a la vez y yo rio.

Estamos bastante rato entrando de tienda en tienda, comprando ropa para el verano, bikinis y cosas de aseo para irnos de viaje.

- ¿me hacéis una foto? - pregunto colocandome frente al Ramón Sánchez Pizjuan.

- no entiendo porque cada vez que pasamos por aquí, te tienes que hacer una foto - dice lola y yo río.

- me gusta - digo sonriendo. - y tenéis suerte que hoy no vaya con una camiseta del Sevilla - digo y las tres ruedan los ojos.

Soy del Sevilla desde que prácticamente tengo uso de razón, mi abuelo es uno de los socios que más años lleva en el club y cuando yo nací él fue el encargado de hacerme socia, y desde entonces no me pierdo ningún partido en el estadio.

- ¿ vamos a comer a algún sitio? - pregunta Alma mirando la hora en el móvil - son cerca de las dos y cuarto, y no se vosotras pero yo me muero de hambre.

Lola, Daniela y yo reímos al escuchar las palabras de Alma. Alma y la comida es la combinación perfecta.

- venga vale - digo yo.

- ¿vamos a la pizzeria la bambina? - pregunta Daniela

- si, vamos a una de las mejores pizzerias de Sevilla - dice Alma con una sonrisa.

Las pizzas de esta pizzeria son alucinantes, es donde hacen una de las mejores pizzas de toda Sevilla. Y aparte de pizzas, hay comida italiana casera que está para chuparse los dedos.

Después de comer, seguimos dando un paseo ahora vamos hacia el centro para también ir a ver las tiendas.

- ahora si que empieza hacer calor - digo mirando la placa donde ponen los grados.

- cuarenta grados, esto es un sin vivir. - dice Daniela abanicandose con las manos, que de nada sirve.

- y lo que nos queda de verano - dice Lola y asentimos.

De verdad que vivir en Sevilla es una de las mejores cosas del mundo, y aunque estemos acostumbrados a esta calor, cada vez que vuelve el verano se pasa muy mal, las noches la pasamos en vela la mayoría de veces.

Después de recorrernos gran parte de Sevilla, vamos hacia el puente de Triana, vamos a ir a sentarnos cerca del río guadalquivir, para ver el atardecer y ya de paso hemos comprado algunas patatas y golosinas además de serranitos. Esto es uno de los mejores plan sin ninguna duda.

Llegamos al puente de Triana, y nos sentamos en el primer hueco libre que vemos en el césped, hay bastante jóvenes también sentados.

Estando ya sentadas veo a un grupo de chicos que no paran de mirar hacia aquí, sobretodo un chico rubio.

- vienen unos chicos - murmuró y mis amigas giran la cabeza.

- ¿Cristo? - pregunta con la boca abierta Alma.

- ¿Alma? - pregunta el chico alucinado.

Mi amiga se levanta y abraza al chico con efusividad, mientras Lola, Daniela, los otros dos chicos y yo miramos la escena.

Alma y el chico que supuestamente se llama Cristo empiezan a hablar, hasta que se acuerdan que estamos presenten y nos presentan.

- Cristo ella es Triana, mi mejor amiga, Triana él es un amigo al que llevaba tiempo sin ver.

Me acerco a él chico y le doy dos besos.

- chicas ellos son mis amigos Pablo y Biel.

Me acerco a los chicos, primero doy dos besos a Biel y luego a Pablo. Me quedo mirando a Pablo y me doy cuenta que es Pablo Gavi el futbolista del barca.

Acabamos todos sentados en el mismo lugar donde estábamos nosotras, los chicos son simpáticos. Cristo y Alma no paran de hablar entre ellos, y es normal porque hace tiempo que no se ven.

- Pablo no deja de mirarte Triana - susurra Lola para que sólo yo lo escuche.

- tonterías Lola.

- lo que tú digas, pero yo presiento algo.

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