XXX : Con la miel en los labios

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Narra Triana.

- Creo que voy a colapsar - digo mirando a Alma. - No sabía que había tantas leyes.

- Menos mal que ya mismo llegan las Navidades.

- Qué ganas tengo, por favor.

- Vamos a terminar de repasar todo y mañana seguimos.

- Si, porque la cabeza ya no me da para más.

- Normal llévamos dos horas y media estudiando.

Cuando acabamos me tumbo en la cama frotandome la cabeza. Me duele mucho y todo debido al estudio. En un par de días tenemos un examen de derecho constitucional y son demasiados temas los que debemos aprendernos.

- ¿Hoy no tenías el concierto de Aitana? - pregunta Alma.

Miro el calendario en el móvil y abro la boca al ver que exactamente es hoy.

- Pues si que es hoy. Ya no sé ni en qué día vivimos.

- Tranquila que yo estoy igual de perdida que tú.

- Ojalá acabáramos ya la carrera.

- Pues aún nos quedan dos años - me dice haciéndome resoplar.

- Calla, que me parece una eternidad.

Veo una llamada entrante de Gavi y me levanto rápidamente.

- Ya puedes correr - me grita Alma y yo asiento antes de salir pitando de casa.

Me monto en el coche y me dirijo hacia la ciudad deportiva.
Mientras estoy conduciendo le llamo.

- Amor, ¿dónde estás?

- Llegando, que hay tráfico.

- Vale, aquí te espero.

Gavi tiene el coche en el taller por una avería. Y me pidió que fuera a recogerlo a las una y media. Pero entre los estudios y el cansancio que tengo, pues digamos que se me ha pasado. Pero aquí estoy, llegando.

Lo veo en la puerta de salida y cuando me ve aparecer con el coche sonríe.

- Cuéntame que te ha pasado. - dice, me da un beso sentándose.

- ¿Cómo que me ha pasado algo?

- Triana, sueles ser muy puntual, mi amor, y has tardado más de veinte minutos en venir.

- Puede y sólo puede que se me haya olvidado - confieso, él se ríe a carcajadas.

- Mira que yo pensaba que me querías.

- Oye - me quejo y él sonríe. - Que tengo muchas cosas en la cabeza.

- Ya, y sobre todo, un chico de estatura media, guapo, moreno.

- Vaya si veinticuatro siete estoy pensado en ese chico - ironizó.

- ¿Quieres que comamos en mi casa?

- Vale.

Conduzco hasta su casa y cuando llegamos, Gavi abre la nevera para ver qué tiene para que hagamos de comer. Apenas tiene nada.

- Hijo mio haber si te pasas por el supermercado.

- Es que me da pereza. - dice y yo ruedo los ojos.

- Pues te veo comiendo las hormigas del suelo.

- No por dios, que asco.

Cojo el saco de patatas congeladas, que queda menos de la mitad. Y los huevos. Porque es que más no tiene, la mayoría de lo que tiene es fruta. Así que unos huevos fritos y patatas.

- Esta tarde vamos a hacer la compra. - digo y él me mira. - Y no me digas que te da pereza.

- Pero si tenemos el concierto.

- Amor, el concierto es a las diez. Nos da tiempo de sobra en ir a rellenar los muebles y la nevera de tu casa.

- Si no me queda más remedio.

Nada más acabar de comer, tal y como ya le había comentado, hemos venido al súper y aquí nos encontramos dando vueltas por el supermercado.

- ¿Qué más echo en el carro? - me pregunta.

- Que paciencia hay que tener contigo - respondo, él sonríe. - Pues lo básico: leche, pan, verdura, patatas, huevos, sal, pescado, carne. Los alimentos típicos, Gavi.

- A mí no me gusta venir al súper.

- Pues es lo que toca.

Después de hacer la compra, que menuda la que me ha dado. Lo dejo en casa colocando todo y yo me voy a la mía para preparme para el concierto.

A un concierto siempre hay que ir mona pero también cómoda y sencilla ante todo para después bailar y saltar.

- Pásatelo bien - me dice mi madre antes de subirme al coche.

No es el primer concierto al que voy, he ido a conciertos como al de Manuel Carrasco, el puro latino, el Arrebato, Demarco y los Gemeliers. Y tampoco es al primer concierto de Aitana al que asisto.

- Vamos a disfrutar - dice Gavi montándose en mi coche y dándome un beso.

- Obviamente que vamos a disfrutar. - aseguro, él me da un beso en la mejilla. Sonrío mientras estoy centrada en la carretera.

Llegamos al Palau Sant Jordi y está lleno. Hay bastante gente en las puertas de acceso esperando a poder entrar. Como no otro concierto más en el que ha hecho sould out, está todo vendido, ninguna entrada ha quedado.

Gavi ha intentado pasar desapercibido, comprando las entradas vip y a la hora de vestir un poco. Pero vamos que yo creo que cualquier persona que sepa quien es Pablo Gavi, es capaz de reconocerlo. Es más, ya varios fans le han parado para hacerse fotos con él.

- El próximo concierto lo pagó yo - le aviso pero él niega.

- No, Triana, ya sabes que a mi no me cuesta nada.

- Gavi, que parezco una mantenida.

- No lo eres. ¿Y qué pasa si lo fueras? Absolutamente nada, así que déjate de bobadas.

Entramos al Palau, es grandisimo. Es la primera vez que he venido aquí pero no creo que sea la última.

Aitana empieza el concierto con la canción de 11 razones. Ha sido increíble, humos, luces led y una puesta en escena mágica. El público está más que entregado.

- Y ahora viene una de mis canciones favoritas - dice y yo sonrío imaginando cual puede ser. - Con la miel en los labios.

- Tu canción favorita - me dice Gavi abrazándome por detrás.

Me doy la vuelta quedando cara a cara.

- Disfrutamos de cada pecado
nos reímos y lloramos
y nos vieron despeinarnos por ahí
nos comimos a bocados
nos dormimos en los brazos
de domingos de resaca por Madrid - canto mirándole a los ojos y él sonríe.

- y perdimos la vergüenza y las llaves
desmontamos cada calle del revés
me pusiste la luna en las manos
te gané sin temblar de un asalto
nos rompimos el alma en pedazos
me reclaman los años si no estás aquí - canta a centímetros de mis labios.

- Cualquier día la lluvia nos vuelve a sentir.

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