XII: Si estoy contigo

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Narra Triana.

Abro los ojos, lo primero que hago es coger el móvil de la mesita de noche. Nada más darle al botón para encenderlo me llegan miles de notificaciones de felicitaciones por mi cumpleaños.
Cierro los ojos suspirando, como cada veintisiete de diciembre hoy me toca cumplir un año más, pero esta vez es algo más especial, los míticos 18.

Cumplir años no es una cosa que me haga especial ilusión. Es un día como cualquier otro y eso lo he ido aprendiendo a lo largo del tiempo. Cuando era más pequeña me encantaba celebrar mi cumpleaños pero a medida que he ido creciendo esa ilusión se ha ido quedando atrás.

Me levanto de la cama acercando al balcón de mi habitación, me siento en una silla y miro las preciosas vistas de la Giralda. Como echaba de menos Sevilla. Hemos venido a celebrar las navidades y volveremos a Barcelona justo después del día de reyes.

- Feliz cumpleaños hermanita - me felicita Lucas entrando a mi habitación.

- Gracias, pequeño.

Los dos nos quedamos hablando un rato hasta que me acuerdo que he quedado con Daniela, Lola y Alma para ir a comer a un restaurante.

- La cabeza la tienes mal - me dice mi hermano y yo lo miro mal. - Y eso es porque no dejas de pensar en Gavi.

- ¿Eres psicólogo o algo y yo no lo sabía?

- En mis tiempos libres.

Termino de vestirme y me voy. Llego al restaurante y todavía no han llegado, si es que lo sabía son más lentas que una tortuga.

- Felicidades - gritan las tres cuando me ven.

- Gracias - las abrazo.

Llevo todo el día con las chicas; hemos comido, hemos ido de compras y nos hemos ido al cine. Prácticamente no he estado pendiente del móvil.

- ¿Has visto la historia de Gavi en mejores amigos? - me pregunta Daniela a lo que niego.

- Pues no sé a que esperas para verla.

@pablogavi

- Dios es que no puede ser más mono - confieso, mis amigas sonríen

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- Dios es que no puede ser más mono - confieso, mis amigas sonríen.

- Madre mía los enamorados.

- Adiós chicas - me despido de ellas

- Adiós cumpleañera.

- Triana a las ocho y media tienes que estar preparada - me informa mi madre. - Iremos con los abuelos y demás a celebrar tú cumpleaños.

- ¿A dónde?

- A casa de la abuela Pepa.

- Vale.

Solemos celebrar los cumpleaños en familia en casa de mi abuela Pepa porque es la que tiene la casa más grande y cabe más gente, habitualmente siempre van la familia y algunos amigos más cercanos.

- Qué guapa Triana - me halaga mi hermano.

- ¿Voy bien? No me siento muy segura.

- Vas guapísima hermanita, no tienes de que preocuparte.

Yo asiento aún con dudas, dejo un beso en la mejilla de mi hermano.

Al entrar en casa de mi abuela veo a mis abuelos, primos, tíos y a algunos amigos más cercanos como es el caso de Alma, Daniela y Lola. Voy saludando uno a uno con dos besos y dándole las gracias por las felicitaciones.

Escucho el timbre y veo a mi hermano levantarse rápidamente.

- ¿Quién falta? - pregunto pero nadie me contesta.

- Triana, aquí hay alguien que quiere felicitarte - me dice mi hermano, me giro encontrándome a Gavi con una sonrisa.

- Que guardadito lo teníais - digo, todos ríen.

Me acerco a él abrazándolo, mientras él deja un beso en mi mejilla.

- Feliz cumpleaños, mi niña.

- Gracias, Gavi.

No soy consciente de que toda mi familia está mirando y beso a Gavi haciendo que cuando nos separemos se escuchen varios " oh" " qué pareja más bonita", " hay que ver con los jóvenes".

- Estás roja Triana tía - me dice Alma, yo me escondo en el cuello de Gavi mientras lo escucho reír.

- No te pongas roja niña - me susurra y yo rio.

- Que vergüenza - comento tapandome la cara, él me quita las manos de mi cara para volver a besarme.

Cenamos mientras mis primos y mis tíos le preguntan a Gavi cosas relacionadas con el fútbol, a Gavi no se le ve incómodo en ningún momento incluso hace bromas con ellos y eso me tranquiliza mucho.

- ¿Estás cómodo? - le susurro.

- Mucho - responde dejando un beso en mi mejilla.

Entrelaza nuestras manos por debajo de la mesa y cada uno continúa a lo suyo, él hablando con mis tíos, mi padre, mi hermano, primos y abuelos.

- Sopla las velas Triana y pide un deseo - me dice mi abuela. - Aunque deseo no hace falta, porque teniendo al chico que tienes - dice mirando a Gavi.

Me acerco a la tarta soplando las velas y cerrando los ojos. El deseo que he pedido no es más que lo que más o menos siempre pido, salud para mí y para los míos.

- Los regalos tata - grita mi prima pequeña Martina.

Me sientan en una silla, esto me recuerda a cuando era pequeña, cada uno va pasando y me va dejando su regalo.

- No sé cuantas veces os tengo que decir que no es necesario que me regaleis nada, que mi mejor regalo es compartir este día con ustedes.

- Por los cumpleaños se regalan cosas así que no te quejes - dice mi padre.

- Aún falta mi regalo, ¿me acompañas al jardín? - me pregunta Gavi, asiento levantandome de la silla.

Salimos al jardín y me quedo viendo el cielo completamente lleno de estrellas y la luna llena.

- Espero que te guste Triana - dice y me da una bolsita pequeña.

- Gavi, no hacía falta - hablo antes de abrirla

- Es un detalle, ábrela anda.

Abro la bolsa roja encontrándome dentro de ellla una pulsera de plata preciosa.

- ¿Te gusta?

- Me encanta - asiento mirándole. - Gracias - le abrazo.

- En la bolsa hay algo más, míralo - comenta abrazado a mí.

Vuelvo a abrir la bolsa y encuentro una pequeña notita.

Mi niña bonita, me gustaría que fueras mi novia.

Sonrío, él se me queda mirando confuso. Ahora mismo tiene una carita que me dan ganas de comermelo a besos.

- ¿Así que ahora eres mi novio? - pregunto y es entonces cuando él abre los ojos.

- ¿Quieres?

Lo callo con un beso, él sonríe entre medias del beso.

- Pues claro que quiero.

Vuelve a besarme dejando sus manos en mi cintura.

- No tienes una idea de lo feliz que me haces.

- Es mutuo.

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