La magia en E.I

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La noche borrada de los libros de historia.

La terrible noche en que los ancianos de los inmortales de cientos de años de caminar en el mundo se arrodillaron ante la primera Alfa mujer conocida.

Tras la violenta y sangrienta muerte de Emmanuel I, y a sus pies los cuerpos sin vida de las dos chicas llevadas al juzgado por una unión prohibida e ir contra el orden de una poderosa familia, todo lo que quedaba era el silencio.

De las gradas del estrado bajó uno de los pocos afortunados cuyas piernas no fueron rotas por la poderosa voz de mando de ByulYi antes de morir; verificó con reservas el cuerpo de la joven pelinegra que yacía en su forma humana, sin vida.

—Está muerta— Declaró en voz alta alzando la cabeza

Algunos de los ancianos se levantaron tras componer a fuerzas sus fracturas; cuerpos viejos, regeneración lenta. Algunos de sus Beta les asistían y ayudaron a bajar ante la escena.

—Gran Alfa murió también— Dijo el mismo hombre con pesadez
-—¿Logró llevar a cabo el ritual para entregar su voz a su primogénito?— Preguntó uno de los ancianos que bajaban lentamente hacia la escena
—Es apenas un chico. No se encuentra en el continente— Respondió uno de los hombres de la guardia del difundo Emmanuel
—Maldijo su sangre...— Murmuró el primer hombre en acercarse, viendo en su zapato la mancha de sangre
—Los multicolas siempre han sido una amenaza, el primer consejo lo sabía y actuaron en consecuencia; que esa chiquilla viviera para hacer esto es solo prueba de la negligencia de los ancianos
—¡Ya basta de parloteos, ancianos!

Todos en la sala quedaron en silencio. El hombre, de facciones maduras y anglosajonas volvió a mirar el cadáver. Se inclinó hacia él y con los dedos cerró los ojos de lo que era una expresión aterrada.

—Emmanuel II es el único en cuya sangre corre la más pura de nuestra especie. Envíen a los mejores hombres de sus manadas, debe regresar
—La contra maldicion de la muchacha...— Habló en voz baja uno de los aún espectadores del estrado

El hombre guardó silencio.
Nadie de los presentes con todo y sus años de vida en la tierra sabían que hacer.

—Ella renacerá— Giró hacia el cadáver de Wheein —No hay nada más fuerte que la lealtad de un Alfa que se entregó a su impronta... Y ella tiene la magia para gobernar incluso sobre la muerte
—Es una mujer
—Una mujer que pudo imprimarse, una mujer con voz de mando de Alfa, ya lo sabemos. No importa lo que es, sino lo que significa

Todos guardaron silencio de nuevo.

—Los crímenes cometidos pueden corregirse. Sólo es cuestión de tiempo
—¿Tiempo para qué?

Aun de rodillas el hombre se volvió hacia los cuerpos de las dos chicas. Sus dedos se tocaban apenas. Resopló con una expresión de furia contenida y volvió a levantarse

—Cuando regresen van a encontrarse tarde o temprano... Y estaremos ahí para dictar sentencia cada vez

◇◇◇

Moonbyul escuchó atentamente el relato de un antiguo ancestro de los Kim que, como buen historiador privado con amor a la tradición para el conocimiento de sus futuras generaciones, decidió no omitir lo ocurrido esa fatídica noche.

La señora Kim aguardaba sentada en el escritorio de su biblioteca acariciando las páginas quebradizas del viejo diario que relato lo sucedido, y frente a ella, de pie, ByulYi escuchaba en silencio con los brazos cruzados.
Tragó saliva y volvió a ver hacia la chimenea.

—Lo huelo, en tu ropa y piel
—Si... Fue inevitable
—No te culpo, cariño— Sonrió la mujer
—Wheein consiguió su primer cambio de forma hace poco
—Anoche

Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora