Tu recompensa

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Sobre el gran mesón de mármol, SeokJin extendió una tabla de quesos y jamón. Moon agarró de a bocados un poco de todo en silencio.

—¿Que tan recién nacida es?— Preguntó él mientras cortaba el tofu en cuadros
—Menos de 2 meses
—Muy joven... Por eso no has ido por ella
—Es peligroso todavía
—¿Cuánto podrás soportarlo?
—Tendré que fingir que es humana, supongo
—Imposible— Río él —Su olor te volverá loca. Los humanos, es fácil cohibirse con ellos, su olor es insignificante
—Tengo que hacerlo. Podría matarla
—Yo no estaría muy cerca de ella por un tiempo, si esa es tu preocupación
—Eso es fácil de decir— Suspiró ella —No tengo la fuerza...
—A mi me ayudaba boxear en concreto. Hubo días difíciles
—Masoquista
—Exacto, después del décimo golpe tenia tan rotas las manos que solo podía pensar en el dolor. Funcionaba después de un calentón
—Último recurso— Respondió Moon brindando con un cubo de queso

El recuerdo de esa conversación esa misma tarde era lo único que se interponía entre Moonbyul y sus manos de hacer añicos toda la ropa de Wheein y entregarse a sus instintos.

Moon empujó lentamente el hombro de Wheein interrumpiendo el beso a un ritmo no tan cortante.
Wheein la miró con extrañeza. Sus mejillas rosadas y ojos rojos decían que no quería detenerse; su mandíbula temblaba y por su cuello corrían algunas gotas de sudor.

—¿No quieres?

Moonbyul tragó saliva, apretó los ojos y corrigió su postura.

—Claro que si
—Entonces quédate— Wheein tiró de su camisa
—Ayer no me hubiera detenido— Moon sacudió su cabeza, incrédula consigo misma —Pero no puedo
—No, no te vayas— Wheein la sujetó de los hombros

Moonbyul tragó saliva profundamente; con delicadeza sujetó los antebrazos de Wheein con sus manos temblorosas.

—Estira tu mano

Wheein asintió y extendió los dedos enseñando la palma de su mano derecha.

—Esa eres tu— Señaló con su dedo —Y ésta soy yo

Lo que lucía como una rozadura inofensiva se hizo un profundo corte en la palma de la mano de Wheein; esta puso la otra mano debajo de esta parando el goteo de la sangre.

—Este es un regalo

Moon tomó la mano de Wheein y pasó la lengua en el pequeño charco de sangre que se formaba en medio de su mano trazando la línea del corte con ella. Una sensación de cosquilleo le acompañó a este y, aunque sus ojos no lo creyeran, vio como la herida sanaba y regeneraba.

—¿Que es...?
—Es mi saliva— Moon se limpió la sangre de la barbilla —Puedo curar a quienes yo elija. Pero entiendes lo que te quise decir ¿verdad?

Wheein abrió y cerró su mano, aún sorprendida con la gran facilidad con la que Moonbyul cortó su palma con apenas un triz de fuerza. Ella no estaba a la altura de semejante poder monumental.

—No soy suficiente...

Moonbyul rio consigo misma.

—Significa que tu cuerpo no conoce la regeneración todavía; con algo de suerte eso que acabo de hacer te ayude
—¿Sigues viniendo a verme para que?
—Confía en lo que te digo

Wheein respiró profundo; entendía que no quería ser participe de un acto que podría matarla, y también entendía el por qué era advertida; se colgó de los hombros de Moonbyul y abrazó su cuello ante la vista sorprendida y poco acostumbrada a estas invasiones en su espacio tan espontáneas de ella.

—¿Puedes regresar mañana?
—Está bien— Asintió aun sin oponerse al abrazo

Wheein soltó sus brazos al notar que el abrazo no estaba siendo regresado; no había que hacer más incómodo de lo necesario lo que había ocurrido.

Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora