La historia de amor maldita II

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El amor es posible entre bestias hechas a medida del calor de la batalla; porque aquella noche la luna se atrevió a mirar la belleza de una bella flor llevada por el viento a sus pies.

Los ancianos conocen la imprimación como la devoción máxima y suprema que se puede tener de un Alfa, y por lo tanto en si mismo se le veía como un don otorgado por caprichos de su especie; lo cierto es que la imprimación en sí podría atar los destinos de quienes se aman de verdad.

Aquella noche Moonbyul conoció el verdadero valor de vivir a través de la vida y belleza en la existencia de Wheein, y Wheein conoció a la única que en lugar de huir sólo querría escabullirse cada atardecer a su ventana para estar a su lado; la única que le enseñaría lo que amar sin poseer significaría.

Wheein era la heredera protegida por los ancianos de la última sucesión de lobos rojos, y por lo tanto prometida con uno de los Alfa mayores de la familia de Emmanuel III.

Moonbyul descubrió por las malas, y de hecho robando varias de las recetas secretas de los Kim, las raíces, plantas y combinaciones para debilitar su fuerza y resistir el instinto de marca que la devoraba al estar cerca de Wheein; la simbiosis entre sus instintos y sus corazones era pacífica y hermosa... hasta aquella noche.

La noche la cual el selecto grupo de confianza de evaluación e inspección de Emmanuel III acudieron al territorio de Jung Hansuk. Los preparativos de la boda sólo necesitaban a la novia presente ante las familias que esperaban con ansias ver el renacer de los lobos rojos con los genes únicos de la estirpe pura de Emmanuel I, así que rodearon el perímetro de la propiedad privada de los Jung una noche anterior al encuentro, dos discretos vigilantes esperando tener evidencia de la buena salud, estado físico y belleza de la novia; pero esa noche la suerte tenía otros planes.

Cuando Moonbyul saltó de los árboles contra el techo de la propiedad y brincó en puntillas dentro de la ventana, ambos hombres aguardaban en la oscuridad agudizando sus ojos; Wheein apagó la vela con la cual antes se ayudaba aplicando un discreto maquillaje a base de tinte de pétalos de rosa.
Moonbyul se acercó a Wheein y abrió el hanbok con sus dos manos. La besó y acarició sus hombros desnudos.

La noticia se exparciria como fuego de verano: La última multicolas en una relación aberrante con la última loba roja. IMPOSIBLE.
El informe viajo a la velocidad de los rápidos mensajeros a oídos directos de Emmanuel III, quien sin dudarlo ordenó captura inmediata a las traidoras de la sangre que debían ser puestas a su presencia.

Las manadas de los ancianos de un viejo consejo de los últimos pura sangre cambiaformas se movilizaron unificadas en el objetivo de mantener la pureza y la alianza de todas las familias como prioridad: Moonbyul y Wheein debían pagar por atentar contra los intereses de su propia especie y fueron acusadas así de alta traición, llevadas en cadenas y grilletes de plata ante los ancianos y juzgadas por todas las grandes familias.

Moonbyul no sacaba de encima los ojos de Wheein, quien cada vez más disminuida por la tortura que representaba para un pura sangre ser expuesta a la plata, corría el mayor de los riesgos. Sabía que el amor que había crecido en ellas en encuentros furtivos de minutos a través de su ventana todas las noches durante más de dos primaveras había evadido su deseo de hacerse una sola con ella.

—¡Mira cuando te hablamos, Moon ByulYi! —Demandó el juez a cargo
—Es mi culpa— Habló mirando al hombre —Seduje a Wheein para mis intereses, ella debe ser libre
—No nos preocupa lo que Jung Wheein haga —Hablo el hombre —El cómo corregiremos su error es lo que nosbtrae a todos aquí esta noche

Ignorando como las cadenas en los brazos y espalda de Moonbyul empezaban a tintinear producto de la presión que su fuerza ejercía sobre ellas, el hombre se acercó a Wheein.

Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora