Belleza

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Una fantasía.
Un acceso de irrealidad.
Un acontecimiento propio solo de cuentos de hadas... O magia.
La magia misma que conformaba toda la existencia misma de Moonbyul, y que ahora cobijaba a Wheein bajo ese mismo manto.

La mano de Wheein recorría a ritmo lento el frondoso y suave pelaje blanco como la primera nevada de Moon.
Ella recargo el peso de sus cuatro patas contra las traseras y se sentó en ellas; Wheein dio un paso atras y la miro fijamente.

—Eres... eres hermosa

Las orejas de la loba se echaron hacia atras; como un cachorro que ha sido colmado de palabras hermosas y enseña sus ojitos. Estos ojos ámbar, feroces y penetrantes... Tan sumisos.
La punta de sus tres colas se agitó gracilmente levantando una gran nube de polvo del suelo.

—¿Es cosa de Alfas?
Es cosa de lobos. A cierta edad todos aprendemos
—Es la magia de la que la señora Kim hablaba...
La magia es lo que nos creo. Somos magia de épocas en que el tiempo era demasiado joven. Los humanos, su avaricia, su comodidad... Ellos nunca serán dignos de la magia. Pero nosotros la tenemos en nuestras venas.
—Ya veo... Tal vez soy joven para entender
Ya no más La bestia se levantó y camino lentamente rodeando a Wheein

Se sentó a su lado mirando hacia el cielo como una gran nube despejaba la luz de la luna.

La luna era lo único que despertaba la magia en la antigüedad. Con el pasar de las estaciones, los Alfas aprendieron a cargar con la voluntad de sus manadas, y comandaban quienes eran dignos de su forma real... Y eso se mantiene.
—Este es el mundo al que pertenezco...
El mundo al que perteneces sería más fácil de entender desde los ojos de un cuento de hadas, muchos de ellos fueron escritos por algunos de los nuestros. Los humanos son tan banales... ellos nunca lo entenderían, solo lo desearían
—No me refería a eso...— Nuevamente Wheein levantó su mano hacia la pata izquierda de la loba —Este es el mundo al que pertenezco... Tu eres ese mundo
Entonces déjame mostrarte

Erguida en sus cuatro patas, Moon camino hacia el filo del acantilado y miró hacia abajo. La suave brisa nocturna penetro el pelo de su cuello y cara para darse vuelta hacia Wheein.

Entregarse a morir. Perder tu forma terrenal y dar un salto de fe es todo lo que te pido.
—Me pides que acepte la idea de arrojarme a mi muerte
Ya lo haz hecho antes. Haz cambiado, te haz entregado a perecer y revelado quien de verdad eres. Pero no lo recuerdas
—¿Cómo sabes eso? ¿Cómo estás tan segura?
Tu eres la razón de que Hyejin y yo estemos vivas.

Wheein guardó silencio con una expresión confusa, puso sus ojos en sus pies. Algunos flashes en color rojo asaltaban su memoria con sus ojos puestos sobre los hombres de su padre... Pies... Pies... No eran pies.
Ellos suplicaban inmersos en el miedo y terror que solo tener una criatura que les triplicaba el tamaño frente a sus ojos podía traer.

—No... No lo sé... Hyejin fue quien se hizo cargo, yo no hice nada
Hyejin no tiene permitido cambiar de forma a menos que yo lo demande. Somos una, si yo cambio, ella lo hará. Solo si esta suficientemente cerca... Por eso te traje aquí.
—¿Quieres que recuerde más?
No. Quiero que seas libre

Wheein miró la enorme caída en el precipicio; la tierra caer como una nube que se desvanecía, y las piedrecillas deslizarse de las enormes patas de la loba de tres colas, como un presagio de una muerte muy rápida y aterradora.

Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora